Diversas ideologías
y creencias religiosas se han fundamentado en una pretensión de totalidad y hambre de lo
trascendente, necesitando alimentar las mentes de sus seguidores/as
de manera continuada a base de mitos. Todas ellas se han aprovechado (y
se aprovechan) de la reserva emocional de los seres humanos, por ello en sus actos y celebraciones, los
participantes comunican y comparten valores (tierra, historia, ancestros,
mitos, etc.) y emociones.
AGUSTÍN COMOTTO
La anarquía es justamente
el rechazo de todo principio absoluto, de todo principio inicial, la anarquía
es la afirmación de lo múltiple, de la diversidad ilimitada de los seres y de
su capacidad para pensar y construir un
mundo sin jerarquías, sin dominación, sin mitos que supongan dependencias. Sin
intentar convertir la libertad en otro absoluto, la anarquía busca la libre
asociación de fuerzas radicalmente libres y autónomas que pueden mostrar la
capacidad para expresar el poder de que son portadoras las personas. La
anarquía busca liberar trabas, mitos y
dependencias, permitiendo ir hasta el límite de lo posible.
La “afinidad
electiva”[1] es una noción reinterpretada por el movimiento libertario que tiene,
en parte, su origen en la novela de Goethe, Las
afinidades electivas (1809), que pone
en tela de juicio los fundamentos del matrimonio y le permitió a su autor
reflexionar en torno a la moral, el dominio de sí y la alienación enfermiza
causada por la dificultad de enfrentar las propias pasiones.
Las afinidades entre
las personas toman en consideración el temperamento, las diferentes formas de
sensibilidad, los diferentes rasgos de carácter y las diferentes maneras de integrarse con los
demás. La asociación debería ser el arte de despertar lo mejor de cada persona,
descartando lo peor, la capacidad de movilizar recursos nuevos, positivos y
portadores de libertad y de vida. Romper con los estereotipos y los roles
impuestos requiere que se ponga a su servicio lo mejor de quienes se organizan
por afinidad.
Ejemplos de afinidad
electiva fueron los diversos grupos de Mujeres Libres/Libertarias de la época
de la Transición que se asociaron en grupos de rebeldes, desobedientes y heterodoxas que indagaron y
lucharon por buscar caminos no explorados.
[1] Esta reflexión ha sido inspirada por la caracterización de este concepto que hace Daniel Colson (2003): Pequeño léxico filosófico del anarquismo. De Proudhon a Deleuze. Nueva Visión, Buenos Aires.
ResponderEliminarNunca se deja de aprender si mantenemos la mente, el espíritu y el corazón abiertos...
Totalmente de acuerdo, esa es la clave para evitar la ceguera y el fanatismo.
EliminarUn abrazo!!