El tiempo histórico de Bauman no es lineal, sino puntillista. La forma de su historia no está constituida por los grandes del mundo, sino por las personas comunes. No es la historia de los grandes pensadores, sino la del destierro de los pequeños hombres [y mujeres] a los márgenes. Zygmunt Bauman, Leonidas Donskis, Ceguera moral, p. 12.
Cada mujer es una vida única y debemos ser capaces de contar la historia de los grupos sociales, de los sectores políticos y de los movimientos sociales a través de la existencia de cada mujer concreta en medio de su vida, sin extraviarnos en las generalidades que también consideramos imprescindibles en la historia.
Este
trabajo pretende mostrar el proceso de empoderamiento individual y colectivo de
dos mujeres radicalmente diferentes por su origen social, su fortuna, su
actividad, sus sueños y sus objetivos vitales y políticos. Compartieron su
condición femenina durante una etapa histórica en la cual las leyes las confinaban
a permanecer en el ámbito doméstico, en el que ninguna de las dos quiso quedar recluida,
poniendo en marcha un proceso vital que les dotó de un protagonismo de signo
diferente. Coincidieron en la misma ciudad, Barcelona, recorrida por múltiples
conflictos y enfrentamientos sociales y políticos y si no se cruzaron, algo
harto difícil por razones sociales, en el atentado del Liceo, punto de partida
de esta obra, este acto sí que tuvo trascendencia para ambas, al igual que para
el conjunto de la sociedad.
En la Barcelona del atentado del Liceo es claramente
perceptible la ciudad de los barrios obreros, donde hay explotación,
hacinamiento, insalubridad, malnutrición, enfermedades (la más temida la
tuberculosis) y también delincuencia, prostitución y drogas. Luego, a años luz,
está otra ciudad, la de los patronos y las grandes fortunas, propietarios de
bancos, fábricas y negocios que pueden invertir en grandes obras urbanísticas (el
Ensanche unas décadas antes, la
Vía Layetana pocos años después), arquitectónicas (la fachada de la catedral,
casas, palacetes, torres, iglesias, auditorios como el Palacio de la Música y
la reconstrucción del propio Liceo tras arder víctima del fuego). Esta segunda
zona, de la que más recuerdo se guarda en la actualidad, es la Barcelona del Modernismo
que llega a su fin y la del Novecentismo que progresa merced al catalanismo
conservador, porque una buena parte de esta
burguesía abrazó dichos principios políticos que dieron lugar a la Lliga Regionalista al iniciarse el siglo XX, una formación política con
Prat de la Riba y Cambó como primeros espadas, que barrió a los partidos
dinásticos tradicionales en Barcelona y que el ejército, muy sensible tras la
derrota de 1898, percibió como separatista. Y entre una y otra ciudad hallaremos
a la clase media formada por arquitectos, abogados y médicos, por comerciantes
y botiguers que, como el espejo en el que se miraban, también preferían la Lliga y el orden, a la
revolución. En esa Barcelona de la década de 1890 que es una y trina, se
produjeron varios atentados además del que se produjo en el Liceo, por lo que
no es extraño que acabara siendo conocida como “la Ciudad de las Bombas”
A través de la obrera y activista, Teresa Claramunt, y la Marquesa de Villanueva y la Geltrú, Rafaela Torrents, se trazará un retrato de las relaciones de poder que a su vez generaron relaciones de resistencia. Una vez establecida, la dominación no persiste por inercia propia y su ejercicio produce fricciones en la medida en que recurre al uso del poder para extraer de los dominados, trabajo, bienes, servicios e impuestos, contra su voluntad. Mantener esa posición dominante requiere constantes esfuerzos de consolidación, perpetuación y adaptación. Habitualmente son los hombres el objeto de estudio de estas relaciones de poder y de resistencia, en este caso aunque ellos no estarán ausentes, el foco iluminará a las mujeres. James C. Scott señala que cuanto más grande sea la desigualdad de poder entre los grupos dominantes y los dominados y cuanto más arbitrariamente se ejerza el poder, el discurso público de estos adquirirá una forma más estereotipada y ritualista .
A través de la obrera y activista, Teresa Claramunt, y la Marquesa de Villanueva y la Geltrú, Rafaela Torrents, se trazará un retrato de las relaciones de poder que a su vez generaron relaciones de resistencia. Una vez establecida, la dominación no persiste por inercia propia y su ejercicio produce fricciones en la medida en que recurre al uso del poder para extraer de los dominados, trabajo, bienes, servicios e impuestos, contra su voluntad. Mantener esa posición dominante requiere constantes esfuerzos de consolidación, perpetuación y adaptación. Habitualmente son los hombres el objeto de estudio de estas relaciones de poder y de resistencia, en este caso aunque ellos no estarán ausentes, el foco iluminará a las mujeres. James C. Scott señala que cuanto más grande sea la desigualdad de poder entre los grupos dominantes y los dominados y cuanto más arbitrariamente se ejerza el poder, el discurso público de estos adquirirá una forma más estereotipada y ritualista .
La intención de este
estudio es mostrar una Cataluña urbana recorrida por conflictos de clase y de
género en el siglo XIX, que tuvieron una influencia decisiva en los
acontecimientos que se produjeron en el siglo XX, periodo en el que apenas nos
adentraremos, especialmente durante una
de las escasas ocasiones en las que los subordinados respondieron a la
dominación de forma abierta y plena, a partir de julio de 1936, una situación
excepcional en la que se vislumbró algo de las utopías de justicia y venganza que normalmente permanecen marginadas e
invisibilizadas en el discurso oculto. Para llegar a
ese excepcional momento se produjo un largo recorrido anterior en el que Teresa
y Rafaela dejaron su impronta junto a miles de personas.
Felicidades por la brillantez de la exposición en este estudio que adivino extremadamente sugestivo. Me gusta mucho esa idea de pivotar un determinado tiempo histórico sobre la vida de dos personas lo cual hace de lo biográfico una ventana abierta al entendimiento de todo un período. Subjetivizar la historia es un forma de hacerla más cercana y real para poderla entender mejor.
ResponderEliminarUn abrazo
Mi experiencia al trabajar sobre Teresa Claramunt en un libro anterior marcó mi manera de entender la historia decantándome hacia la llamada contrahistoria, una manera de hacer que rechaza la historia como gran relato para centrarse en la microhistoria construyendo un relato detallado y significativo sobre la gente común, la gente real. En el espacio minúsculo ocurre todo, dice Svetlana Aleksiévich, eso es lo que hice con la Claramunt y quería seguir en la misma línea. Me pareció que trabajando desde la anécdota histórica, es decir, desde la vida de dos mujeres de clase social muy diferente me aproximaría de forma más significativa a la realidad.
EliminarGracias por tu manera de valorar el libro.
Un abrazo.
Martes 13 de noviembre, Teruel. Laura Vicente
ResponderEliminarConferencia: MUJERES ANARQUISTAS Y FEMINISTAS en la XII SEMANA DE LA MEMORIA HISTÓRICA
En el espacio IXENA- lAURA ya lo hizo entre Teresa Claramunt Y TERESA MAÑÉ, según explicó madres intelectual y biológica de federica Montseny.Sí me ayudó a entender mejor el feminismo que vivimos ahora que no es otro que el feminismo en el que estas 2 mujeres hicieron una incursión intelectual en España, según dijo también, 40 años antes que Virginia Wolf en "una habitación propia"
Una delicia escucharla
Muchas gracias, me alegra mucho que pudiera clarificas esa línea genealógica en la que se inserta el anarcofeminismo. Yo también estoy convencida de que todo se entiende mejor cuando sabemos de dónde venimos. Como suelo decir: lo nuevo tiene que nacer en el cascaron viejo.
EliminarYo estuve muy a gusto en Teruel.
Un abrazo.