ESTA ES MI INTERVENCIÓN EN EL ACTO
(naturalmente no incluye comentarios y otros añadidos que salen sobre la marcha)
Me gustaría empezar mi breve
intervención con algunas palabras un poco airadas contra lo que podemos llamar
«el secuestro de lo real».
«Sindicalista llibertària» dice en
esta placa dedicada a Concha Pérez, con estos términos trata el Ayuntamiento de
Barcelona de plasmar quién fue Concha Pérez y porqué se le dedica esta plaza.
Resulta extrañamente familiar que
muchas voces anarquistas sean sometidas a un proceso de difuminación de planos
enteros de su vida y de su pensamiento como voces intempestivas que se intentan
borrar incluso cuando se les dedica una plaza como en este caso.
¿Cómo recuperar esas
voces? ¿Cómo recuperar la voz de Concha Pérez?
1)Restituyendo las dimensiones
emborronadas. Volver a tejer lo que astutamente se ha descosido con el fin de
separar nítidamente el «yo» de una voz singular y el «nosotros/as» abierto y
transformador donde se inscribía y en el que se alimentaba.
2)Seguir usando su
pensamiento, conectándolo con los problemas actuales de las prácticas de
emancipación.
¿Qué ha sido emborronado
y descosido?
Concha tuvo un perfil nítido de mujer
anarquista, integrada plenamente en el Movimiento Libertario tanto por sus
vínculos familiares (su padre fue militante anarcosindicalista que sufrió
prisión durante la Dictadura de Primo de Rivera) como por su trayectoria
personal. No hay duda de que fue una mujer cuya voz singular estaba inscrita en
un «nosotros/as» colectivo.
Formó parte durante los años treinta
del siglo pasado de la FAI (grupos Sacco y Vanzetti primero, y Siempre
Adelante, después). Desde luego, formó parte del Movimiento Libertario porque
estuvo sindicada en la CNT (sindicato anarcosindicalista, no libertario) y en
las Juventudes Libertarias. Pero no solo eso, frecuentó el Ateneo Faros y hacia
1935 fue miembro del Ateneo Humanidad.
En general las mujeres se encontraban
cómodas en los Ateneos, enraizadas a la realidad de sus barrios, vinculadas por
lazos de proximidad a sus vecinas preocupadas por las reclamaciones
relacionadas con los «cuidados» (entendidos como gestión de la vida en sentido
amplio: vivienda, alimentación, higiene, cultura, educación (se vinculó a la
escuela autogestionaria Élisée Reclus, montada por Félix Carrasquer).
Fue una activa y valiente activista
que no dudo en participar, con dieciocho años, en la insurrección anarquista de
1933, encuadrada en el «Movimiento 8 de enero» del que formaba parte Juan
García Oliver, siendo detenida y encarcelada durante cinco meses. En julio de
1936 combatió el levantamiento fascista en Barcelona, participando en los
asaltos del cuartel de Pedralbes y de la prisión Modelo. Inmediatamente después
salió hacia el frente de Aragón como miliciana enrolada en la Columna Ortiz y
posteriormente en el grupo Carlo Rosselli. Concha Pérez, por tanto, empuñó las
armas, respondía al perfil de la miliciana: mujer joven, con vínculos
políticos, familiares y afectivos con sus compañeros de milicias: Y actuó motivada
por su conciencia política y social. Participó también en los Hechos de Mayo de
1937 en los que ERC y los comunistas del PSUC quisieron acabar con la
revolución social. En los enfrentamientos armados con dichas fuerzas fue
herida.
Clarificado
el pasado, este puede ser la «infraestructura moral» para hacer frente, ayer,
hoy y mañana, a la voluntad de poder. ¿Cuál puede ser hoy la actualidad de
Concha Pérez?
· Un
primer rasgo de actualidad es su trayectoria personal basada en la lucha
radical contra cualquier forma de dominación, fuera laboral, vivencial,
política, social, etc.
· Para
ella fue clave la defensa de la libertad personal y colectiva entre iguales.
Algo que hoy sigue siendo más actual que nunca.
· Trató
de ser consecuente en su práctica cotidiana con las ideas que la guiaban. Tuvo
claro que la solidaridad y el apoyo mutuo eran fundamentales para romper la
lógica mercantilista que hegemoniza la vida.
· Su
apuesta por la cultura y la educación tenía como objetivo cultivar el espíritu
crítico para resistir la imposición de los valores y el pensamiento único
propiciados por el capitalismo y tratar de mantener y enriquecer los propios
valores alternativos.
En
conclusión, Concha Pérez fue mucho más que una «sindicalista libertaria», pero
siempre que se dedican placas a anarquistas se secuestra lo real,
invisibilizando esa palabra que sigue quemando: ANARQUÍA.
La apropiación que se está haciendo en toda América y ahora hasta en España de la palabra libertario por liberales asilvestrados reaccionarios, sectarios de Ayn Rand o
ResponderEliminarde la Escuela Austriaca o cercana a la extrema derecha es de juzgado de guardia.
Al final habrá que poner una coletilla y proclamarse libertarios de izquierda, abarcó comunistas palabra que detesto o similares.
Un abrazo
De todas formas, lo que intentaba poner en evidencia no es la apropiación de libertario, sino la invisibilización de anarquismo, una palabra que quema en las manos de republicanos, y gentes de izquierda diversa.
EliminarUn abrazo.