Una persona culta es aquella (…) que sabe cómo elegir compañía entre los hombres [y mujeres], entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. H. Arendt

miércoles, 23 de agosto de 2023

«A mi aire»

 


«A mi aire» (6 abril)

La genealogía en la historia es escudriñar en aquellos aspectos descartados por la gran Historia porque no encajan en su sentido lineal de causa/efecto y bucear en los sedimentos bastardos de la historia en minúscula. Construir la genealogía de tantos hechos dados por naturales y, por tanto, despolitizados, nos permitirá descubrir hechos marginados para construir un hoy diferente al relato normativo y dominante.

«A mi aire» (13 abril)

Tejer nodos entre afines es algo vital, tanto desde el punto de vista personal como social.

[NODOS en informática y telecomunicación es un punto de intersección, conexión o unión de varios elementos que confluyen en el mismo lugar].

«A mi aire» (20 abril)

Que las técnicas de poder son polimorfas es algo evidente. ¿Cómo se llega a que adolescentes de 13 y 14 años consideren a otras adolescentes y niñas víctimas «naturales» de su «natural» violencia masculina?

Deberíamos pensar en eso y no en cómo aplicar el código penal a los agresores.

«A mi aire» (27 abril)

La construcción de un problema es parte de su solución.

Debemos pensar porqué una parte importante de los feminismos ha caído en la lógica punitivista que supone una construcción binaria y rígida -además de individualista- de los conflictos y malestares comunitarios.

Es tan fácil y bonito «estar» y «ser» siempre de las «buenas».

«A mi aire» (4 mayo)

No suelo hablar de las religiones pero, ¿alguien puede explicarme por qué en un país aconfesional, la iglesia católica (y ahora las demás religiones) goza de privilegios fiscales y otros muchos privilegios?

Y encima, para ver una catedral o una ermita hay que pagar…

Ya hace tiempo que he decidido no pagar un euro a la puerta de sus edificios, no participar en sus actos en las calles, no incorporar ningún rito suyo a mi vida, etc.

No voy a lograr nada, lo sé, es por ética.

«A mi aire» (11 mayo)

Hay mucho que me aleja de las creencias, entre ellas el arrepentimiento. Me parece que es una excusa fácil, una forma de escape.

«A mi aire» (18 mayo)

Puede parecer que «a mi aire» es un listado de enfados, cabreos y decepciones, en parte lo es…

Hoy cambio el tono: me encanta levantarme cuando aún es de noche, salir al balcón y apreciar cómo será el día. Reviso mis plantas y sus flores si las tienen. Soy feliz con ropa cómoda, me encanta tomar un té negro bien cargado y caliente (incluso en verano). Disfruto leyendo en silencio. Como siempre ando con contracturas en la espalda, me gusta practicar yoga (debería meditar más y dejar el pensamiento en punto cero, imposible para mi). Me relaja caminar mirando el mar (procuro pescar amaneceres). Aprecio una buena conversación con cualquier persona (especialmente si son amigas o amigos).

Me gusta soñar que soy libre por encima de casi cualquier cosa (o lo más libre posible).

Y paro. Esto puede acabar en ñoñería.

«A mi aire» (25 mayo)

Hace tiempo que me llama la atención uno de los muchos cajones de sastre que sirve para casi todo: PROGRESISTA. El diccionario dice que progresismo es la «ideología y doctrina que defiende y busca el desarrollo y el progreso de la sociedad en todos los ámbitos y especialmente en el político-social».

¿Aún hay quien piensa que el concepto de progreso es positivo? ¿Dónde nos ha llevado el progreso sino al borde del precipicio con un capitalismo suicida que expolia el planeta y se rige por la necropolítica? El progreso nos ha llevado a que la distinción entre el ser humano, la cosa y la mercancía tienda a desaparecer y a borrarse.

¡¡Por favor, no me incluyas nunca entre los progresistas!!

miércoles, 16 de agosto de 2023

Ursula K. Le Guin, Los desposeídos


 

Me ha costado llegar a esta novela y es extraño. La ciencia ficción no me llama excesivamente la atención, aunque he disfrutado con las grandes obras que todas y todos conocemos. Es extraño porque son conocidas las simpatías de Le Guin por las ideas anarquistas, a las que ha definido como las más humanas, complejas e interesantes de todas las teorías políticas.

En Los desposeídos, escrita en los años 70, la escritora nos ofrece la utopía anarquista convertida en realidad en el planeta Anarres, situado a varios años luz de la Tierra, donde se exiliaron los llamados odonianos después de una revolución fallida para construir un modo de vida anarquista. Los habitantes de Anarres proceden de Urras, del cual se desvincularon ciento sesenta años atrás, un mundo donde se han reproducido los males de la Tierra que conocemos. Shevek, científico que intenta trabajar en una ecuación que puede cambiar muchas cosas, será el primer habitante de Anarres en visitar Urras y descubrir una realidad para él desconocida puesto que se ha educado en unas formas de vida completamente diferentes. Los desposeídos de Urras tendrán en Shevek un símbolo de una sociedad mejor, como mínimo en la posibilidad de pensar que es posible dicha sociedad pese a sus imperfecciones y sus carencias.

El mundo de Anarres no es perfecto ni mucho menos, es un sistema que lucha continuamente con la escasez y los problemas por tratarse de un lugar inhóspito en el que la tierra es polvorienta y la naturaleza muy limitada. Así mismo es un territorio en el que los conflictos humanos no han desaparecido y el poder acecha en cada relación y actividad.

La estructura narrativa de Los desposeídos se realiza en paralelo, se nos cuenta la vida de Shevek en Anarres y su viaje a Urras. Le Guin reflexiona sobre numerosos aspectos: la complejidad de las relaciones humanas, las experiencias revolucionarias con sus éxitos y sus fracasos, el papel de la mujer en la sociedad, la influencia de las ideologías y especialmente los diversos micropoderes que surgen continuamente en cualquier espacio de Anarres (da igual que sea entre adultos o que se dé entre niños y niñas).

Una lectura emocionante e interesante.

jueves, 3 de agosto de 2023

LOS ESPACIOS PLURALES DE DIÁLOGO LIBERTARIO DE PHILIPPE CORCUFF

 


Resulta poco habitual que alguien evolucione desde espacios de la socialdemocracia hasta el anarquismo, mucho más frecuente es la evolución contraria. Solo por eso ya me interesó leer a Philippe Corcuff[1] y no me ha decepcionado. Escribe desde la sociología y la filosofía política pero no esquiva el activismo político, en 2013 ingresó en la Féderation Anarchiste en Francia, se define como «activista altermundista y libertario». Forma parte de un espacio online interesante: http://www.grand-angle-libertaire.net/

Es evidente que a Corcuff le interesan y le preocupan, entre otros temas, la defectuosa identificación por parte de la izquierda de dos cuestiones: la crítica del estatismo que se considera, a menudo por una cuestión economicista, una herramienta neutra cuando no lo es; y, en segundo lugar, la relación de la izquierda con el individualismo. Este segundo aspecto está muy presente en el mencionado libro de Corcuff que está en la base de esta reflexión.

Corcuff parte de la noción de individuo pensado de manera relacionista, en tanto que inserto en las relaciones sociales e históricas y no como una mónada aislada, tal como lo piensa el neoliberalismo económico. Lo habitual es que en la izquierda (con la excepción de ciertas corrientes anarquistas) haya predominado lo colectivo sobre lo individual, dejando el monopolio del individuo en manos del neoliberalismo. Craso error.

La propuesta de este autor es partir de un individuo multidimensional, vinculado a la constitución de solidaridades y exigencia de justicia social, que presta atención a los vínculos entre solidaridad y autonomía individual. Nadie dice que sea un tema fácil, por el contrario, puede generar, como afirma Corcuff, «confusionismo»: múltiples interferencias retóricas entre las posiciones y los temas de la extrema derecha, la derecha, la izquierda moderada y la izquierda radical que contaminan el ambiente político y social en el siglo XXI. ¿Cómo sino podemos catalogar que Isabel Ayuso se haya convertido en la campeona de la defensa de la libertad durante la pandemia y la post-pandemia? 

Es importante entender que las singularidades individuales están hechas de soportes sociales, de solidaridades y no de egoísmos individualistas mercantilizados, que indudablemente es como las construye el capitalismo. Corcuff plantea la necesidad de consolidar las articulaciones entre bienes comunes y singularidades individuales haciendo hincapié en que las solidaridades nutren las individualidades de las personas. Así mismo, debemos admitir las tensiones entre espacios comunes y singularidades individuales.

Otro tema presente en sus reflexiones es la relación entre el pensamiento crítico y la emancipación con especial atención al significado de utopía y la necesidad de eliminar pragmáticamente su contenido absoluto y dogmático. Así mismo, otro tema figura como relevante en sus investigaciones: la crítica del capitalismo y sus contradicciones principales en interacción con formas de dominación no limitadas a su lógica. Corcuff señala cuatro contradicciones principales del capitalismo en interacción con formas de dominación no limitadas a su lógica:

·       La contradicción capital/trabajo que alimenta las desigualdades de clase. El capital se opone al trabajo a través de una relación de explotación, pero desarrolla el trabajo para alimentar su proceso de acumulación. Hay que extender esa contradicción a otras formas de dominación que interactúan con el capitalismo como la dominación masculina y las discriminaciones racistas-poscoloniales.

·       La contradicción capital/naturaleza que da pie a la cuestión ecologista. La naturaleza es explotada en la dinámica de la acumulación del capital y con el agotamiento de los recursos naturales, el capitalismo pone en peligro sus bases naturales y humanas de existencia.

·       La contradicción capital/individualidad

 elaborada por el capitalismo, mejor neocapitalismo, que valoriza una cierta figura del «individuo». El capitalismo contribuye a nutrir el individualismo contemporáneo, estimulando de un lado los deseos de plenitud personal, que limita y trunca al final la individualidad tanto por la mercantilización como por su división del trabajo. Hace nacer deseos de realización individual que no puede satisfacer, creando frustraciones e individualidades lastimadas.

·       La contradicción capital/democracia

·que en la fase actual de globalización neoliberal tiende a hacer retroceder los logros democráticos limitados de los regímenes occidentales representativos profesionalizados. Esta fragilización se manifiesta de diversas maneras: desplazamiento de los poderes hacia las empresas multinacionales y las instituciones tecnocráticas desprovistas de cualquier restricción democrática; reducción del pluralismo de expresión debido a la concentración de medios, o bien el ascenso de lógicas de seguridad y antiterroristas que limitan las libertades individuales y colectivas. Existe una dominación política (de los representantes sobre los representados) no reducible a la explotación capitalista.

Por último, tras el análisis del mundo que lleva a cabo Corcuff defiende un anarquismo pragmático, que es una invitación a poner en tensión constante la radicalidad del horizonte utópico y la necesidad de producir efectos emancipadores aquí y ahora, individuales y colectivos, en lo real. El autor plantea por dónde deberían ir los caminos alternativos libertarios:

1.Construcción de convergencias entre intereses sociales, movimientos sociales, experimentos alternativos y deseos personales de emancipación que no requieren necesariamente la unificación.

2.La crítica libertaria de la representación política no presupone necesariamente el retorno a una autenticidad perdida, ni tampoco la transparencia del mundo social. Es importante señalar las lógicas oligárquicas presentes en los mecanismos de representación.

3.La lógica de la lucha no debe dominar la política emancipatoria. Hay que inventar, crear, experimentar, y no solo ganar combates. No hay que abandonar el vocabulario de la lucha, pero si mezclar, en el lenguaje de una política emancipadora, las palabras de combate y las de exploración.

4.El individuo se vuelve más claramente relacional, hay que apostar por una emancipación que sea inseparablemente individual y colectiva.

5.Conjugar la acción emancipatoria a diferentes niveles: local, nacional, global, en un horizonte cosmopolitico.

Considera que existe en la actualidad un espacio específico para la actualización del pensamiento libertario, pero que en los círculos anarquistas existe una preponderancia del trabajo de exégesis de los «grandes ancianos» (Proudhon, Bakunin, Kropotkin, etc.) y el retorno repetido de eventos gloriosos como la Revolución española del 36, que frenan vigorosamente la actualización de las ideas libertarias.

Para actualizar el pensamiento libertario, Corcuff plantea el establecimiento de espacios plurales de diálogo, cooperación, tensión y confrontación entre movimientos sociales, practicantes de experimentos alternativos, organizaciones políticas, intelectuales profesionales, periodismo independiente, subversivo, artistas y gente común, y esto desde tradiciones heredadas como es el caso del amplio espacio de lo libertario. Para ello, convendría que aquí se abandonaran las luchas fratricidas que asolan muchos espacios libertarios, el dogmatismo, la exclusión del Otro o la idea de la existencia de un principio rector único de lo que es ser anarquista.

 Laura Vicente