Una persona culta es aquella (…) que sabe cómo elegir compañía entre los hombres [y mujeres], entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. H. Arendt

viernes, 23 de febrero de 2018

CONVOCAR FANTASMAS ES PELIGROSO (RAZONES DE LA DESCONFIANZA HACIA EL NACIONALISMO)

Esta pequeña joya de José Luis Gómez Toré (1) parte del roble de Goethe en Buchenwald (título del último texto que escribió Joseph Roth en 1939) para hacer una reflexión sobre el totalitarismo y sobre el mito de la fusión de pueblo y tierra a la que una colectividad cree pertenecer. 



Goethe replica a un joven contertulio inflamado de pasión patriótica:
Yo sé que usted tiene las mejores intenciones, pero intenciones buenas y puras no bastan; uno debe calcular también las consecuencias de sus esfuerzos. Yo tengo horror de los suyos, porque son la preforma noble, y todavía inocente, de algo terrible que se manifestará un día entre los alemanes como una de las locuras más crasas, y ante la que usted se revolvería en su tumba si un día llegara hasta allí (28).
En el esfuerzo de Alemania por constituirse como pueblo y como Estado se convocaron fantasmas de los que luego resultó difícil desprenderse. La cultura entendida como marca de pertenencia y de exclusión respecto a una comunidad, al tiempo que amenazó con esterilizarse a sí misma, alimentó el mito de la pureza, del que asimismo bebió la ideología racial (racista) del pangermanismo antisemita. 

La lógica del patriotismo fue (y es) muy peligrosa llevada a sus últimas consecuencias. La mitología elevada a política exigió sacrificios y adeptos y, sobre todo, chivos expiatorios. Gómez Toré sostiene que decir que el mal es banal es romper el lazo que une mito y violencia, sustraer de esta el fundamento mítico que la sostiene y es el secreto de su perenne poder de atracción. 

Toda mirada mítica contempla con fascinación o repulsión el rostro de la Gorgona: queda petrificada, presa de un relato que exige ser narrado siempre de la misma forma. Cuestiona convertir a cada uno de los testigos (cada una de sus voces, admitir la discordancia en vez de convertirlas en un coro uniforme) a su condición de víctimas, convertirlos en el instrumento de un nuevo relato del poder.

El autor considera desafortunado el término Holocausto (sacrificio sagrado), ya que equiparar el genocidio con un sacrificio resulta una burla grotesca. Cuando se priva a un ser humano de todo lo que le hace tolerable la existencia, entonces rara vez surge la rebeldía, el sometimiento tiende a dañar las convicciones morales del sometido e, incluso, su propia identidad como ser humano. Nada que ver con un sacrificio sagrado.

Después de Auschwitz no es posible concebir la idea de humanidad sin lo inhumano, sin la perpetua amenaza de una violencia que expulsa al otro del espacio de reconocimiento mutuo que constituye la humanidad. Con Auschwitz es el edificio entero de la cultura el que ha quedado en ruinas.

Quizá la ética (y la estética) después de Auschwitz deba ser la ética de la hospitalidad, una ética que reconoce lo precario de toda identidad y de toda morada, y que desde ahí propone espacios de acogida, de entendimiento mutuo desde la propia extrañeza. Una cultura mestiza abierta a la experiencia de lo otro.

Muy recomendable la lectura de este libro.

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(1) JOSÉ LUIS GÓMEZ TORÉ (2015): El roble de Goethe en Buchenwald. Libros de la resistencia, Madrid.

martes, 13 de febrero de 2018

LA EMPATÍA COMO COMPRENSIÓN. PETER HANDKE, Ensayo sobre el cansancio



 Antes sólo conocía cansancios temibles (9).

Así empieza este pequeño ensayo de apenas ochenta páginas en el que Handke hace referencia al cansancio que tiene la fuerza de un sufrimiento. Cansancio que se produce en la infancia, en la época de estudiante, en el momento de los primeros amores, el cansancio de la soledad, etc.; son  cansancios malos que paralizan, que impulsan a la violencia, que deforman al otro o que provocan la autoagresión.

Pero no siempre los cansancios son temibles, hay cansancios buenos como el cansancio que provoca el trabajo manual en comunidad (32) a diferencia del que provoca el trabajo en solitario junto a la máquina. El cansancio del trabajo manual es honrado y purifica. No ve cansancio en la gente que trabaja en las empresas totalmente automatizadas de nuestros días sino gente estirada, con aire dominador, con caras de vencedores (47).

Y en este sentido marca una clara diferencia con los incansables, entre los que destaca  a los que llaman las fuerzas vivas, las clases dirigentes, se trata de gentecilla, avisada y despierta que está siempre al acecho para mantener su posición de privilegio (35).

Hay cansancios que quitan la desazón, que curan, que nos permiten relacionarnos con el mundo al clarificarlo y establecer una narración que nos permite formar parte de ese mundo con todos los seres vivos, de hecho gracias a mi cansancio, el mundo se liberaba de sus nombres y se hacía grande (60).
Reivindica la empatía como comprensión (58).


Unas reflexiones interesantes entorpecidas, desde mi punto de vista, por los defectos de la traducción que hacen incomprensibles algunos fragmentos.

sábado, 3 de febrero de 2018

ENTUSIASMOS INDEPENDENTISTAS EN EL ÁMBITO LIBERTARIO


Utilizo intencionadamente el término libertario porque es un concepto vago y equívoco que permite vincular diferentes manifestaciones que comparten solo algunos aspectos y orientaciones (por determinar según las circunstancias), incluso el nacionalismo. Dejo de lado el desprestigio de su uso por el término inglés “libertarian” que extrae del anarquismo casi exclusivamente su oposición al Estado.
Desde el ámbito libertario se ha podido observar un encandilamiento ante las movilizaciones de masas disciplinadas que ha sido capaz de impulsar el independentismo, especialmente en dos jornadas mitificadas por su apariencia de desobediencia, transgresión de la ley, ocupación de la calle, construcción de un sujeto colectivo, desafección masiva, éxodo respecto a las instituciones establecidas, etc.
Esa visión de que se abría una brecha a través del “anonimato que desbordó la expresión política del nacionalismo y que puso algo de 15M”[1], me parece ilusoria ya que frente al Estado español no había solo gente anónima que se apoderaba de la vida política sin resortes de poder sino que había otra parte del Estado, más débil pero no menos eficaz. Lamentablemente el ámbito libertario, entusiasta con las posibilidades de transformación a través de la independencia, olvidan que el bloque independentista forma parte del Estado, tiene policía que practica con eficacia la represión (recordemos precisamente cómo actuó para disolver las concentraciones y acampadas el 15M) y medios de comunicación subvencionados y controlados. Dentro del bloque independentista ha sido la vieja Convergencia la que ha dirigido todo el proceso (y lo sigue haciendo metamorfoseado en la tercera o cuarta marca electoral para hacerse invisible y que se olvide su pasado), además de ser la campeona de los recortes sociales y la corrupción.
Hay dos jornadas que parecen convertirse en la prueba del algodón de que todo es posible, desde una independencia sin fronteras (up) hasta un supuesto catalanismo popular persistente y ligado a la pobreza[2]:
La primera de estas jornadas es la del 1 de octubre, en la que, según los más optimistas, el Gobierno catalán se vio sobrepasado por la gente y se produjo una transgresión de la ley y una desobediencia colectiva por el deseo de votar.


La segunda jornada es la del 3 de octubre en la que, según los mismos optimistas, se constituyó un sujeto colectivo que ocupó la calle al margen del Gobierno catalán.
Desde mi punto de vista, posiblemente más pesimista de lo que quisiera, no ocurrió ni una cosa ni la otra, salvo, eso sí, que miles y miles de personas se movilizaron, algunas con propósitos de transformación social, la mayoría apoyando a su Gobierno para empujarlo a que se convirtiera en otro Estado y forzara un reparto del poder que le disputaba al Estado español. Todo lo que se ha ido conociendo demuestra que el Gobierno catalán organizó la “transgresión” con todos los resortes de poder autonómico de que disponía: funcionarios, recursos económicos, centros escolares abiertos para hacer asambleas y votar (cerrados para hacer el paro nacional), policía catalana, medios de comunicación, y especialmente ANC y Omnium.
El día 3 de octubre hubo paro nacional convocado por la Generalitat, el 80 % de los Ayuntamientos, incluido el de Barcelona, y la “Mesa por la democracia” formada por los sindicatos mayoritarios (esos que no ven la necesidad de convocar un paro por la precariedad laboral) parte de la patronal y las organizaciones independentistas.
Nunca fue desbordado el Gobierno catalán.
Solo así se entiende que tras la aplicación del 155 (que ha quitado algunos de los resortes de poder al bloque independentista), ese movimiento colectivo transgresor y desobediente se haya disuelto como un azucarillo y, lo que es más grave, haya dado su voto mayoritario a una opción de derechas y presidencialista como es “Junts per Catalunya” (cuya matriz es Convergencia partido corrupto y neoliberal donde los haya), haciendo retroceder a la supuesta izquierda independentista (ERC y CUP). Que estupenda jugada la de Puigdemont, el candidato que se ha impuesto a la izquierda a la que ha sabido derrotar. Nadie se mueve mejor dentro de los nacionalismos que la derecha.
No me detendré en otro ejercicio de mitificación, el de la democracia (especialmente si está avalada por otro mito, la República), sistema supuestamente mucho mejor que el que se ha construido en España que es protofascista (los entusiastas patriotas de a pie no tienen temor en usar el fascista directamente, no  solo contra el PP, sino contra quien no opina como ellos/ellas, al margen de toda su trayectoria personal).


[1] Entrevista a Santiago López Petit en la revista El Salto, el 26-01-2018, https://www.elsaltodiario.com/culturas/entrevista-santiago-lopez-petit-nuevo-libro# 
[2] Santiago López Petit en la revista El Salto, el 26-01-2018.