viernes, 13 de agosto de 2021

Ausencia de las mujeres en la historia: «Las mujeres no me aparecen»

 

Este texto es una breve introducción que forma parte de la exposición que desarrollé en la Universidad de Verano en Jaca el 8 de julio de 2021. El título de mi exposición era "Las mujeres, sujeto activo en la Historia del siglo XX. Enfoques para el aula", formaba parte del curso: "Enseñar la Historia del siglo XX. Nuevas perspectivas y didáctica de la Historia".



La Historia, tal y como ha sido narrada durante mucho tiempo, no es más que una historia sesgada basada en una mirada androcéntrica. El paradigma historiográfico que sigue impregnando la enseñanza de la historia es el que se basa en el historicismo
[1], la diacronía[2] y, en definitiva, la hegemonía de las historias generales.

La historia de las mujeres sigue siendo considerada por amplios sectores de la comunidad académica como una historia parcial y militante, por tanto carente de la «cientificidad necesaria» para formar parte del conocimiento universal. Por eso se puede admitir como una optativa, pero no como parte de la enseñanza básica.

«Las mujeres no me aparecen», fue la respuesta de un amigo historiador cuando le pregunté acerca de dónde estaban las mujeres en su investigación histórica. Su respuesta oculta que la ausencia de las mujeres en la historia es el resultado de una elección. Sabemos que los documentos hablan si se sabe interrogarles: hacerles las preguntas pertinentes. Y son esas preguntas y miradas las que contribuyen a la ampliación de la documentación histórica. Basta con un cambio de pregunta a la documentación tradicional para operar una ruptura.

Además hay que recordar las lagunas, los olvidos, los silencios de la documentación  y por qué se producen. Sea consciente o inconscientemente las condiciones de producción del documento deben ser minuciosamente establecidas ya que las estructuras de poder de una sociedad comprenden el poder de las categorías y testimonios susceptibles de orientar la historiografía en un sentido o en otro. En el proceso de selección, clasificación y codificación de la documentación existente se profundiza la invisibilidad de las mujeres: por ejemplo, en la documentación gremial: en los censos y padrones no se diferencian a mujeres de varones en los oficios, jefaturas de casa, etc.

El cambio debe centrarse en la metodología de la historia hacia una historia abierta, en construcción e interpretativa. Mientras no se produzca este cambio de modelo, la Historia de las Mujeres será algo anecdótico puesto que es incompatible con una historiografía tradicional caracterizada por su parcialidad, androcentrismo y sexismo.



[1] El historicismo considera toda la realidad como el producto de un devenir histórico. Es la base de la concepción lineal de la historia que lleva al progreso= MODERNIDAD

[2] Diacronía: evolución de un hecho, un fenómeno o una circunstancia a través del tiempo.

2 comentarios:

  1. Androcentrismo ¿y por qué no eurocentrismo o simplemente racismo por olvidarse de las historias de otras razas o pueblos?
    ¿Y por qué no hacer como intentó Foucault una historia de la locura?
    ¿Una historia de los gitanos por ejemplo?
    Acusar desde la historia el sesgo de la historiografía evidentemente siempre parcial y manipulada no deja de ser un tema digno de estudio y en algún caso paradójico.
    Siempre es de agradecer que los que se dedican a la historia sufran revelaciones al calor de las modas del momento.
    Todo el mundo puede caerse del caballo en el camino de Damasco por mucho que uno haya estado en el tema hace tiempo.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Androcentrismo porque es el tema de la conferencia concertada con los organizadores del curso de la Universidad de verano.
      Androcentrismo porque uno de mis temas de investigación es Historia de las Mujeres, algo inexistente hasta hace sesenta años y que ha provocado la invisibilidad de la mitad de la humanidad en una historia claramente androcéntrica.
      No creo que sea una moda, simplemente es hacer una historia que incluya a toda la humanidad. Tú nombras minorías (y estoy de acuerdo con que estén dentro de la historia, que no se los ignore como se ha hecho hasta hace bien poco), yo hablo de la mitad de la humanidad.

      Un abrazo.

      Eliminar

Tus comentarios siempre aportarán otra visión y, por ello, me interesan.