Una persona culta es aquella (…) que sabe cómo elegir compañía entre los hombres [y mujeres], entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. H. Arendt

lunes, 3 de noviembre de 2025

APOYO MUTUO, UNA HERRAMIENTA SOLIDARIA


 

Este escrito se basa en la lectura de un libro[1] que con altibajos me parece una buena herramienta para los grupos de apoyo mutuo (en general, para cualquier grupo activista). Empezaré diciendo que me llama la atención que el autor no mencione como genealogía, aunque también como actualidad, que el «apoyo mutuo» tiene un largo recorrido en los anarquismos. No pretendo decir que solo los anarquistas lo hayan teorizado[2] y aplicado a la práctica, pero me resulta extraño esa invisibilidad o ignorancia de su importancia dentro de dicho movimiento.

El libro de 145 páginas se estructura en dos partes y una Introducción titulada: «Las crisis requieren tácticas audaces». La primera parte es más teórica: «¿Qué es el apoyo mutuo?», y son apenas treinta páginas, desde mi punto de vista bastante floja. Se trata de reflexiones muy simples entre las cuales lo más interesante es la diferencia que establece entre apoyo mutuo y caridad. Considera acertadamente que la caridad «no está diseñada para llegar a la raíz de la pobreza y la violencia». Para el autor, el activismo y el apoyo mutuo no deben vivirse como voluntariado, deben vivirse «como una existencia en sintonía con nuestras esperanzas para el mundo y con nuestras pasiones». Es importante, según este planteamiento, construir una base lo más sólida posible de apoyo mutuo para estar preparadas tanto para las próximas crisis que puedan llegar como para las rebeliones que puedan tejerse.

La segunda parte es eminentemente práctica, se titula: «Trabajar juntos y con propósito». Es la parte que cuenta con más páginas, está dirigida a facilitar las cosas a aquellas personas que deseen iniciar proyectos de apoyo mutuo o que ya formen parte de estos y «quieran construir culturas y estructuras grupales que ayuden a que el trabajo prospere».

Esta parte se inicia con algunos de los peligros y dificultades del apoyo mutuo. Señala cuatro tendencias peligrosas que conviene tener en cuenta para no caer en la desgastada forma de la caridad: la clasificación de las personas como merecedoras y no merecedoras de ayuda (o lo que es lo mismo, establecer jerarquías de mérito); practicar el «salvacionismo» y el paternalismo; ser cooptadas; y colaborar con las iniciativas que suprimen las infraestructuras públicas para ser reemplazadas por la empresa privada y el voluntariado.

Los cuatro peligros inducen a la reflexión de cómo sin querer se nos cuelan algunas veces actitudes relacionadas con estas tendencias peligrosas. Nunca está demás revisarlas para mejorar nuestra participación en proyectos de apoyo mutuo.

En la cooptación propone un tema peliagudo: cómo afrontar el daño y la violencia dentro o fuera de los grupos de apoyo mutuo. El planteamiento que resalta el autor es no colaborar con la policía y plantea lo que denomina «responsabilidad comunitaria» o «justicia transformadora». Estos procesos no son sencillos y pueden durar años ya que se basan en entender los comportamientos y apoyar a las personas que han infligido daño trabajando en sus creencias sobre género y sexualidad para intentar detener ese comportamiento. El objetivo es intentar lograr lo que los enfoques de castigo penal no logran: dar apoyo al superviviente para que se cure, brindar al causante del daño lo necesario para que cambie su comportamiento y evaluar cómo las normas comunitarias pueden cambiar a fin de disminuir la probabilidad de que ocurra cualquier daño.

Algunos trabajos de justicia transformadora se centran en la prevención y otros en brindar apoyo después de que suceda algo. Ambos son enfoques de apoyo mutuo, en tanto que abordan las necesidades inmediatas de supervivencia, reconociendo que los sistemas que se supone que garantizan seguridad (la policía, los fiscales y los tribunales) no lo hacen, y de hecho empeoran las cosas. Salir de la cultura del castigo está muy arraigado en los anarquismos y no siempre es fácil encontrar cómo hacerlo, en este libro encontramos propuestas interesantes que pueden ayudarnos a afrontarlo.

Hay un capítulo en esta segunda parte que también está muy vinculado a los anarquismos pero que no nos vacuna de caer en contradicciones en los grupos de apoyo mutuo o de cualquier otro tema. Se trata del capítulo 5, titulado: «Ni jefes, ni cuentistas», en él se exploran tres tendencias organizativas que pueden causar problemas: secretos, jerarquía y falta de caridad; prometer demasiado y cumplir poco, falta de respuesta y elitismo; y, por último, escasez, urgencia, competencia. El autor propone tablas en las que aparecen sintetizados el problema y cómo evitarlo.

La perspectiva de que cada grupo tiene su cultura me parece acertada. La cultura del grupo se construye a partir de las señales que damos a las personas cuando se unen o asisten a un evento, las normas que sigue el grupo, cómo celebramos las cosas juntas, cómo nos relacionamos en las conversaciones informales, cómo nos hacen sentir nuestras reuniones, cómo nos retroalimentamos entre nosotras y más. Se pueden tomar decisiones dirigidas a cambiar la cultura de un grupo revisando lo que funciona y lo que no y reflexionamos sobre cómo nuestra propia conducta se refleja en lo que queremos ver e influir unas personas en otras.

Cómo tomar las decisiones juntas, cómo facilitar las reuniones, y cómo afrontar los conflictos, son tres aspectos que tienen espacio en esta segunda parte y que pueden entorpecer o facilitar el funcionamiento de los grupos.

El libro acaba con un capítulo de «Conclusión» que es una muy buena síntesis del libro y que merece leerse con atención. La «lista de recursos», casi toda en inglés, cierra el libro y ojalá estuviera traducida para poder utilizarla.

Laura Vicente 



[1] Dean Spade (2020/2022): Apoyo mutuo. Construir solidaridad en sociedades en crisis. Madrid, Traficantes de sueños.

[2] Mencionemos la obra más conocida y difundida: Piotr Kropotkin, El Apoyo Mutuo. Publicada en 1902.

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