Una persona culta es aquella (…) que sabe cómo elegir compañía entre los hombres [y mujeres], entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. H. Arendt

sábado, 7 de junio de 2014

JOSEPH ROTH, La filial del infierno en la Tierra. Escritos desde la emigración.

Alguien comentó una frase de este autor mientras estaba abstraída tomando café a la hora del almuerzo. Apunté su nombre y busqué sus obras, compré dos: los escritos incluidos en  La filial del infierno… y la novela Fuga sin fin (1927).

Roth nació en 1894 en Brody, en la región de Galitzia, por entonces en el Imperio Austro-Húngaro. Hoy esta región se divide entre Polonia y Ucrania. La caída del Imperio, tras la derrota en la Iª Guerra Mundial, marcó a Roth con un sentido de pérdida de la patria que aparece con frecuencia en sus escritos y novelas.


Hijo de una familia judía, participó en la guerra sirviendo al ejército austriaco. Cuando finalizó el conflicto trabajó en varios periódicos hasta que se trasladó a Berlín y se casó con Friederiche Reichler, judía de Galitzia como él mismo y que padecía esquizofrenia, lo cual le provocó una profunda crisis emocional (y financiera por los cuidados que debía dar a su mujer). Desde 1923 hasta 1932 Roth fue corresponsal para el Frankfurter Zeitung, viajando por toda Europa. Fue en esta época cuando se convirtió en un escritor de éxito, especialmente con su novela La marcha Radetzky (1932).

En 1933 cuando Hitler fue nombrado canciller, dejó Berlín y regresó a Viena. Menos de un año después fue asesinado el canciller federal Engelbert Dollfuss, en un intento de golpe de Estado de los nazis austriacos. Roth decidió marcharse de Viena y vivió en diversas ciudades europeas, especialmente París.

Sus libros fueron quemados en Alemania como él había predicho, sin embargo fue en esos seis años de emigración cuando publicó más de la mitad de su obra, tanto novelas como artículos sobre el totalitarismo y contra el régimen nazi. Es el caso de los artículos reunidos en este libro y que abarcan del 1 de julio de 1933 a la primavera de 1939 (incorpora también cuatro cartas que escribió a Stefan Zweig entre 1933 y 1935). También en estos años, Roth decidió convertirse al catolicismo y aquejado por problemas de salud, bebió hasta consumirse. Murió en París en 1939, tres días antes de que estallara la II Guerra Mundial. Su familia desapareció en los campos de concentración, su mujer fue asesinada en aplicación de las leyes eugenésicas para eliminar enfermos mentales.


Leer sus artículos de la emigración es como descender al infierno de forma anticipada, es sentir la impotencia de un hombre clamando en el desierto, es emocionarse con su claridad y convincente energía, es percibir al disidente que sufre por la indiferencia ajena y responde con pasión ofreciendo toda su vulnerabilidad en la soledad del  NO individual. Una sola sílaba que resume la independencia de criterio de Joseph Roth.

Es una lectura devastadora, que no da respiro pero no puedes dejar de leer, una lectura en la que a través del testimonio de Roth vas advirtiendo que en esa época todo ira de mal en peor, mientras el racionalismo y la coherencia de personas como Roth no son atendidas entre la indiferencia que precede al desastre y la bestialidad.

El espíritu aniquilado

La quema de libros, la expulsión de los escritores judíos y todos los demás desvaríos (…) pretenden aniquilar el espíritu. (…) la Europa espiritual se rinde. Se rinde por debilidad, por desidia, por indiferencia, por irreflexión. El futuro deberá investigar con exactitud los motivos de esta capitulación vergonzosa. París, 1933.
La verdad
La adulteración de la verdad se consigue en el periodo más corto de tiempo recurriendo a la exageración o a la simple negación de la realidad. (…)La verdad requiere propagación, pero no “propaganda”. 1938
Sé que mientras nosotros nos esforzamos por decir la verdad, en un simple papel, el altavoz ya está allí preparado para el transmisor de mentiras (…). Aun así nosotros hablamos. Aun así, escribimos. Porque sabemos que las palabras veraces no mueren. Nuestra fe es sólida, porque no teme la duda. Al contrario, ésta la refuerza. 1938
Roth se devanaba los sesos sobre cómo expresar lo inexpresable. El círculo de fascinación de la mentira, que los criminales levantan en torno a sus fechorías, paraliza la palabra y a los escritores, que están a su servicio. Y daba vueltas y vueltas sobre la necesidad de tomar la palabra (…) la palabra amenazada por la paralización. 1938
La indiferencia
(…) los indiferentes siempre han contribuido a que el mal triunfe.
Si el humanitarismo se percibe como excepcional, ello significa que la inhumanidad es lo acostumbrado. Lo natural se convierte sin más en sobrenatural.(…) Nada es tan brutal como la indiferencia frente a lo que ocurre en el terreno de lo humano. 1939

Es una lectura que hay que leer con meticulosidad, lentitud y mente abierta. En mi caso es lo que he hecho para evitar que sus reflexiones como creyente me impidieran no valorar en su justo término su pensamiento. Es un libro para releer muchas veces.

7 comentarios:


  1. Me suena haber leído alguna referencia sobre este autor y sobre su novela "La marcha Radetzky", Ahora mismo necesito lecturas más ligeritas, pero tomo nota.

    Besos sabáticos!!!!

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    1. Es un escritor que nos puede abrir los ojos tras tantos años fallecido.

      Besos!!

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  2. Pensar, parece ser, una de las ocupaciones más arriesgadas del que desea ser. Una gran lección sobre lo acontecido, y sufrido, no ha tanto tiempo y que deberiamos tener siempre presente. Un beso.

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    1. Pensar en tiempos de unanimidades o en tiempos de caos es de lo más peligroso, es cierto. Ciertas actitudes de entonces me recuerdan a las de ahora.

      Besos.

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  3. La escritura de Roth es contundente y testimonial. Conjuga la mirada de un observador minucioso -sin apasionamientos, aun sin estar fuera- y la defensa de aquellos que han sido objeto de escarnio, humillaciones y violaciones a los derechos humanos varios, mediado por una burla mordaz sobre el poder y la decadencia de un sistema de gobierno que se derrumba. En este sentido, su obra es de vanguardia y un ejemplo de compromiso.
    Si tienes algo de tiempo, Laura, te recomiendo 'La cripta de los capuchinos', un resumen de su visión sobre el tiempo que le había tocado vivir.
    Recibe muchos besos desde este confín.

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    1. Totalmente de acuerdo. Su lectura me ha impresionado y lo sigo teniendo en la mente después de muchos días de su lectura.

      Tomo nota de esa novela que mencionas, naturalmente me interesa mucho.

      Besos!!

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    2. He tenido algo de fortuna. Hoy paso a retirar ambos libros. De 'Fuga sin fin', sólo quedan disponibles un par de ejemplares en todo Buenos Aires... Cuando los lea, ya sabes...
      Un beso grande y buen finde para ti!

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