Este texto es una breve introducción que forma parte de la exposición que desarrollé en la Universidad de Verano en Jaca el 8 de julio de 2021. El título de mi exposición era "Las mujeres, sujeto activo en la Historia del siglo XX. Enfoques para el aula", formaba parte del curso: "Enseñar la Historia del siglo XX. Nuevas perspectivas y didáctica de la Historia".
La historia de las mujeres sigue siendo considerada
por amplios sectores de la comunidad académica como una historia parcial y
militante, por tanto carente de la «cientificidad necesaria» para formar parte
del conocimiento universal. Por eso se puede admitir como una optativa, pero no
como parte de la enseñanza básica.
«Las
mujeres no me aparecen», fue la respuesta de un amigo historiador cuando le pregunté
acerca de dónde estaban las mujeres en su investigación histórica. Su respuesta
oculta que la ausencia de
las mujeres en la historia es el resultado de una elección. Sabemos que los
documentos hablan si se sabe interrogarles: hacerles las preguntas pertinentes.
Y son esas preguntas y miradas las que contribuyen a la ampliación de la
documentación histórica. Basta con un cambio de pregunta a la documentación
tradicional para operar una ruptura.
Además hay que recordar las lagunas, los olvidos,
los silencios de la documentación y por
qué se producen. Sea consciente o inconscientemente las condiciones de
producción del documento deben ser minuciosamente establecidas ya que las
estructuras de poder de una sociedad comprenden el poder de las categorías y
testimonios susceptibles de orientar la historiografía en un sentido o en otro.
En el proceso de selección, clasificación y codificación de la documentación
existente se profundiza la invisibilidad de las mujeres: por ejemplo, en la
documentación gremial: en los censos y padrones no se diferencian a mujeres de
varones en los oficios, jefaturas de casa, etc.
El cambio debe centrarse en la metodología de la
historia hacia una historia abierta, en construcción e interpretativa. Mientras
no se produzca este cambio de modelo, la Historia de las Mujeres será algo
anecdótico puesto que es incompatible con una historiografía tradicional caracterizada
por su parcialidad, androcentrismo y sexismo.
Androcentrismo ¿y por qué no eurocentrismo o simplemente racismo por olvidarse de las historias de otras razas o pueblos?
ResponderEliminar¿Y por qué no hacer como intentó Foucault una historia de la locura?
¿Una historia de los gitanos por ejemplo?
Acusar desde la historia el sesgo de la historiografía evidentemente siempre parcial y manipulada no deja de ser un tema digno de estudio y en algún caso paradójico.
Siempre es de agradecer que los que se dedican a la historia sufran revelaciones al calor de las modas del momento.
Todo el mundo puede caerse del caballo en el camino de Damasco por mucho que uno haya estado en el tema hace tiempo.
Un abrazo
Androcentrismo porque es el tema de la conferencia concertada con los organizadores del curso de la Universidad de verano.
EliminarAndrocentrismo porque uno de mis temas de investigación es Historia de las Mujeres, algo inexistente hasta hace sesenta años y que ha provocado la invisibilidad de la mitad de la humanidad en una historia claramente androcéntrica.
No creo que sea una moda, simplemente es hacer una historia que incluya a toda la humanidad. Tú nombras minorías (y estoy de acuerdo con que estén dentro de la historia, que no se los ignore como se ha hecho hasta hace bien poco), yo hablo de la mitad de la humanidad.
Un abrazo.