«A mi aire» (4 agosto)
Me gusta esta afirmación del sociólogo Émile Durkheim:
«Hacer una manifestación es como bailar para hacer llover». No obstante, quizás
bailar es no resignarse a ser solo sed y la espera de calmarla.
La montaña me hace mucho
bien, mi carácter necesita altura, manantial, verde, estrellas, rocas y
piedras, flores, olores y silencio lleno de rumores.
«A mi aire» (18 agosto)
No guardar silencio,
empatía y respeto ante las víctimas de terrorismo (17 A, en Barcelona) es
repugnante.
Hoy, mientras caminaba, me
han adelantado corriendo un hombre y una mujer (ya sé que la teoría queer
hace tiempo que plantea que valoramos si una persona es hombre o mujer por el
aspecto exterior: ropa, forma de caminar, cabello, etc.); ambos llevaban ropa
deportiva muy similar. Mientras los miraba me ha venido a la cabeza la
diferente constitución física de ambos (y eso que los veía de espaldas).
Enseguida he pensado sobre el significado de esa diferencia, por ejemplo, a la
hora de correr. La verdad es que no tengo ni idea si influye o no, lo que tengo
claro es que esa diferencia no explica la inferioridad, la vulnerabilidad o la
discriminación.
Un pensamiento muy simple,
cierto, pero pensad que estaba caminando, sudando y cansada (y eso que eran las
7:30 h de la mañana).
«A mi aire» (1 septiembre)
Este verano está siendo
muy duro en cuanto a las condiciones climáticas: temperaturas muy elevadas
durante muchos días seguidos y muy poca lluvia. La sequía y los incendios se
adueñan aquí y allá de la masa forestal. Si llueve, llueve mal y cae piedra de
unas dimensiones desmedidas que destrozan todo lo que pillan a su paso (incluso
la muerte de una pequeña).
La vertiente social es que
hay pobreza energética y mucha gente no tiene recursos para afrontar este calor.
La calidad de vida se deteriora y las personas más vulnerables enferman y mueren.
Pensemos en lo que hacemos
y en lo que consentimos que hagan las grandes empresas, principales culpables
del cambio climático.
«A mi aire» (8 septiembre)
Leer a mi aire tiene sorpresas muy agradables. Entre
otras que se produzcan conexiones asombrosas e inesperadas entre ellas. Leo un
libro de dos trotskistas sobre su experiencia en la Guerra Civil y me aparece
un nombre: Jaume Miravitlles de ERC (Comisario de Propaganda de la Generalitat
en 1936). A la vez leo un libro de Jordi Amat sobre la historia política
catalana desde el franquismo hasta la actualidad y aparece recogido el momento
en que Jaume Miravitlles regresa a España tras su exilio en la década de los
sesenta.
Que maravilla cuando se produce la circularidad de
las lecturas.
Vivo la investigación
histórica con verdadera pasión. No lo concibo de otra manera.
Siempre he sido una
historiadora atípica porque no me ha acogido nunca la institución que facilita
(académica y económicamente) el trabajo de investigación. Siempre he
investigado al margen de los canales convencionales (de ahí el nombre de mi
blog: Pensar en el margen) y aunque el sacrificio ha sido mucho, la libertad
que me ha proporcionado ir «a mi aire» ha sido mucho más grande.
Mañana día 16 presento mi
libro en Alicante (por si hay alguien por aquí que viva allí o cerca) en la
sede de la Universidad, C/ Ramón y Cajal nº 4 a las 20 h.
«A mi aire» (22 septiembre)
Mañana empieza el otoño,
lo espero con ansia y con devoción.
Necesito urgentemente que
termine el calor, que se tamice la luz, que se acorte el día, que todo se
adormezca.
Preciso el viento que haga
caer las hojas, la lluvia que refresque la tierra, las calles, que se pose en
los árboles y en los ríos.
No tardes mucho.
«A mi aire» (29 septiembre)
Cuando las personas nos
echamos a la calle hartas de aguantar el ejercicio del poder de manera
jerárquica, tiránica, empobrecedora para la mayoría y dominadora (eso también
sucede en las democracias, no solo en los sistemas totalitarios)… sale al
espacio público lo mejor de la gente. Esas explosiones es difícil que provoquen
cambios profundos (aunque solo desde ellas tenemos alguna oportunidad), pero
resistir nunca será fracasar.
Mi admiración a las
mujeres y los hombres iraníes que salen a la calle por la muerte de Amini.