Estamos ante un libro
sorprendente, ficción y realidad entremezcladas al servicio de un objetivo:
expresar de forma sencilla la vida, experiencias y descubrimientos de varios
científicos vinculados con las matemáticas y la física (Bohr, Heisenberg,
Shcrödinger, Grothendieck y otros). De todos ellos me ha gustado especialmente
el caso del matemático de familia anarquista, Grothendieck que acabó viviendo
en un pueblecito de los Pirineos franceses. Entró en contacto con un anarquista
español exiliado, Félix Carrasquer al que conocí hace unos cuantos años. Sabía
de la existencia de este matemático a través de las memorias de Carrasquer, y
Labatut me ha permitido acercarme al personaje que ya me llamaba mucho la
atención.
El libro se estructura
a través de cuatro cuentos y un epílogo en los que, en palabras del autor, va
aumentando la ficción aun cuando la realidad continúa estando presente en todos
ellos. La ciencia parece haber perdido las referencias y las dimensiones
humanas para adentrarse en un camino cada vez más especializado que solo
entiende una minoría, quizás incluso ni siquiera es factible controlar su
desarrollo. No es solo el gas Zyclon utilizado para exterminar seres humanos en
las cámaras de gas nazis o la bomba atómica que sigue aterrorizando a la
humanidad, son otros muchos campos de investigación y sus aplicaciones técnicas
que pueden llevarnos a un camino de no retorno. Con este futuro distópico está
relacionado el título.
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