No es la primera vez que traigo algún fragmento de
ficción que trata sobre la memoria. Como historiadora es un tema para mi
recurrente que hoy solo pretendo proponer con este magnífico fragmento de un
novelista malayo, Tan Twan Eng, en su novela El jardín de las brumas.
La memoria es como la luz del sol en un valle nublado que cambia con el movimiento de las nubes. De vez en cuando la luz dará en un punto determinado y lo iluminará durante un momento antes de que el viento haga que se cierre el hueco y el mundo vuelva a estar sombrío (p. 452).Las fotografías son del Jardín japonés de Kildare, Irlanda, y están realizadas por mi misma.
ResponderEliminarFragilidad...
Un beso.
Muy cierto.
EliminarBesos!
El fragmento es preciso y contiene a pesar de ello una descripción hermosa. como ese jardín que se adhiere a la vista. Un beso.
ResponderEliminarSiempre busco la armonía entre el texto y la imagen. Gracias.
EliminarUn beso.