Esta novela tiene un tema central: el Movimiento por la Autonomía Obrera en Italia en la década de 1970. Se trata de una narración en primera persona sobre lo ocurrido en aquellos años en el seno de una clase trabajadora joven y combativa.
En
Los invisibles conocemos de primera mano la formación de los colectivos
autónomos vinculados a posiciones antiautoritarias, asamblearias y de base con
un referente ideológico del marxismo disidente. Ocupaciones de viviendas,
reapropiación de la riqueza a través de la imposición de precios justos de la
luz, el agua, los alimentos, los alquileres de las viviendas, etc. Sus luchas
contra el paro haciendo rondas por las fábricas en que se hacían horas
extraordinarias. Todo este activismo político que implicaba también un cambio en
las formas de vida y en las relaciones personales tenía sus limitaciones y una
de ellas estaba vinculada al feminismo y el cuestionamiento, por parte de las
mujeres de la Autonomía, de las actitudes patriarcales de sus compañeros.
Balestrini
describe de forma magistral los momentos de dicha relacionados con el auge del
movimiento y la creación de un auténtico contrapoder. Momentos en los que todo
parece posible y lo es porque la vivencia es desde el cuerpo y se experimenta
con intensidad.
También
describe muy bien el momento descendente, el momento en que la precipitación en
las decisiones conduce a acciones discutibles que distancian al activismo de su
espacio vital y del conjunto de la clase trabajadora. La represión
extremadamente agresiva y violenta, conducirá a una parte del activismo a la
cárcel y ahí se abre otra brecha entre los de fuera y los de dentro de la
prisión.
Y
de nuevo, los cuerpos vulnerables expuestos a la violencia y a la reclusión en
cárceles de máxima seguridad en las que intentaban sobrevivir y, a la vez, continuaban
las luchas para mejorar su situación vivencial. Y fuera de la cárcel empezaba
la desbandada, el naufragio, la desvinculación de la lucha (y de los presos y
presas). La muerte, las drogas, los suicidios o la locura esperaban a aquellos
jóvenes entusiastas para arrebatarles lo único que tenían: sus cuerpos
maltrechos.
Una
novela que es también un testimonio para que no se olvide lo ocurrido y cómo
pasó.
He vivido en primera persona una secuela universitaria y gallega del movimiento autónomo. Fui parte del reparto de aquello que pasó en Compostela en noviembre de 1979. Una de sus características es que nadie se fijaba en la identidad de los demás: fuera hombre, mujer, gay, lesbiana, estudiante, camello, nacionalista, marxista o ácrata. Allí estábamos todos en una tarea común tras echar a los sectarios que querían manipularnos.
ResponderEliminarAhora los y las conversos o reincidentes del sectarismo identitario que digan lo que digan. Ellos no vivieron aquellas sensaciones y solo la estudian.
Un abrazo. Feliz Año
No es el caso de Balestrini que fue también protagonista de dicho movimiento en Italia. El tema de las identidades es complejo, las mujeres del movimiento autónomo en Italia y aquí si se quejaban de sufrir actitudes patriarcales por parte de sus compañeros (igual tu experiencia fue única y no ocurrió).
ResponderEliminarUn abrazo y buen año.