18º DÍA DE
CONFINAMIENTO (1 de abril, 2020)
Pensamientos caóticos:
Resulta que lo esencial para la vida es la
alimentación y el agua.
Resulta que podemos dejar el consumismo emocional y
no pasa nada.
Resulta qe al cerrar todo, los camioneros (¿hay
mujeres?) no pueden ducharse, ni mear, ni comer caliente.
Me he enterado de que podríamos apoyar a las
pequeñas librerías comprando libros por anticipado.
Mi pequeña alegría tiene flores.
19º DÍA DE CONFINAMIENTO (2 de abril, 2020)
En la república ácrato-habnera de mi casa seguimos
bien.
Me asomo al balcón y detecto comportamientos
sugestionados y mediatizados por el miedo (un hombre con una especie de burka
en la cabeza y su perro con calcetines).
Una sensación de amenaza exterior me asalta cuando
me despisto.
Habrá que evitar que nos hablen de culpables con
fines políticos y mantener la cabeza fría para que no nos engañen cuando esto
pase.
¿Por qué pese a todos somos una minoría aplaudiendo
a las 20 h.?
20º DÍA DE
CONFINAMIENTO (3 de abril, 2020)
Cada día a las 20 h. salgo al balcón pertrechada con
anorac y pito para recordar al vecindario lo poco que cuesta agradecer a
quienes están trabajando en los sectores esenciales.
Cada día está la pareja de enfrente que suele poner
el “resisitiré”, una familia con sus hijos y una niña que enseña sus dibujos,
los y las trabajadoras de una tienda de alimentación que salen a la puerta con
mascarillas, una madre con su niña que trota por el balcón, el vecino de al
lado con el que charlamos mientras aplaudimos.
Gracias comunidad de balcones.
21º DÍA DE CONFINAMIENTO (4
de abril, 2020)
(Hoy me he dormido, que suerte)
La comunidad de los balcones, de la que hablaba
ayer, nos pone de manifiesto la dimensión ética de quienes la forman: una
combinación de talento y humildad.
Ponemos en práctica nuestra capacidad de empatía y
afinidad. La capacidad de compasión es algo hermoso por combinar el poder de
comprensión con la fuerza para condolernos con una comunidad sufriente.
22º DÍA DE
CONFINAMIENTO (5 de abril, 2020)
Ayer pensaba en los hábitos de confinamiento que ya
tenemos porque esto se está alargando mucho.
Uno de esos hábitos es escribir esta “historia”
diaria que no sé si podré mantener.
Se me acaban las ideas “profundas” y me invaden las
frívolas… como esa crema que se me va a acabar (¿alguien tiene alternativa
casera?), esa bombilla que se ha fundido y otras mil “historias minúsculas”
(dixit Michon).
23º
DÍA DE CONFINAMIENTO (6 de abril, 2020)
Hay algo que me preocupa mucho, soy de la opinión
que estamos tejidos por la época a la que pertenecemos.
Esta época es triste por demás y eso puede
significar que el futuro adoptará un signo negativo predominando el pesimismo
ante el porvenir..
¿Cómo revertir esa tristeza, resistir y actuar?
Las amenazas son muchas, a estas alturas ya he
comprendido que el coronavirus no es la más grave, sintiendo todo su poder
amenazador.
24º DÍA DE CONFINAMIENTO (7 de abril, 2020)
En la línea de capturar la VIDA en la inmediatez
(circulan muchos análisis interesantes sobre el futuro triste o luminoso que
nos espera) espero que “veamos” que héroes y heroínas aplaudidas a las 20 h.,
son personas mal pagadas y precarizadas.
Personalsanitario, transportistas, reponedoras,
cajeras de supers, limpiadoras y tantas otras que hacen posible que estemos
abastecidas de lo necesario en casa y atendida nuestra salud dentro de lo
posible.
Una visión muy interesante de la situación. Un saludo
ResponderEliminarGracias Susana, piensa que cada uno de estos textos breves los publicaba cada día de la semana, así que dependía mucho de las novedades o de mi estado de ánimo.
EliminarUn saludo.
cuando a las mujeres les paso lo que les paso?
ResponderEliminar¿Te refieres a esos meses de Covid.19 o al patriarcado?
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