Una persona culta es aquella (…) que sabe cómo elegir compañía entre los hombres [y mujeres], entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. H. Arendt

viernes, 3 de enero de 2020

GITANAS Y CULTURA GITANA CON CLAIRE AUZIAS. Comentarios y entrevistadora: Laura Vicente. Traductora: Alín Salom



El libro de Gitanas[1] es un libro en el que algunas mujeres gitanas europeas describen con sus propias palabras su historia, su cosmogonía, su cotidianeidad, sus retos, sus fuerzas, lo que hace que sean mujeres, lo que hace que sean gitanas. Cada una de las mujeres habla desde su singularidad, pero cada una de ellas se halla sometida a las reglas generales de la civilización gitana de la que son un pilar.
Sin duda alguna, uno de los aspectos más llamativos de este libro es que las mujeres gitanas hablan con voz propia, hablan desde su cultura, desde sus preocupaciones y problemas. El libro de Claire Auzias recoge un «coro de mujeres gitanas», un coro de catorce mujeres de las que la mitad viven en Francia, dos en España, el mismo número en Rumanía, una en Portugal y otra en Suiza. El libro se completa con un Prólogo de Sarah Carmona y un Preámbulo y Conclusiones de la autora. Por otro lado, hay un capítulo final de hermosas fotografías de Éric Roset de mujeres gitanas de diversos países.
Auzias, que utiliza en su libro el término «romnia» para denominar al conjunto de las mujeres del pueblo gitano del mundo, parte en su estudio de que estas mujeres se hayan muy alejadas tanto en el tiempo como en el espacio de sus consortes de otros grupos humanos del planeta. Las «romnia» entran con derecho propio en ese grupo «de los humildes, la historia de la gente sin historia ni escritura e incluso sin palabra» (p. 17). A estas, y otras, mujeres de los grupos desfavorecidos se les impone un plus de silencio que la autora intenta romper con su libro.
La dominación que sufren las mujeres se acompañaba siempre de un conjunto de relaciones jerárquicas de mando/obediencia. Hombres y mujeres son desiguales en términos de poder, incluso dentro de un grupo marginado del poder como el de los gitanos y gitanas. Las mujeres gitanas son expropiadas de las palabras y, en cierta manera, se les niega la humanidad como excluidas que son de los roles dominantes de la estructura social en general y de la cultura gitana en particular.
Si la oralidad marca una brecha de género, pocas mujeres gitanas se atreven a hablar en público, los hombres monopolizaban la palabra en el espacio público, la escritura marca además una diferencia de clase: se abre una brecha entre personas hablantes y escribientes, iletradas o letradas. No dominar la lectura y la escritura es percibido por algunas mujeres gitanas como una carencia que intentan paliar a  través del acceso a la educación. Aunque hay gitanas que saben leer y escribir, y que han accedido a la Universidad, su mundo es el oral, por ese motivo este libro de entrevistas orales tiene una riqueza inmensa para acercarnos a ellas.
Algunas de estas mujeres intentan algo muy difícil: hacer convivir el mantenimiento de su cultura que todas respetan y valoran con las transformaciones que desean para emanciparse. Algunas de ellas se consideran feministas y están en el intento de conciliar las realidades que viven con lo que quisieran vivir. Un auténtico encaje de bolillos que  las demás feministas debemos dejar hacer, observar y apoyar si nos lo piden. Todas las mujeres que nos enfrentamos al patriarcado vivimos y sufrimos un auténtico desgarro interior que no resulta nada fácil para ninguna, emancipémonos de modelos y paradigmas, cada mujer individualmente y en colectivo debe buscar su camino, que nadie nos dé lecciones del camino correcto porque estos pueden ser muy variados y diversos.
Es una realidad, leyendo a estas mujeres, que la modernidad se abre paso en su vida: «las madres solteras eran multitud, las familias monoparentales legión, las familias mixtas una proporción respetable  y que las clases medias formaban, junto con el lumpen y las capas rurales miserables, el resto de la población rom» (p. 321). Tenemos mucha tendencia, quienes ignoramos la cultura gitana (igual que africana o asiática), a uniformizar la situación de todas las mujeres gitanas, no es así. Este libro nos lo muestra en toda su riqueza de matices.
Dice Auzías en sus conclusiones que:
«Las mujeres romnia tienen el futuro de su pueblo en sus manos, y no los hombres, a no ser que quieran unirse a su causa. Son la vuelta de tuerca en la reproducción de la cultura romaní, no solo en el aspecto fecundativo (…), sino también por su función de transmisión, que permite mantener una cultura propia» (p. 321).
Esta música me resulta familiar porque la he oído y leído en más de una ocasión referida a las mujeres en general, y es que nada «nos permite afirmar que el patriarcado sea más virulento en este pueblo [rom] que en los demás. Lo realmente seguro es que lo es igual» (p. 323).
***

Como ya dijimos, completamos la entrevista con esta parte dedicada al tema de la cultura gitana y de las gitanas en particular.
Laura Vicente.- Explícanos de dónde viene tu interés sobre el pueblo gitano.
Claire Auzias – ¿Mi interés por los gitanos/as? ¡Es una larga historia! Intentaré abreviar. En 1980 defendí una tesis doctoral de Historia sobre la memoria oral de las y los militantes anarquistas franceses de la época de entreguerras. De gente que había nacido a principios del siglo XX y militado entre 1930 y 1939. Con ellos aprendí y comprendí el valor fundamental de la memoria en la Historia. También cuántas luchas y cuánta desesperación llevan dentro los seres humanos. Al contrario de lo que todo el mundo piensa, el anarquismo entre las dos guerras no es solamente España ni Makhno. Lo que hicieron en Francia es sumamente interesante desde el punto de vista de la Historia a largo plazo.
Luego  tuvo lugar la caída del muro de Berlín, es decir, la caída del comunismo existente. Como historiadora del anarquismo, deseaba firmemente examinarla en seguida y de muy cerca. Era un acontecimiento a nivel planetario. Para hacer este estudio de la caída del comunismo, me dirigí a la población que había vivido este comunismo desde el interior, pero que había también vivido otros acontecimientos antes del comunismo y uno de ellos sobre todo muy violento: el genocidio durante la II Guerra Mundial por el nazismo y los gobiernos fascistas de todos los países. Quise, pues, saber, gracias a esta gente dos veces negada en su expresión, por nazis y comunistas, cómo vivían la caída del comunismo. Porque nadie había pensado en estas personas como agentes de revelación de lo que estaba en juego a nivel mundial. Era una tierra virgen. Así es cómo estudié con ellos este fenómeno.
Ocurrió que los gitanos/as tenían una organización europea desde 1971, la Unión Gitana Internacional (URI) cuyos líderes intelectuales fueron los primeros en formular propuestas inteligentes para la Europa reunificada. Uno de los fundadores de 1971 es el español Juan De Dios de Heredia, de Barcelona. Está aún vivo, creo. Me adoptaron. Y les seguí. Me llevaron a pueblos por toda Europa del Este y me quedé veinte años siguiendo sus movimientos.
Al cabo de veinte años todo había cambiado. En primer lugar, mis amigas/os políticos próximos habían muerto. Luego las nuevas generaciones habían llegado a ser ejecutivos de la sociedad civil, de la nueva burguesía internacional gitana. Mi interés había cambiado. Por último, un movimiento catastrófico había comenzado a causar estragos entre los gitanos/as, igual que entre toda la juventud: esa famosa política identitaria, de inspiración americana, más próxima a la extrema derecha aunque no se diga. Dejé de interesarme de cerca por los asuntos gitanos. Es en España donde ocurren las cosas más interesantes desde el punto de vista gitano, porque la izquierda, la verdadera, la socialista, ha incluido en su agenda esta cuestión. Los y las socialistas son lo que son, amigos/as en todo caso. Tienen un punto de vista sobre el pueblo gitano nítidamente más inteligente que la burguesía de derechas o moderada. Entonces hacen cosas que he encontrado muy interesantes. Conservo aún amistades con hombres y mujeres militantes gitanos/as en España.
Además, tras la caída del muro de Berlín, esperábamos que una identidad común europea uniera todas las reivindicaciones políticas y cívicas de los gitanos y gitanas de toda Europa. Como se sabe, la política europea de Bruselas no ha parado de endurecerse, orientándose hacia el liberalismo y el ultraliberalismo. Y con la ayuda activa de  EUA, nunca llegó a existir una Europa política. Los Estados y las naciones se han fortalecido más aún, expulsando muy lejos, hacia un porvenir perdido, la hipótesis de una federación política europea. Los gitanos/as eran el emblema de una Europa así. Pero se perdió. Cada país se ocupa del estatuto y los derechos de los gitanos/as de su propio país, como ciudadanos/as de pleno derecho –es verdad–, pero ya no hay ciudadanía europea en la actualidad. Ni para el pueblo gitano ni para nosotros/as. ¡Otro fracaso más!
Ahora bien, mis trabajos demuestran que los gitanos/as del mundo entero están unidos por una misma cultura, desde Méjico hasta Jerusalén. Pero la reacción política ha vencido, incluido en estos gitanólogos/as brutas del mundo entero, que no tienen ningún sentido político y que «se inclinan todos, uniformemente, hacia pensamientos de derechas». Esta gente ha contribuido activamente a enterrar el movimiento político de los gitanos/as y encima están muy orgullosos/as.
L.V.- ¿Por qué crees que el feminismo ha abandonado a las mujeres gitanas?
C. A. – El feminismo francés ha abandonado a las mujeres gitanas – ¡se dice pronto!-. En Francia, al revés que en España, no hay un movimiento autónomo de mujeres gitanas. No hay ninguna figura de envergadura entre las mujeres gitanas que se haya levantado públicamente para decir que es feminista y que participa en la lucha de las feministas de cualquier origen. Ninguna. Ha habido mujeres gitanas directivas de asociaciones de la sociedad civil, en general gracias al Consejo de Europa que dijo que era importante promover la paridad. Lo cual quiere decir que las mujeres gitanas en Francia son, casi todas, candidatas a las actividades del Consejo de Europa. Lo he visto anteriormente en marcha y es mejor que nada. No hay que tirar al bebé por el desagüe junto con el agua de la bañera. Pero desde un punto de vista militante, ninguna mujer gitana francesa se ha rebelado. Hay figuras bastante conocidas, como la hija de Mateo Maximoff, uno de los ancestros de la URI; pero es una excelente embajadora del pueblo gitano en general; no es especialmente feminista. Es decir, mientras no haya ninguna mujer líder, que tome la palabra en público para proclamar su activismo feminista gitano, no habrá un movimiento feminista gitano.
¡Francia es un país arcaico en muchos terrenos! La vanguardia está en España. Es en España donde encontré más mujeres gitanas comprometidas en política y en los derechos de las mujeres. Tengo aún amigas entre ellas, como evidentemente Ana Giménez, la primera mujer gitana doctora de la Universidad y profesora en Castellón. Esta ausencia de movimiento feminista gitano en Francia se debe al dominio enloquecido de los directivos humanitarios no gitanos sobre la expresión de los gitanos/as de este país. No tienen derecho a expresarse personalmente ni de manera autónoma, salvo las asociaciones gitanólogas que hablan en su lugar. Es un colonialismo extraordinario. Y los gitanos/as son, por cierto, la única fortaleza donde la palabra y el papel de los interesados están prohibidos. Hoy por hoy rechazo participar en conferencias o mesas redondas donde no haya un colega gitano, o gitana, que tome la palabra en igualdad conmigo. Mi libro Gitanas tiene como objetivo dar a conocer que las mujeres gitanas de todas las condiciones son capaces de hablar, de decir sus problemas y analizar la situación, como cualquier ciudadano o ciudadana. Tiene como objetivo darles enteramente la palabra. Por eso los franceses no han apreciado este libro. Pero las feministas, por el contrario, en Francia, estuvieran encantadas de que hubiera hecho este libro. Daba existencia a nuestras conciudadanas en el plano feminista. Puedes ver en el libro que les planteo cuestiones típicas del movimiento feminista general.
En definitiva, en España el feminismo no abandonó a las mujeres gitanas, pero en Francia, sí. Porque la estructura del Estado francés es tan totalitario, tan jacobino, tan centralista, que está prohibido tener actividades disidentes, diferentes, particulares. Hay que ser anarquista para levantarse contra un Estado como este. Y los gitanos/as no son anarquistas. ¡Ya están suficientemente discriminados como para encima cargar con una actividad política peligrosa!
Por eso, los únicos gitanos (hombres y mujeres) que toman conciencia de esta expoliación de su palabra en el plano político llegan a ser identitarios. «Identitario» quiere decir racista, a la manera americana: «guerra contra los blancos, quedémonos únicamente entre gitanos, entre negros, entre indios americanos, etc., porque somos personas discriminadas y colonizadas». Va en contra de la emancipación anticolonialista de la filosofía de las Luces, pero es fiel a la ideología que domina en la actualidad.
Las feministas gitanas están en España y en Rumanía. Allí sí hay feministas reales, activas y proclamadas públicamente. Lo puedes leer en mi libro.
L.V.- ¿Explícanos cuáles son los perjuicios y los maltratos de toda índole infligidos al pueblo gitano (los más destacados)?
C. A. – Constato que a pesar del activismo de los y las militantes gitanos/as internacionales, en la caída del muro de Berlín, en coordinación con las instituciones sociales, no hemos conseguido erradicar la situación odiosa de la mayor parte del pueblo gitano de Europa. Esta acción inteligente de la Unión Gitana Internacional en los años 1990-2000 logró alertar a los y las responsables políticas respecto a la existencia de esta población desfavorecida en el seno de Europa, por todas partes del mismo modo. Esta acción consiguió crear una élite de directivos superiores gitanos que supervisan hoy por hoy todas las políticas internacionales orientadas hacia los gitanos/as (gitan, sinti, kalé, roms, etc.).
Pero no se puede decir más que una cosa: la democracia liberal ha ganado y, como siempre, en lugar de luchar eficazmente contra la exclusión de estas poblaciones, se ha contentado con crear minorías instruidas, alfabetizadas y aptas para ocupar puestos de prestigio y responsabilidad, sobre todo en Europa del este, también en España. En Francia, no; en Italia, tampoco; en Alemania, un poco; en Inglaterra, apenas. ¡En los Estados Unidos, por supuesto por lo menos dos!
Por tanto, el problema más grave de esta población es en general la pobreza. Aunque no todos los gitanos/as sean forzosamente pobres, la mayoría lo es. Luego está el analfabetismo, que no está erradicado y que es la fuente, como todo el mundo sabe, de todas las demás miserias: superpoblación, demasiados niños/as por mujer, niños/as mal alimentadas, mal escolarizadas, etc. Los miembros de las organizaciones humanitarias que se ocupan de estas poblaciones, religiosas en general, hacen creer a los gitanos/as que su tradición quiere que no vayan a la escuela, que hagan muchos niños/as, que rechacen la anticoncepción, etc. Todo eso es falso. Son solamente ideólogos reaccionarios y conservadores que se ocupan de los gitanos/as sin el más mínimo interés por su emancipación. Es necesario, entonces, que espíritus revolucionarios por lo menos modernos e interesados en la emancipación del género humano en su totalidad, se acerquen a los gitanos/as y compartan con ellos lo que sea posible compartir, para facilitar su evolución hacia una vida mejor, sin colonizarlos ni inventarles soluciones contrarias a sus deseos. Existen gitanos/as modernas en todos los países. Es con ellos y ellas con quien hay que continuar la lucha y no dejar el terreno libre a la reacción contrarrevolucionaria que está apoderándose del mundo.





[1] CLAIRE AUZIAS (2011): Gitanas. Hablan las mujeres «Roms» de Europa. Logroño, Pepitas de Calabaza.



3 comentarios:

  1. Es muy interesante tu post. Creo que no es un tema fácil. Creo que hoy por hoy hay grandis distancias (distanciamiento) que salvar, en las dos direcciones o en todas las direcciones. En esa distancia habitan la desconfianza, la ignorancia y el miedo... creo. La apertura, primero debe ser mental, pues la apertura social sin la anterior creo, salvo mejor criterio (yo soy un ignorante que opino de oído) es imposible... esta cuestión es un "laberinto" más de la estructura social edificada sobre miles de laberintos más o menos identificados... pero no sé muy bien si conocidos...

    En fin Laura, me ha parecido muy interesante este tema, tengo que reconocerte que tengo mis ideas sobre los planteamientos feministas (apoyo sin condiciones la igualdad de géneros, pero tengo algunas discrepancias de planteamiento), pero todo lo que sea ponderar reflexiones y soluciones sobre ello me parece bien... hay que dar pasos en muchas direcciones hasta encontrar puntos de encuentro y soluciones "normalizadoras" (espero que se me entienda lo que quiero decir con este término) que consigan una igualda neta entre mujeres y hombre, entre hombres y mujeres, pertenezcan al grupo social y étnico (de nuevo espero que se me entienda, pues yo, a nivel personal incluyo el segundo en el primero) que pertenezcan...

    No sé, estoy opinando de oído y espero no ser temerario opinando con un cieto grado de ignorancia...

    Gracias por compartir esta información.

    Abrazo

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    1. Estoy de acuerdo con lo que dices sobre la apertura mental, yo diría más claramente que hay que dejar a un lado el racismo y aceptar al diferente, al "otro".
      Respecto al feminismo hay mucha tela que cortar, el patriarcado, el sexismo y la dominación masculina han definido qué es la feminidad y la masculinidad y hay que romper con ambos para intentar buscar senderos de libertad.
      La masculinidad patriarcal enseña a los hombres que su conciencia de sí mismos y su identidad reside en su capacidad para dominar a otras /os. La alternativa es la masculinidad feminista, en el feminismo nos encontraremos hombres y mujeres con identidades múltiples.

      Abrazos.

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