Una persona culta es aquella (…) que sabe cómo elegir compañía entre los hombres [y mujeres], entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. H. Arendt

viernes, 3 de enero de 2025

«A MI AIRE»

 


2024


«A mi aire» (1 febrero)

Sigo dándole vueltas a la película Perfect Days.

¿Cómo alcanzar ese estado de serenidad y buen vivir teniendo solo lo necesario en un sentido tan escueto y sobrio como el protagonista de la película? Y pondré un ejemplo que me atañe: acaba un libro y va a la tienda de segunda mano para comprar el siguiente, no acumula (yo sí lo hago).

¿Cómo prescindir de la conexión vía móvil, correo electrónico o redes sociales?

 Se me ocurren muchas más preguntas, me gustaría saber las vuestras si las quieres compartir…

«A mi aire» (8 febrero)

Estoy empeñada en contar la historia de otra manera, desde la existencia, desde el cuidado, desde aquello que ha sido sistemáticamente ocultado porque «no era importante».

Coincide que la mayoría de las personas que hacen historia, haciendo mundo son mujeres; pero también pobres, personas que trabajan precarizadas (entre ellas las prostitutas), personas racializadas, personas con género y sexualidad no normativizada, etc.).

Esa es la historia que me interesa: la historia bastarda, la historia no contada, la historia de la vida que hace mundo.

 

«A mi aire» (15 febrero)

Me gusta leer y hacerlo en papel.

Leer es trascender la realidad cotidiana y entrar en otra realidad (ficticia o no, eso da igual). El placer, aunque sea con esfuerzo, por seguir una argumentación, es inigualable.

El cine se acerca, pero te lo da todo demasiado masticado, por algo se nos denomina «espectadores». Nunca a una lectora se le denominaría espectadora.

Me gusta el papel porque pauta la lectura, precisa un lápiz e incluso una libreta. Adoro los lapiceros y las libretas pequeñas.

«A mi aire» (22 febrero)

No me gustan las quedadas con compañeras y compañeros de trabajo en que no se para de hablar del trabajo.

Si el tema se agota (y es muy difícil que ocurra) las conversaciones son tan insustanciales que empiezo a mirar con desespero el reloj, aunque estemos (aún) a mitad de cena.

Entro en un túnel de personalidad duplicada, por fuera sonrío y hago gestos de asentimiento unido a afirmaciones como: «sí, claro», «desde luego» y similares. Por dentro me refugio en mi mundo y desconecto.

Cuando puedo huir, me prometo a mi misma que nunca más… y suelo cumplir.

 

«A mi aire» (29 febrero)

Me gustan siempre las novedades, los cambios y las mejoras. Tengo cierta tendencia a señalar lo que no me gusta, lo que rechazo y poco lo que me gusta, sobre todo si es privado, si es de mi vida personal cercana. Pero por fortuna suceden y me proporcionan grandes alegrías.

Aunque la alegría vaya unida al pesar por la caída que sufrió mi madre.

Así es la vida: alegría y pesar, nacimiento y vejez, tolerancia y sufrimiento…

 

«A mi aire» (7 marzo)

Estos días estoy leyendo y vivenciando la vinculación de las mujeres con la locura, con la enfermedad mental. Existen tantas mujeres que fueron encerradas, medicadas, disciplinadas por tener comportamientos que se salían de los estereotipos de cada época que da terror pensarlo.

¿Cuántas veces he oído que alguien me decía: «estás loca, no puedes hacer eso»? ¿Para qué haces eso? Tantos mensajes para cortar las alas, para desactivar iniciativas, para no correr riesgos, para quedarte tranquila y reproducir tu papel (cualquiera que este sea en cada momento). Y cuanta energía en desactivar esos mensajes e intentar desactivarlos, energía perdida para actuar a mi aire. Ha sido, es y será agotador.

Por eso el 8 de marzo sigue significando algo para mí.

«A mi aire» (14 marzo)

Hay momentos en que se me pone un brillo de disensión en la mirada. Quienes me conocen saben que me sobreviene uno de esos arrebatos pejigueros, belicosos, y que no hay nada que hacer. Hay personas cercanas que saben capear el temporal, pocas; lo mejor es que se marchen y me dejen sola… ya se pasara.

«A mi aire» (21 marzo)

Sobre archivos o Congreso

 

«A mi aire» (28 marzo)

Hay tantas cosas sencillas que han sido consideradas patologías cuando las hacían (o las hacen en algunos países hoy) las mujeres que dan ganas de llorar por tantas limitaciones, miedos, encierros, violencia y exclusión que han sufrido.

Pintar, viajar, caminar por la calle solas, navegar, volar, leer, escribir, amar libremente, cantar, tener visiones, practicar una espiritualidad no normativa, etc. y etc.

¿Cómo comprender, deconstruir, borrar de nuestra genealogía tanto silencio, encierro, violencia y exclusión huyendo de la victimización inmovilista?

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