Cuando empecé a investigar y a buscar información para trabajar sobre Mujeres Libres, me centré en los trece números de la revista, en sus palabras. Aquellas mujeres levantaron un maremoto de palabras, se convirtieron en donadoras, enunciadoras, nombradoras de palabras.
Eran mujeres que tenían mucho que decir tras el
silencio en que habían vivido ellas y las mujeres que las rodeaban, tenían que
aprender a usar la palabra (¡¡escrita!!), tenían que subvertir la normatividad
que las quería calladas, tenían que nombrar
todo aquello que siempre se había dicho en masculino.
De aquella auténtica «revolución de las palabras»
pase a pensar en ELLAS, tenía que indagar en aquellas mujeres, conocerlas,
tenía que poner cuerpo a las palabras. Aquello no estaba previsto en la
investigación, pero me dejé llevar por la necesidad de saber quiénes eran
aquellas donadoras de palabras,
aquellas revolucionarias de la vida desde la vida.
Finalmente, decidí elegir a las nueve mujeres que
escribieron más artículos firmados en la revista y ante mí se abrieron nueve
vidas especiales en su diversidad. Os las iré presentando para que conozcáis un
poquito a estas mujeres.
[Esta es la portada de mi libro, en la foto aparecen mujeres de
la organización Mujeres Libres, está fechada el 10 de agosto de 1938, en
Barcelona]
Y empezamos con una de las grandes impulsoras de la revista y de la organización Mujeres Libres
LUCÍA SÁNCHEZ SAORNIL (1895-1970), nació en Madrid y murió en Valencia.
Es no solo una de las tres redactoras de la revista Mujeres Libres sino la principal impulsora de su publicación. Poeta
(perteneció al movimiento ultraísta),
telefonista, periodista, sindicalista (CNT), anarquista y feminista.
Por su origen social humilde y su trabajo como telefonista Lucía Sánchez
era la más sindicalista de las componentes de la redacción de Mujeres Libres. Fue una trabajadora
atípica por su cultura, en parte autodidacta, ya que no accedió a estudios
superiores.
Lucía
Sánchez Saornil fue, quizás, la más feminista de las feministas de Mujeres
Libres. Su opción sexual lesbiana influyó en la adopción de posiciones
feministas radicales respecto a la maternidad, manteniendo una clara y decidida
posición de rechazo del matrimonio, de la
defensa del amor libre y de la libertad sexual.
Durante
la Guerra Civil y la Revolución social ocupó cargos destacados: Secretaria de
la Federación Nacional de Mujeres Libres; Secretaria General de Solidaridad
Internacional Antifascista (SIA) y redactora del semanario gráfico Umbral (Valencia).
Pasó
a Francia en los últimos días de la Guerra Civil pero retornó a España
clandestinamente en 1942 (vivió indocumentada durante diez años). Su vida hasta
su muerte fue un largo exilio interior. Quizás por eso, sobre su tumba, su
compañera Mery mandó escribir: «Pero… ¿es verdad que la esperanza ha muerto?»,
primer verso de «Sonetos de la desesperanza».
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Estas breves biografías se han publicado en Instagram @lauramartierra
Laura Vicente
(2020): La revolución de las palabras. La
revista Mujeres Libres. Granada, Comares]
¡¡Anda!! resulta que fue compañera de trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Lucía fue compañera tuya de trabajo? Pues tenemos que hablar... Mi correo:
Eliminarpensarenelmargen@gmail.com
Las grandes heroínas han sido olvidadas quizás porque el sistema no las veía digeribles por la máquina de la normalización.
ResponderEliminarAbrazos
Las grandes heroínas suelen ser mujeres comunes. Tienes razón, no son digeribles así que se las emborrona y se las descose para que sean olvidadas en el fragor de los tiempos pasados.
EliminarAbrazos.