Una persona culta es aquella (…) que sabe cómo elegir compañía entre los hombres [y mujeres], entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. H. Arendt
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miércoles, 23 de octubre de 2024

ALUMBRAMIENTO

 


ALUMBRAMIENTO (2024)

Dirigida por Pau Teixidor.

Guion Pau Teixidor y Lorena Iglesias.

Protagonizada por Sofía Milán, Celia Lopera, Carmen Escudero, Paula Agulló, Victoria Oliver, Alba Munuera, Laura Gómez-Lacueva y María Vázquez. 

***

Alumbramiento es una película que trata muchos temas interesantes, uno de ellos el de la maternidad fuera del matrimonio. En España diversas instituciones afrontaron en el pasado la maternidad de las madres solteras. Las casas de maternidad y expósitos, por ejemplo, la de Barcelona, acogía a las madres solteras que, por diversas circunstancias, se veían obligadas a dar a luz lejos de los suyos, en el anonimato y de forma clandestina, ya que tener un hijo fuera del matrimonio suponía la exclusión social. El objeto de estos establecimientos era evitar infanticidios y salvar el honor de las madres. El símbolo más cruel del abandono era el torno, un pequeño habitáculo giratorio que daba a la calle donde se dejaba al expósito, tocando el timbre para que al otro lado de la pared del edificio fuera recogido. Al lado del torno había una especie de buzón para dejar algo de dinero para el recién nacido. 

TORNO DE LA CASA DE MATERNIDAD Y EXPÓXITOS DE BARCELONA

El personal subalterno de estas «casas» eran monjas (hasta 50 Hermanas de la Caridad había en la de Barcelona en 1936) que eran las principales responsables de la atención de las mujeres. Estas monjas eran las transmisoras de la idea de pecado (es decir, ofensa a Dios) y la necesaria penitencia de las madres solteras. Los maltratos de estas monjas a las internas llegaron hasta la prensa durante la II República pero nada se hizo para relevarlas hasta agosto de 1936.

El franquismo reprodujo estas casas de maternidad y expósitos que, sorprendentemente, funcionaban todavía en los años de la «Transición» incluidos los primeros años de la llegada al poder del PSOE (la película muestra la victoria socialista en 1982).

En Alumbramiento encontramos mucho de lo que había habido en el pasado: centros donde ingresar a mujeres embarazadas fuera del matrimonio, en este caso se trata de un reformatorio para adolescentes embarazadas: Peñagrande. La gestión directa o indirecta de estos centros por parte del clero femenino cuya función era transmitir la idea de pecado por tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, así como la necesidad de «reformar» esos malos comportamientos y devolver al redil a las madres solteras. El sexo solo tenía el visto bueno de Dios dentro del matrimonio y con el fin exclusivo de procrear. La invisibilización y la exclusión de la madre soltera, en centros carcelarios, para evitar la condena social de ella y su familia es otro elemento presente en Alumbramiento.

Pero en la película de Pau Teixidor hay algo más. Los niños y niñas recién nacidas eran arrebatadas a las parturientas (se les comunicaba el fallecimiento en el parto o posparto) para ser entregadas a familias que no seguían los cauces legales para adoptarlas, sino que las «robaban» cona ayuda de médicos y personal religioso haciendo negocio sin el consentimiento de las jóvenes madres.

Alumbramiento es, por todo ello, una película dura que restituye la memoria de tantas mujeres jóvenes y del sufrimiento que un embarazo fuera de la normatividad acarreó a esas adolescentes. Ante tanto infortunio la sororidad es la nota consoladora, pero siempre realista, para estas adolescentes que estrechaban lazos entre ellas para afrontar tan dura experiencia.

La dirección de Pau Teixidor es excelente teniendo en cuenta que las actrices son muy jóvenes y la dirección es fundamental para que una historia tan oscura como la de los bebés robados funcione. El contrapunto de la sororidad no reduce la dureza, pero aporta algo bello dentro de tanta fealdad.

No dejéis de verla si la modesta distribución os lo permite. Muy recomendable.

Laura Vicente 

 

viernes, 3 de mayo de 2024

Civil War

 



Civil War (2024). Estados Unidos

Dirección y guion Alex Garland (Estados Unidos).

Solo hablo de aquellas películas que me han impactado, por eso suelo reseñar muy pocas. Salí del cine estremecida, impactada, con «mal cuerpo». La trama de la película hace referencia a una distopía situada en un futuro cercano, tan cercano que no parece una distopía sino algo realmente posible mañana mismo. Estados Unidos se encuentra arrasada por un conflicto civil del que tenemos pocas pistas sobre las posibles causas. En esa situación, completamente actual en muchas zonas del planeta, pero que no ha llegado a los países ricos occidentales, un equipo de periodistas y fotógrafos de guerra emprende un viaje por carretera en dirección a Washington DC. En este sentido, podríamos decir que se trata de una road movie, un género cinematográfico cuyo argumento se desarrolla a lo largo de un viaje. La historia se centra en un grupo de cuatro periodistas y fotoperiodistas que comparten un vehículo y cuyo destino es llegar a Washington antes de que las fuerzas rebeldes asalten la Casa Blanca y maten al presidente de Estados Unidos.

Como buena película de carretera tiene una estructura episódica, en que cada segmento de la narrativa enfrenta a los protagonistas con un desafío, cómo enfrentan estos retos revela parte de la trama y el carácter de quienes protagonizan la película.

¿Qué nos va revelando la trama de Civil War? La verdad es que la película es muy escueta en este sentido, no es una película política, aunque hay aspectos políticos. Revueltas por conseguir agua duramente reprimidas, escasez de gasolina para los automóviles que acaban como trastos viejos abandonados, supremacismo blanco y racismo, cuestionamiento del periodismo que no pone límites a lo que fotografía o escribe, y violencia, violencia y violencia. Una violencia que te va incomodando y te va tensando los nervios por su autenticidad y actualidad. Una violencia que se adueña de la vida cotidiana y que hace emerger lo peor del ser humano, caminos muy transitados en el siglo XX y lo que llevamos del XXI. La indefensión de las personas ante el caos de un Estado en guerra y el sufrimiento y la muerte que provocan por cualquier cosa.

Destacan las reflexiones sobre el periodismo de guerra y cómo afecta a las personas que ven y fotografían continuamente horrores difíciles de concebir, ¿hay límites a la hora de fotografiar asesinatos en directo, personas muriendo por sus heridas? ¿o todo vale por la noticia?

Realmente las secuencias tensas e impactantes son tan seguidas que no te da tiempo a pensar todo lo que estás viendo a una velocidad, a veces, de vértigo. La película de 109 minutos es perturbadora, incómoda, molesta, y todo ello sin darte lecciones, sin aleccionar. Cuando sales del cine sigues pensando en el torrente de imágenes que has visto y creo que es de esas películas que recordaré durante mucho tiempo. Todos los actores y actrices son muy creíbles, especialmente Kirsten Dunst.

No hay final feliz, ni siquiera sabemos si el viaje acaba con el final de la película, aunque el objetivo podríamos decir que se logra a un coste muy alto. Solo se vislumbra una pequeña esperanza: en situaciones límites solo la solidaridad y el apoyo mutuo funciona pese a que resulta difícil extenderlo más allá del pequeño grupo.

Laura Vicente

domingo, 3 de julio de 2016

FASCISMO Y SEGURIDAD DEL SILENCIO

La coincidencia en la lectura de los libros de Nico Rost y Vasili Grossman sobre Dachau y Treblinka no quedó solo en ellos sino que ha coincidido también con la película “El caso Fritz Bauer” del director Lars Kraume que vi a mediados de mayo y la lectura del artículo de Steven P. Remy, publicado en la revista de historia Ayer, nº 101: “Las universidades alemanas y el nacionalsocialismo: la Universidad Ruprecht-Karls de Heidelberg”.


La película alemana, estrenada en 2015, tuve la suerte de verla en versión original y apreciar la calidad de sus actores principales. En 1957, el Fiscal General Fritz Bauer, comprometido con la detención de los criminales de guerra nazis ve la oportunidad de detener al SS Adolf Eichmann, involucrado en el funcionamiento de los campos de concentración al más alto nivel. Sin embargo Bauer se encontrará con múltiples dificultades en la RFA teniendo que tomar una decisión en la que podía ser acusado de traidor. Al margen de la calidad de la película, yo no pude despegar la vista de la pantalla en los 105 minutos que dura, el tema que plantea encaja perfectamente con el tema del castigo a los colaboradores del nazismo tras la guerra.

El interesante artículo de Remy examina cómo los académicos de una Universidad de provincia,  como la de Heidelberg, reaccionaron ante la llegada del nacionalsocialismo. El autor del artículo va mostrando la existencia de un difuso antisemitismo previo y cómo se percibía la humillación nacional de 1918 que derivaba en un claro antirepublicanismo. De esta manera cuando en 1933 Hitler llega al poder, una parte importante del profesorado y alumnado asumieron contentos el proceso de nazificación que se hizo tanto desde arriba, por decreto, como  desde dentro de la universidad, a través de un proceso de “homogeneización” (56) que supuso la depuración de una buena parte del profesorado ya que en 1938, Alemania (incluyendo Austria) había perdido el 39 por 100 de sus profesores universitarios. El profesorado que colaboró con el nazismo enfocó sus estudios e investigaciones al proyecto de purificación racial de Alemania, en su expansión bélica, en el imperialismo económico y en la ofensiva cultural hacia la Europa ocupada.


Tras la guerra, sin embargo, los profesores de Heidelberg construyeron una narrativa de justificación que sirvió para absolver a todos –salvo unos cuantos- de su conexión con el nacionalsocialismo y permanecer en sus puestos.
Por tanto cabe preguntarse si los propósitos de Rost y Grossman de que no se olvidara lo ocurrido y los causantes de tanto sufrimiento pagaran por sus crímenes, fueron condenados.

Sabemos que no fueron castigados la mayoría.
Decía Hannah Arendt en Eichmann en Jerusalén  que la abrumadora mayoría del pueblo alemán creía en Hitler y que contra esta ciclópea mayoría se alzaban unos cuantos individuos aislados que eran plenamente conscientes de la catástrofe nacional y moral a que su país se dirigía.  Para Arendt, en Alemania se produjo la debacle moral de toda una nación (163). El colaboracionismo generalizado de gran parte de las autoridades y de la población, en el resto de Europa, especialmente en su parte oriental, extiende dicho colapso moral a casi todo el continente. Los movimientos de resistencia fueron esa parte excepcional que reaccionó contra la barbarie.

¿Cómo juzgar, pues, a millones de personas tras la guerra?

En lugar de un ajuste de cuentas a todos los implicados en el nazismo, se apropiaron del discurso que interpretaba que solo unos pocos se habían comprometido significativamente con los nazis y que esa minoría fue juzgada en Nuremberg y, por tanto, permitía al resto “la seguridad del silencio” que decía Dirk van Laak e instaurar una cultura del olvido que en la década de 1950 arraigó en toda Alemania. La desnazificación se dejó en manos de los propios alemanes, como bien se explica en el artículo sobre la Universidad de Heidelberg, que  ocultaron y excusaron la complicidad voluntaria del profesorado con el nacionalsocialismo. Cuando la supuesta desnazificación llegó a su fin, el Parlamento de la RFA aprobó una amplia amnistía en 1951, gracias a la cual cientos de ex nazis volvieron a sus puestos como funcionarios, en las universidades, etc.

Como bien señalaba Heinrich Böll en la llamada “literatura de los escombros”, los jóvenes de posguerra vivieron una crisis de identidad provocada por el trauma del nazismo sobre el que no se había hecho una auténtica reflexión. No se abordó el problema fundamental de la responsabilidad moral ante la ocupación del poder por los nazis y por tanto no fue posible un distanciamiento del Estado criminal bajo el que habían vivido los alemanes. Algo de esta crisis de identidad se observa en la película de Lars Kraume.

¿Y en España?
Cuando estoy redactando estas notas se ha sabido que en Tortosa, su población, consultada en un referéndum sobre la posibilidad de destruir el monumento al alzamiento nacional que ahora hace 50 años inauguró Franco en mitad del río Ebro, se ha pronunciado por conservarlo. Y encuentro que hay una línea que une esta decisión vergonzosa con esa seguridad del silencio y la cultura del olvido que el totalitarismo franquista impuso durante 36 años y que en ese referéndum ha vuelto a triunfar 40 años después.


sábado, 23 de enero de 2016

SUFFRAGETTES. CIUDADANÍA, SUFRAGIO Y DERECHOS


Fui a ver la película Suffragette, mal traducida al castellano como Sufragistas, y me emocionó, me hizo recordar todo el sufrimiento que hay detrás de la lucha feminista y que, necesariamente, tendrá que continuar habiendo puesto que los objetivos de liberación no están conseguidos.
La película me gustó especialmente porque pone el acento en las obreras, generalmente ignoradas en favor de las dirigentes que acostumbraban a ser mujeres de clase media. Una lavandera, su toma de conciencia y sus múltiples renuncias por comprometerse con las Suffragette, es el centro de la película. Una película creíble por las actrices, por el trasfondo histórico, por la historia que cuenta basada en hechos reales. Muy recomendable.

Para entender mejor la película.

Tras la Revolución Francesa y revoluciones liberales similares, las mujeres quedaron excluidas de la ciudadanía y se les negó la atribución de ser sujetos políticos activos quedando marginadas del poder político. Durante las últimas décadas  del siglo XIX y hasta la I GM, la lucha por los derechos políticos y el voto se convirtieron en el eje del movimiento de las mujeres. En la sociedad occidental de finales del siglo XIX, la mujer no era un sujeto legal y se definía como ser dependiente del padre o del marido. Se le negaba la categoría de individuo libre con autonomía propia, y, por tanto, de los atributos para acceder a la categoría de ciudadana.
El sufragismo británico se dividió en un ala moderada que surgió en la década de 1860 y un ala radical de acción directa que apareció en 1903. Cuarenta años de movilización en organizaciones y manifestaciones diversas no lograron el voto y eso provocó la radicalización del movimiento desde principios del siglo XX hasta la I GM, con la nueva corriente del sufragismo radical militante, feministas conocidas como suffragettes, que utilizaron tácticas violentas. En 1905 Emmeline Pankhurst, su dirigente más carismática, creó La Unión Social y Política de Mujeres que luchó por la consecución del voto, por la igualdad de derechos y oportunidades entre los sexos, además de promover el bienestar social e industrial de la comunidad.

Emmeline Pankhurst

Leamos a Emmeline en su autobiografía, Mi propia historia (1914):
Nos tienen sin cuidado vuestras leyes, caballeros, nosotras situamos la libertad y la dignidad de la mujer por encima de todas esas consideraciones, y vamos a continuar esa guerra como lo hicimos en el pasado; pero no seremos responsables de la propiedad que sacrifiquemos, o del perjuicio que la propiedad sufra como resultado. De todo ello será culpable el Gobierno que, a pesar de admitir que nuestras peticiones son justas, se niega a satisfacérnoslas.
En 1905, Christabel Pankhurst (hija de Emmeline) y Annie Kenney, una suffragette obrera y sindicalista, iniciaron un giro táctico de enormes repercusiones al optar por el encarcelamiento en lugar de pagar una multa para convertirlo en motivo de adhesión política. La represión brutal se convirtió en algo habitual en sus acciones callejeras, así ocurrió en noviembre de 1910 cuando una concentración frente al Parlamento acabó con 115 mujeres y 4 hombres detenidas. Con la agudización del conflicto, las suffragettes ocuparon la calle, practicaron el sabotaje, el incendio de comercios y establecimientos públicos, y agresiones tales como el lanzamiento de tomates o piedras a los domicilios privados de políticos destacados. Las detenciones derivaron en huelgas de hambre y a la autoinmolación de la suffragette Emily Wilding, el 3 de junio de 1913, al arrojarse frente al caballo del rey en la carrera de Derby.

Annie Kenney
La guerra marcó una tregua en la lucha sufragista y tras su fin, en 1918, fue concedido el voto restringido que se amplió en 1928 a todas las mujeres.
El sufragismo tuvo un importante eco en EUA y, con otras tácticas, se extendió en otros países como en España. Hasta la segunda década del siglo XX no aparecieron organizaciones que adoptaron una postura sufragista clara como la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME) aparecida de la mano de María Espinosa en 1918, la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas y la Cruzada de Mujeres Españolas. Las dos últimas organizaciones tuvieron como principal dirigente a Carmen de Burgos y ambas tuvieron una orientación política muy similar a la del movimiento sufragista anglo-americano. De Burgos defendía la igualdad sexual, el sufragio femenino y el fin de la discriminación legal de las mujeres, la igualdad laboral y salarial y la promulgación de una ley de divorcio. Las promotoras de estas organizaciones constituían una pequeña élite que no era del todo sufragista en cuanto a sus demandas ya que el derecho  a votar se incluía dentro de un amplio espectro de reivindicaciones de carácter educativo, laboral y jurídico.

CLARA CAMPOAMOR
La llegada de la República significó para las mujeres que luchaban por la emancipación femenina una esperanza de que los gobiernos republicanos recogieran las propuestas en favor de un nuevo estatus para la mujer que implicase una cultura igualitaria tanto en el plano jurídico, como en el laboral, ideológico o moral. La instauración de la República desarrolló por primera vez en la historia de España elementos políticos definitorios de la modernidad de un Estado como son la democratización, la laicidad y la igualdad de sexos. Destaca entre otras mujeres, Clara Campoamor, que luchó denodadamente para lograr el voto en las Cortes que elaboraron la Constitución en 1931 y que aprobaron el voto para la mujer. Así se expresó Campoamor cuando se estaba debatiendo el reconocimiento del voto a las mujeres e incluso se encontró con la oposición de las diputadas del Partido Radical-Socialista, Victoria Kent y la socialista Margarita Nelken:

El primer artículo de la Constitución podría decir que España es una República democrática y que todos sus poderes emanan del pueblo; para mi, para la mujer, para los hombres que estiman el principio democrático como obligatorio, este artículo no diría más que una cosa: España es una república aristocrática de privilegio masculino. Todos sus derechos emanan exclusivamente del hombre.

jueves, 30 de octubre de 2014

LA ISLA MÍNIMA, Alberto Rodríguez (2014)


Retrato de la sociedad rural española en el inicio de la década de los ochenta del siglo pasado. En un pequeño pueblo de las marismas del Guadalquivir, dos adolescentes que son hermanas desaparecen durante las fiestas. Dos detectives vienen desde Madrid para investigar las desapariciones y enseguida averiguan que en los últimos años han desaparecido más jóvenes.

La trama responde plenamente a lo mejor de la tradición del cine negro: ofrece una imagen exacta de los conflictos políticos y sociales de la época, la mentalidad de una comunidad aislada, opaca y anclada en el franquismo, sin dar una imagen de buenos  y malos, sino de la diversidad de posibilidades en la gama de grises. El caso no se resuelve totalmente y los poderosos quedan libres de culpa.


La trama está tan bien montada que me mantuvo amarrada al asiento en una tensión permanente. En este sentido es una excelente película con unos intérpretes de gran credibilidad, especialmente Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez que encarnan a los dos policías venidos de la capital. Excelente la ambientación, la música y el retrato de la marisma, un territorio inmenso, inhóspito, cruel y duro pero, a la vez, magnético, con una climatología extrema que nos lleva del calor extremo a las lluvias torrenciales.


Sin embargo, el valor más interesante, desde mi punto de vista, es lo bien que narra una época, la de la transición de la Dictadura franquista a la Democracia y de lo difícil que es cambiar las realidades económicas y sociales pese a los cambios políticos que nos situaban en 1980 en un sistema democrático. El poder que continuaban teniendo los latifundistas, la subyugación de los jornaleros pese al derecho de huelga, la presión de la justicia para resolver el caso, la mentalidad resignada y sumisa de los que menos recursos tenían, el machismo imperante en las sociedades rurales cerradas, la permanencia de miembros de importantes instituciones, como la policía franquista, en la democracia y sus consecuencias, etc. En fin, un retrato certero para comprender las dificultades que existían para llevar a cabo una Transición que quisieron convertir en un modelo de referencia y que hoy demuestra sus muchas fragilidades.

sábado, 19 de julio de 2014

PROCREADORAS DE ARIOS: DOS VIDAS


DOS VIDAS (2012) de Zwei Leben.

A raíz de un viaje que hice a Noruega, el interés por este país se ha incrementado mucho por diversas razones, algunas de las cuales aparecerán en este comentario a la película Dos vidas.

Noruega fue ocupada, a través de una operación de guerra relámpago similar a la que llevó a la ocupación de Polonia, por la Alemania nazi, entre abril de 1940 y mayo de 1945, que estableció una administración militar que coexistió con un gobierno civil noruego  colaborador del III Reich. Este gabinete lo encabezó Vidkun Quisling, fascista noruego que era el líder del minúsculo partido Nasjonal Samling (Unión de la nación). Jamás logró la espontánea colaboración de la población noruega. La economía noruega fue puesta al servicio de Alemania y se produjo riesgo de hambruna en el país y se estableció el racionamiento de alimentos.

En Noruega se estableció la legislación nazi contra los judíos, pero debido a la rápida actividad de la resistencia noruega, fue posible salvar a la mayor parte de la comunidad judía del país antes que las SS empezaran las deportaciones masivas en noviembre de 1942 hacia los campos de exterminio.
Mucho menos conocido fue el establecimiento de “hoteles” a los que eran llevadas a la fuerza mujeres noruegas, consideradas de raza aria, para que tuvieran relaciones sexuales con oficiales nazis destinadas a procrear hijas e hijos de padres desconocidos que eran arrebatadas a sus madres y conducidas a establecimientos alemanes, clínicas de natalidad y hospicios, con la finalidad de mejorar la raza aria. También hubo mujeres (eran apodadas las alemanas tristes) que tuvieron relaciones íntimas con soldados u oficiales nazis y cuyos hijos e hijas siguieron el mismo camino que los anteriores. Los llamados hijos de la vergüenza estaban en hospicios alemanes cuando acabó la guerra y, en general, allí se quedaron. Las alemanas tristes fueron internadas en campos noruegos una vez que, derrotados los nazis, se volvió a la normalidad. Al recuperar la libertad era muy difícil encontrar a sus hijas e hijos en Alemania y mucho más si estaban en establecimientos de la Alemania comunista, lo que será la RDA a partir de 1849.





Dos vidas es un thriller con trasfondo histórico, una película alemana basada en la historia de una mujer, una alemana triste (Liv Ullman), que recupera en apariencia a su hija de la vergüenza (Juliane Kohler). Una investigación del Tribunal de Estrasburgo en los años 90 saca a la luz el destino de estos hijos de la vergüenza y sus madres noruegas, así como el papel de la STASI, la policía secreta de la RDA, en este asunto. Las vidas de esta familia noruega sufrirá un varapalo como consecuencia de los secretos que irán surgiendo a lo largo de la investigación.



Zwei Leben monta una historia trepidante con momentos de calma enervante que están ligados al paisaje noruego lleno de bruma, frío, mar picado y oscuridad. El exterior contrasta con el interior de las viviendas de madera llenas de calidez donde se desarrolla la mayor parte de la vida de los noruegos/as en los largos y lluviosos inviernos.

La guerra fría, sistemas totalitarios nazis y comunistas, torturas y maltrato, víctimas de la inexistencia de derechos humanos y personas que tratan de vivir como pueden en situaciones difíciles. Y Alemania con un pasado tan complejo y del que tanto queda por conocer y por asumir.



La trama de la película es muy interesante, aunque si no se conoce el trasfondo histórico puede resultar, a veces, confusa (agravado por los flashbacks en los que la protagonista se remonta a su juventud). Tiene algunos momentos marcados por recursos narrativos flojos y manidos (el tema del espionaje especialmente), pero en conjunto es una película que capta nuestra atención plenamente. La interpretación de las dos mujeres protagonistas es extraordinaria.

Una película en la que se combina una trama policíaca y de espionaje con una historia intimista llena de misterio.