martes, 23 de junio de 2020

HISTORIAS DEL CONFINAMIENTO


18º DÍA DE CONFINAMIENTO (1 de abril, 2020)
Pensamientos caóticos:
Resulta que lo esencial para la vida es la alimentación y el agua.
Resulta que podemos dejar el consumismo emocional y no pasa nada.
Resulta qe al cerrar todo, los camioneros (¿hay mujeres?) no pueden ducharse, ni mear, ni comer caliente.
Me he enterado de que podríamos apoyar a las pequeñas librerías comprando libros por anticipado.
Mi pequeña alegría tiene flores.

19º DÍA DE CONFINAMIENTO (2 de abril, 2020)
En la república ácrato-habnera de mi casa seguimos bien.
Me asomo al balcón y detecto comportamientos sugestionados y mediatizados por el miedo (un hombre con una especie de burka en la cabeza y su perro con calcetines).
Una sensación de amenaza exterior me asalta cuando me despisto.
Habrá que evitar que nos hablen de culpables con fines políticos y mantener la cabeza fría para que no nos engañen cuando esto pase.
¿Por qué pese a todos somos una minoría aplaudiendo a las 20 h.?

20º DÍA DE CONFINAMIENTO (3 de abril, 2020)
Cada día a las 20 h. salgo al balcón pertrechada con anorac y pito para recordar al vecindario lo poco que cuesta agradecer a quienes están trabajando en los sectores esenciales.
Cada día está la pareja de enfrente que suele poner el “resisitiré”, una familia con sus hijos y una niña que enseña sus dibujos, los y las trabajadoras de una tienda de alimentación que salen a la puerta con mascarillas, una madre con su niña que trota por el balcón, el vecino de al lado con el que charlamos mientras aplaudimos.
Gracias comunidad de balcones.

21º DÍA DE CONFINAMIENTO (4 de abril, 2020)
(Hoy me he dormido, que suerte)
La comunidad de los balcones, de la que hablaba ayer, nos pone de manifiesto la dimensión ética de quienes la forman: una combinación de talento y humildad.
Ponemos en práctica nuestra capacidad de empatía y afinidad. La capacidad de compasión es algo hermoso por combinar el poder de comprensión con la fuerza para condolernos con una comunidad sufriente.

22º DÍA DE CONFINAMIENTO (5 de abril, 2020)
Ayer pensaba en los hábitos de confinamiento que ya tenemos porque esto se está alargando mucho.
Uno de esos hábitos es escribir esta “historia” diaria que no sé si podré mantener.
Se me acaban las ideas “profundas” y me invaden las frívolas… como esa crema que se me va a acabar (¿alguien tiene alternativa casera?), esa bombilla que se ha fundido y otras mil “historias minúsculas” (dixit Michon).
23º DÍA DE CONFINAMIENTO (6 de abril, 2020)
Hay algo que me preocupa mucho, soy de la opinión que estamos tejidos por la época a la que pertenecemos.
Esta época es triste por demás y eso puede significar que el futuro adoptará un signo negativo predominando el pesimismo ante el porvenir..
¿Cómo revertir esa tristeza, resistir y actuar?
Las amenazas son muchas, a estas alturas ya he comprendido que el coronavirus no es la más grave, sintiendo todo su poder amenazador.

24º DÍA DE CONFINAMIENTO (7 de abril, 2020)
En la línea de capturar la VIDA en la inmediatez (circulan muchos análisis interesantes sobre el futuro triste o luminoso que nos espera) espero que “veamos” que héroes y heroínas aplaudidas a las 20 h., son personas mal pagadas y precarizadas.
Personalsanitario, transportistas, reponedoras, cajeras de supers, limpiadoras y tantas otras que hacen posible que estemos abastecidas de lo necesario en casa y atendida nuestra salud dentro de lo posible.

4 comentarios:

  1. Una visión muy interesante de la situación. Un saludo

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    1. Gracias Susana, piensa que cada uno de estos textos breves los publicaba cada día de la semana, así que dependía mucho de las novedades o de mi estado de ánimo.

      Un saludo.

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  2. cuando a las mujeres les paso lo que les paso?

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Tus comentarios siempre aportarán otra visión y, por ello, me interesan.