El título, ¿Qué fue de los intelectuales?(1), es muy explícito, estamos ante un libro en
el que, a modo de entrevista, Enzo Traverso reflexiona sobre la
intelectualidad, su papel en la sociedad, en especial en el espacio político.
Se articula alrededor de tres capítulos: Del nacimiento de los intelectuales a
su declive, El ascenso del neoconservadurismo y, por último, ¿Cuáles son las
alternativas para el futuro?
En el primer capítulo se hace el repaso de la evolución
de la intelectualidad desde el caso Dreyfus con su defensa de los derechos
humanos, punto en el que Traverso sitúa su nacimiento, hasta la época actual
que arranca de la caída del Muro de Berlín en que se inicia su declive.
Es la caída del llamado «socialismo real»,
simbolizado por el Muro de Berlín, la que marca el dominio de la comunicación
en la política y la hegemonía del capitalismo cuyos efectos provocan el eclipse
del papel de la intelectualidad. Es la época en la que se extiende el neoconservadurismo,
las utopías se derrumban y con ellas las ideologías.
En el tercer capítulo se percibe como triunfan los
«especialistas» que se vinculan al poder como «expertos» desconectados de la
sociedad y de los movimientos sociales. En esta situación la intelectualidad es
irrelevante y su futuro no parece bueno.
Me ha resultado interesante el cambio de paradigma que
dibuja respecto a los partidos políticos que desde la década de 1980 ya no
necesitan militantes ni intelectuales, sino gerentes de comunicación. Los
partidos se han vuelto postideológicos: ya no tienen una línea rectora, tampoco
una clara identidad social. Todos sufrieron escisiones, metamorfosis, incluso
se disolvieron. Se convirtieron en partidos catch-all
(«atrápalo todo» o «partidos de todo el mundo». No precisan de un diario,
se expresan a través de los medios y orientan su línea según las fluctuaciones
de una opinión medida por sondeos, así como bajo la presión de cierta cantidad
de lobbies. Estos partidos ya no
precisan de intelectuales puesto que ya no defienden ideas ni proyectos, lo que
necesitan es publicistas que vendan la marca del producto (pp. 58-59).
En 1989 concluye un ciclo histórico y señala el
triunfo del capitalismo que es un sistema sin alternativa. La hegemonía
neoliberal nació de la derrota histórica del comunismo (pp. 59-60). El antiguo
intelectual comprometido ha derivado en un nuevo intelectual, cuya postura
política derivaría de su humanismo (p. 71).
La política de la identidad surgió de las luchas de
los grupos dominados y subalternos que se sumaron a una crisis mayor de la
identidad estadounidense tradicional. Más tarde, con la crisis del marxismo y
el final del socialismo real, la noción de identidad
comenzó a reemplazar a la de clase en
las ciencias humanas y sociales (p. 94).
Son reflexiones que te conducen a otras y que te
hacen comprender mejor nuestro mundo.
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(1)Enzo Traverso (2014): ¿Qué fue de los intelectuales? Buenos Aires, Siglo Veintiuno.
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