Empezaré el recorrido de Nostalgia del absoluto de G. Steiner con la
formulación de esta pregunta que hace al final:
¿Tiene futuro la verdad?
Steiner, para responder a esta vital pregunta parte
de la constatación de la erosión de la religión organizada (específicamente del
cristianismo) en la sociedad occidental desde hace algo más de 150 años. El
decaimiento del cristianismo creó un inmenso
vacío (15) relacionado con las percepciones de justicia social, sentido de
la historia humana, relaciones mente-cuerpo y lugar del conocimiento en nuestra
conducta moral. La nostalgia del Absoluto que generó la erosión del
cristianismo, dio lugar a tres mitologías
que trataron de cubrir el vacío cumpliendo tres condiciones: pretensión de
totalidad; formas reconocibles de inicio y desarrollo; y un lenguaje propio.
Las mitologías elaboradas en occidente (marxismo,
psicoanálisis y antropología estructural),
pueden ser antirreligiosas pero su estructura, aspiraciones y pretensiones son
religiosas en su estrategia y en sus efectos según el autor.
Los tres primeros capítulos los dedica Steiner a
analizar estas mitologías que parten de la racionalidad, dedicando el cuarto
capítulo a las basadas en la irracionalidad, la superstición y el escapismo infantil.
Los tres autores de las analizadas mitologías, Marx,
Freud y Lévi-Strauss, son judíos y, según el autor, hay aspectos judaicos
específicos en los tres, los tres arrancan de la metáfora compartida del pecado
original y cada uno incorpora aspectos del judaísmo como la promesa de
redención, el mesianismo utópico, su furia en pro de la justicia, la lógica de
la historia o la visión promisoria de Marx. La visión de la vuelta a casa con
la muerte, el pesimismo y severidad de su ética o la confianza en el poder de
la palabra de Freud. El sentimiento obsesivo de la retribución, del fracaso del
hombre a la hora de observar sus responsabilidades contractuales con la
creación o la visión apocalíptica de la humanidad de Lévi-Strauss.
El sentimiento occidental de fracaso ha provocado
también una reacción contra el centralismo étnico y cultural que marca el
pensamiento europeo y anglosajón desde la antigua Atenas hasta el periodo
1920-1930. Eso lleva a mucha gente, especialmente joven, según Steiner, a mirar
a otras culturas donde creen encontrar la inocencia y un legítimo impulso de reparación (107).
La cultura occidental está sufriendo una dramática
crisis de confianza y ahí se inscribe la religión cristiana por su actitud ante
las dos guerras mundiales (muy interesante lo que dice al respecto de la
actitud de la iglesia ante la masacre de
la IªGM y el genocidio y terrores totalitarios posteriores). Pero los
recrudecimientos de los grandes terrores políticos homicidas y la vuelta a la
mentira, tortura e intimidación mostraron la insuficiencia de la Ilustración y
de la razón secular (el contrato humanista liberal quedó roto con los campos de
concentración). El impacto del doble fracaso (religión y racionalismo
ilustrado) sobre la psique occidental fue destructivo y esto es lo que les
condujo a confiar en el irracionalismo.
Por debajo de la gran oleada de insensatez está en acción esa nostalgia del Absoluto, ese hambre de lo trascendente que observamos en las mitologías, en las metáforas totalizadoras de la utopía marxista, de la liberación del hombre, en el esquema de Freud del sueño completo de Eros y Tánatos, en la punitiva y apocalíptica ciencia del hombre de Levi-Strauss (108).
Las teologías posreligiosas o sustitutas y todas las
variedades de lo irracional han demostrado ser ilusiones.
La gran ausente para el autor es la ciencia. Y aquí,
parte de la idea de que el ser humano con la verdadera comprensión científica lograría
satisfacer los ardientes deseos de verdad
del espíritu humano y del alma humana (113). Y añade tres conclusiones
preocupantes:
· La
verdad no tiene por qué ser amiga del ser humano.
· Somos
huéspedes de un universo que no está cortado a la medida del ser humano.
· La
verdad tiene futuro, que lo tenga el ser humano es mucho menos claro.
Un ensayo que abre muchos interrogantes y que ofrece mucho
para pensar. El futuro de la humanidad es muy difícil y claramente caminamos al
abismo.
GEORGE STEINER (1974) [12ª ed, 2014]: Nostalgia del absoluto. Siruela, Madrid.
Ni en la ciencia, ni en el mundo de la antropología, al menos la que yo conozco, hay verdades absolutas.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Sin embargo el análisis que hace de Lévi-Strauss (antropólogo muy reconocido) afirma que buscaba crear una mitología partiendo de la racionalidad pero con la misma estructura que las religiones. Y lo mismo dice de Marx y Freud.
EliminarEs un texto muy recomendable.
Un abrazo!!
Leví Strauss era un estructuralista, influenciado po Durkheim y por el sobrino de este Marcel Mauss, personalmente me encuentro mas próximo a Marvin Harris y su teoria del materialismo cultural pese a las múltiples críticas.
ResponderEliminarSaludos.
No conozco tanto las diferentes corrientes dentro de la antropología, sin embargo si conocía a Levi Strauss y algo he leído suyo (hace demasiado tiempo para recordarlo). Buscaré algo de Marvin Harris.
EliminarGracias por tu aportación sobre un tema que dominas.
Saludos!!
ResponderEliminarLos autores que mencionas me recuerdan a mis años de estudio... hace tiempo ya, eh... :O ;P
Pero no dejan de ser actuales... es muy interesante... parece, sí... que "abre muchos interrogantes y que ofrece mucho para pensar."
¿"El futuro de la humanidad es muy difícil y claramente caminamos al abismo."?
Lo primero rotundamente creo que sí, lo segundo... evidentemente, no lo sé... pero sí que lo pareciera/parece en muchos momentos y a lo largo de la historia... visto lo visto...
Besos!!
El escepticismo me va ganando paso a paso. Y mira que intento resistirme pero, a veces, la realidad que nos rodea me impide ver las cosas de forma más optimista. Ojalá esto que pienso sea un error completo.
EliminarBesos!!