Una persona culta es aquella (…) que sabe cómo elegir compañía entre los hombres [y mujeres], entre las cosas, entre las ideas, tanto en el presente como en el pasado. H. Arendt

miércoles, 23 de noviembre de 2022

LAS VISITAS DE EMMA GOLDMAN A ESPAÑA DURANTE LA GUERRA CIVIL

 El día 20 de octubre participé en el curso organizado por Nociones Comunes en Madrid: 

EMMA GOLDMAN Y EL FEMINISMO ANARQUISTA

La sesión que impartí se titulaba: 

EMMA GOLDMAN EN ESPAÑA. LA GUERRA, LA REVOLUCIÓN Y LA EXPERIENCIA DE MUJERES LIBRES

De esta sesión reproduzco solo un apartado que hace referencia a las visitas que hizo Goldman a España para conocer y ayudar a la Revolución que se produjo en España a partir del 19 de julio de 1936




Cuando estalla la Guerra Civil española, Goldman acaba de vivir la muerte por suicidio de su compañero de vida, Alexander Berkman (junio de 1936). El mundo se detiene para ella. Pero el estallido de la Revolución el 19 de julio, pone en marcha, de nuevo, sus ganas de vivir. Viene a conocer y a vivir la Revolución con su mirada entusiasta y crítica a la vez, puesto que viene de otra gran ilusión defraudada en Rusia y no se fía de las apariencias.

Sus cartas recogen su apasionada implicación, su empatía con la revolución y con la suerte de los y las anarquistas, sintiéndose parte de ella y utilizando enseguida el «nosotros»

cuando habla de ella. Dolores de cabeza, insomnios, preocupación por las amenazas internas y externas que percibe, se sienten latiendo en sus cartas[1].

Visita España en tres ocasiones, siempre a finales de verano y otoño (septiembre a noviembre o diciembre de 1936, 1937 y 1938). Al igual que hace en Rusia se dedica a viajar y observar los esfuerzos constructivos en marcha (colectividades, la Maternidad de Barcelona, colonias infantiles, etc.) y la primera línea del frente para entrar en contacto con las columnas de milicianos (esto en su primera visita). Quiere conocer de primera mano la información que le permita vislumbrar el carácter de la revolución (con el inconveniente de la barrera de la lengua que no tiene en Rusia, motivo por el que tiene que ir siempre acompañada con intérprete).

Como en el caso de Rusia, ella enseguida sabe diferenciar, en este caso, entre dirigentes y bases de las organizaciones del Movimiento Libertario que, pese a la guerra, están construyendo, con creatividad y entusiasmo, una revolución inspirada en el anarquismo que ella ya no espera vivir a sus casi setenta años (en su primer viaje tenía 67 años).

Se posiciona claramente contra la colaboración con las fuerzas estatistas y sus críticas a Mariano, R. Vázquez, Federica Montseny («Es una “Lenin” con faldas») y Juan García Oliver, son contundentes. Ve reforzada su creencia previa de que los líderes del propio movimiento anarquista son personalmente susceptibles de corrupción autoritaria si su liderazgo no es controlado desde las bases en las que confiaba plenamente.

Los mismos temas le preocupan en Rusia y en España: la adulteración de la revolución por las organizaciones y dirigentes, el estatismo, la libertad, los valores humanos, etc., pero a diferencia de su país de origen, Emma G. defiende la revolución española frente a las críticas que llegan de algunos sectores anarquistas de otros países. Y esa defensa tiene más valor porque es consciente de los errores de los dirigentes de la CNT-FAI por su integración en el Gobierno de Largo Caballero y su colaboración frentepopulista, en especial la que supone ignorar el peligro que supone el comunismo español dominado por el estalinismo. Interesante su reflexión sobre la naturaleza de la revolución y la diferencia que marca entre anarquismo y revolución, afirmando que eran dos cosas diferentes:

«La revolución es siempre coercitiva y violenta; es siempre la expresión culminante de los errores e injusticias acumulados, así como de las brutalidades causadas por nuestro sistema (…)». Por eso, «(…) no podemos esperar que el anarquismo se exprese en plenitud durante el periodo revolucionario. Todo lo que podemos esperar es que los anarquistas eviten la dictadura y el terror organizado (…)».

La violencia que comporta una revolución es lo contrario de lo que representa el anarquismo:

«(…) la violencia es contradictoria con el anarquismo. Como filosofía social, y como teoría sobre los derechos del individuo y sobre la libertad de la colectividad, el anarquismo es la única teoría que no propaga la violencia».

La función del anarquismo en un periodo revolucionario es minimizar la violencia de la revolución y reemplazarla por los esfuerzos constructivos. Y concluye: «Me temo que se necesitará más de una revolución antes de que sea posible que el anarquismo emerja en toda su belleza y toda su humanidad».

Emma G. se ofrece a ayudar en la propaganda internacional, a hacer de enfermera, de camarera, o a divulgar métodos de control de la natalidad e higiene. Pero el escaso conocimiento de la lengua y los argumentos de los/las anarquistas españolas de que su mayor contribución es la propaganda en el exterior, la convencen de abandonar España y llevar a cabo esa tarea desde Gran Bretaña.

Respecto a esta colaboración es interesante señalar su papel en SIA (Solidaridad Internacional Antifascista, organización humanitaria (A) internacional). En septiembre de 1938 viaja por última vez a España, el 1 de octubre asiste a la sesión plenaria ordinaria del Consejo General de SIA en Barcelona, en esta reunión le acompañan Lucía Sánchez, como Secretaria General, Mateo Baruta, como Vice-Secretario, Fidel Miró vocal de Propaganda y Lucas vocal de Contabilidad. Abrió la reunión Lucía Sánchez que, «visto que la lengua española causa dificultades a la camarada Emma, se designa a la camarada Cristina Kon, agregada de Propaganda y Secretaria de actas de las reuniones, como interprete», por el dominio que tiene de varios idiomas. Por tanto, tenemos a las protagonistas de la famosa foto en la que aparecen las tres: Goldman, Kon-Rabe y Sánchez, caminando por las calles de Barcelona veinte días después de la reunión de SIA.

Goldman apoya a Mujeres Libres desde el principio, es Mercedes Comaposada quien se pone en contacto con ella a través de una carta escrita el 17 de abril de 1936, pidiéndole su colaboración y explicándole los objetivos de la revista. Emma G. les envía una carta publicada en el nº 1 y Mercedes C. se lo agradece y le solicita en una nueva carta con fecha de 16 de junio una nueva colaboración para el tercer número.

Estos contactos con Mujeres Libres y su disponibilidad a ayudar a la Revolución da lugar a diversas credenciales para actuar en Gran Bretaña. Mercedes Comaposada le envío dos acreditaciones en julio de 1937 en que la nombran «corresponsal y representante de las Publicaciones Mujeres Libres en Europa y Estados Unidos de América», así como representante y «delegada de la nueva Federación Nacional de Mujeres Libres».



[1] Estas cartas aparecen reproducidas y estudiadas en David Porter (editor), (2006): Visión en llamas. Emma Goldman y la revolución española. Barcelona, El Viejo Topo.

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