sábado, 3 de junio de 2017

DUDAS SOBRE LA DEMOCRACIA ACTUAL

La democracia actual poco tiene que ver con la res publica, es una democracia de libre mercado que se desdibuja a pasos agigantados frente a la burocracia global y que asume las funciones que los mercados le marcan. El mundo camina hacia la centralización, hacia la concentración del dinero y del poder, en definitiva, hacia nuevas formas de totalitarismo. Seguramente el control no será idéntico al del siglo pasado y es posible que nos aguarde, como señala Imre Kertész, un fascismo discreto con abundante parafernalia biológica, supresión total de las libertades [por supuesto por nuestro bien, por nuestra seguridad] y relativo bienestar económico en el mundo rico.

Tampoco es descartable una guerra mundial que no pocos sociólogos llevan tiempo anunciando y que diferentes dirigentes, entre los que destacan Donald Trump o Vladimir Putin, nos están acostumbrando a su posibilidad. De momento no sabemos aún quienes la libraran y cuál será su escenario principal. Los rostros del odio, del racismo, del machismo, del nacionalismo exacerbado cobran delante de nuestros ojos expresiones terribles (leamos las palabras de furia del discurso de Donald Trump en su toma de posesión como presidente o de Marine Le Pen o de Benjamín Netanyahu o de cualquiera de los líderes de extrema derecha que avanzan posiciones en diversos países europeos) y vuelve a experimentarse la embriaguez colectiva que tanto nos recuerda a lo ocurrido en la década de 1930.
Quizás alguien pueda pensar que este panorama es exagerado y catastrofista, una reacción habitual que recuerda a otras que se han dado en la larga historia de la humanidad poco antes de grandes guerras.
En 1938 y 1939, poco antes de morir, Joseph Roth, en artículos recogidos en La filial del infierno en la tierra, escribía sobre la verdad (en cierto sentido sobre lo que hoy llamamos postverdad):
La adulteración de la verdad se consigue en el periodo más corto de tiempo recurriendo a la exageración o a la simple negación de la realidad. (…) La verdad requiere propagación, pero no “propaganda”.  Sé que mientras nosotros nos esforzamos por decir la verdad, en un simple papel, el altavoz ya está allí preparado para el transmisor de mentiras (…). Aun así nosotros hablamos. Aun así, escribimos. Porque sabemos que las palabras veraces no mueren. Nuestra fe es sólida, porque no teme la duda. Al contrario, ésta la refuerza. 
Roth se devanaba los sesos sobre cómo expresar lo inexpresable. 
El círculo de fascinación de la mentira, que los criminales levantan en torno a sus fechorías, paraliza la palabra y a los escritores, que están a su servicio. 
Y daba vueltas y vueltas sobre la necesidad de tomar la palabra (…) la palabra amenazada por la paralización. Sin embargo, se desesperaba, ya exiliado en París, por la indiferencia de los países europeos ante lo que estaba sucediendo en Alemania tras la llegada al poder de Hitler en 1933:

La quema de libros, la expulsión de los escritores judíos y todos los demás desvaríos (…) pretenden aniquilar el espíritu. (…) la Europa espiritual se rinde. Se rinde por debilidad, por desidia, por indiferencia, por irreflexión. El futuro deberá investigar con exactitud los motivos de esta capitulación vergonzosa.(…) los indiferentes siempre han contribuido a que el mal triunfe. Si el humanitarismo se percibe como excepcional, ello significa que la inhumanidad es lo acostumbrado. Lo natural se convierte sin más en sobrenatural. (…) Nada es tan brutal como la indiferencia frente a lo que ocurre en el terreno de lo humano. 

2 comentarios:


  1. Democracia...
    Me parto... como 'Mafalda'.

    Besos!!

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  2. Lo malo es la alternativa que se está configurando a la imperfecta democracia...

    Besos!!

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