La genealogía en la
historia es escudriñar en aquellos aspectos descartados por la gran Historia
porque no encajan en su sentido lineal de causa/efecto y bucear en los
sedimentos bastardos de la historia en minúscula. Construir la genealogía de
tantos hechos dados por naturales y, por tanto, despolitizados, nos permitirá
descubrir hechos marginados para construir un hoy diferente al relato normativo
y dominante.
«A mi aire» (13 abril)
Tejer nodos entre afines
es algo vital, tanto desde el punto de vista personal como social.
[NODOS en informática y
telecomunicación es un punto de intersección, conexión o unión de varios
elementos que confluyen en el mismo lugar].
Que las técnicas de poder
son polimorfas es algo evidente. ¿Cómo se llega a que adolescentes de 13 y 14
años consideren a otras adolescentes y niñas víctimas «naturales» de su
«natural» violencia masculina?
Deberíamos pensar en eso y
no en cómo aplicar el código penal a los agresores.
«A mi aire» (27 abril)
La construcción de un
problema es parte de su solución.
Debemos pensar porqué una
parte importante de los feminismos ha caído en la lógica punitivista que supone
una construcción binaria y rígida -además de individualista- de los conflictos
y malestares comunitarios.
Es tan fácil y bonito
«estar» y «ser» siempre de las «buenas».
«A mi aire» (4 mayo)
No suelo hablar de las
religiones pero, ¿alguien puede explicarme por qué en un país aconfesional, la iglesia
católica (y ahora las demás religiones) goza de privilegios fiscales y otros
muchos privilegios?
Y encima, para ver una
catedral o una ermita hay que pagar…
Ya hace tiempo que he
decidido no pagar un euro a la puerta de sus edificios, no participar en sus
actos en las calles, no incorporar ningún rito suyo a mi vida, etc.
No voy a lograr nada, lo
sé, es por ética.
«A mi aire» (11 mayo)
Hay mucho que me aleja de
las creencias, entre ellas el arrepentimiento. Me parece que es una excusa
fácil, una forma de escape.
«A mi aire» (18 mayo)
Puede parecer que «a mi
aire» es un listado de enfados, cabreos y decepciones, en parte lo es…
Hoy cambio el tono: me
encanta levantarme cuando aún es de noche, salir al balcón y apreciar cómo será
el día. Reviso mis plantas y sus flores si las tienen. Soy feliz con ropa
cómoda, me encanta tomar un té negro bien cargado y caliente (incluso en
verano). Disfruto leyendo en silencio. Como siempre ando con contracturas en la
espalda, me gusta practicar yoga (debería meditar más y dejar el pensamiento en
punto cero, imposible para mi). Me relaja caminar mirando el mar (procuro
pescar amaneceres). Aprecio una buena conversación con cualquier persona
(especialmente si son amigas o amigos).
Me gusta soñar que soy
libre por encima de casi cualquier cosa (o lo más libre posible).
Y paro. Esto puede acabar
en ñoñería.
«A mi aire» (25 mayo)
Hace tiempo que me llama
la atención uno de los muchos cajones de sastre que sirve para casi todo:
PROGRESISTA. El diccionario dice que progresismo es la «ideología y doctrina que defiende y busca el
desarrollo y el progreso de la sociedad en todos los ámbitos y especialmente en
el político-social».
¿Aún hay quien piensa que el concepto de progreso es positivo? ¿Dónde
nos ha llevado el progreso sino al borde del precipicio con un capitalismo
suicida que expolia el planeta y se rige por la necropolítica? El
progreso nos ha llevado a que la distinción entre el ser humano, la cosa y la
mercancía tienda a desaparecer y a borrarse.
¡¡Por favor, no me incluyas nunca entre los progresistas!!
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