Una persona culta es aquella (…) que sabe cómo elegir compañía entre los hombres [y mujeres], entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. H. Arendt

lunes, 13 de octubre de 2025

Viure la força. Simone Weil i la Columna Durruti

 



Viure la força. Simone Weil i la Columna Durruti

Xavier Artigas

 Barcelona, 2025, Descontrol.

 

El libro de Artigas va muy bien acompañado con un Prólogo de Myrtille Gonzalbo y un Epílogo de Amador Fernández-Savater. En el caso de Myrtille, componente del grupo de los Gimenólogos que llevan a cabo una labor investigadora y de recuperación de la memoria encomiable, su reflexión sobre estos temas vinculados con Simone Weil resulta interesante e incisiva. El escrito de Amador, en su línea de pensamiento, se centra en lo que cree fue una búsqueda de Weil de «otro tipo de eficacia política», de «otra fuerza de transformación, de una fuerza débil». Sin duda, en una guerra el máximo de eficacia viene encarnado por el máximo de armas que son capaces de generar el máximo de terror (cualquiera de las guerras actuales puede darnos buenos ejemplos). Amador se pregunta si se puede rechazar la eficacia del terror sin rendirse, si es posible la revuelta de los débiles, de aquellos que no tienen medios para aterrorizar.

Prólogo y Epílogo resultan pertinentes sobre todo si queremos que la historia sea algo más que la recuperación sin más del pasado. Si algo tiene de interés la historia, saliendo del ámbito académico, es transmitir al presente todo aquello que pudo ser y no fue porqué resultó derrotado. En el caso que nos ocupa: la Guerra Civil española y la Revolución anarquista que se expandió por muchos más poros que los que se reconocen habitualmente, son un referente (hay muchos más a lo largo de la historia de las clases oprimidas, dominadas y explotadas) que nos pueden guiar muchos años después.

El libro de Artigas, como el subtítulo señala, está centrado en la filósofa Simone Weil y su experiencia de la guerra, breve pero intensa y trascendente, en la famosa Columna Durruti. Por todo ello, sus páginas, en las que los datos concretos le han costado al autor encontrarlos y, quizás por ello, se regodea en ellos, son un ir y venir sobre el efecto que tuvo en la filósofa coger un arma, ella que se consideraba contraria a las guerras, y afrontar la violencia que suele ser especialmente dura en las guerras civiles.

¿La mujer que entró en España identificándose como anarquista ante los milicianos revolucionarios que custodiaban la frontera poco después del inicio de la Revolución, salió anarquista poco tiempo después?

La famosa Carta a Bernanos, escritor católico, en la que condena la violencia del bando republicano ha hecho pensar a los sectores más reaccionarios que Weil abandonó las ideas anarquistas tras su experiencia en el frente de Aragón. El autor de este libro realiza una minuciosa investigación para contextualizar la Carta y ofrecer numerosos indicios de que, tras salir de España, Weil siguió apoyando la causa libertaria.

De todas formas, el tema de la violencia revolucionario es todo un temazo que ha generado siempre numerosos debates y numerosas controversias y que no creo que haya desaparecido de las preocupaciones de quienes piensan que pueden producirse transformaciones profundas y que es difícil que no aparezca la violencia. Desde luego, su presencia es segura y continuada en el bando de los sectores dominantes, no hace falta que exista un proceso de transformación social.

El libro abre esa caja de pandora que es mejor conocer y afrontar y no mirar hacia otro lado pensando que la violencia de los débiles siempre está justificada.

 

 Laura Vicente

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