miércoles, 3 de mayo de 2017

ÉTIENNE DE LA BOÉTIE, Discurso de la servidumbre voluntaria.

No es de extrañar que el título de este opúsculo resultara atractivo a las mentes despiertas de los y las anarquistas de finales del siglo XIX y primer tercio del siglo XX. Parece ser que era habitual su presencia en las pequeñas, pero bien nutridas, bibliotecas de los obreros y obreras ilustradas.

En el siglo XIX cuando arraigó el anarquismo en España existía una división que tendemos a olvidar, la frontera entre la escritura y la oralidad.  La escritura marcaba una diferencia de clase: se abría una brecha entre hablantes y escribientes, iletrados o letrados. No dominar la lectura y la escritura era percibido por las clases trabajadoras como una carencia, el anarquismo batalló para llenar ese vacío partiendo, muchas veces, de una formación académica mediocre y básica o a través del autodidactismo. Algunos/as anarquistas sabía leer y escribir pero su mundo era el oral, quizás por ello daban tanta importancia a la palabra escrita como semilla de rebelión que, si se extendía, podía acabar con la opresión.

No es raro, por tanto, la proliferación de escritores y escritoras dentro del mundo ácrata, así como la fundación de periódicos y revistas. Donde había anarquistas había periódicos y, por tanto, obreros/as ilustradas. Una anécdota sobre este tipo de obrero/a ilustrada se produjo durante la visita de Einstein a Barcelona, cuando el científico mostró interés por ir a un local de la CNT y el 27 de febrero de 1923 se encontró con una sala llena de obreros/as puestos en pie rindiendo un homenaje al científico alemán que afirmó: Vosotros sois revolucionarios de calle y yo soy de la ciencia.


¿Qué les pudo resultar atractivo a trabajadores anarquistas españoles de un texto escrito en siglo XVI? Hay un aspecto crucial que puede dar una explicación a esta pregunta, la lucha de emancipación la entiende el anarquismo también como autoemancipación. La liberación, la emancipación, es indisolublemente autoemancipación: de los dispositivos, de los prejuicios, de la ignorancia, de las trabas que oprimen potencialidades y que se expresan en actos comunes y cotidianos. Para el pensamiento ácrata, la anarquía no es un lugar donde llegaría la humanidad gracias a una consecuencia lógica o científicamente deducible, sino una búsqueda cotidiana de lucha hacia el exterior, por un lado; pero también una lucha en la construcción cotidiana para acercar lo máximo posible la brecha entre fines y medios.

La Boétie señala tres causas de la servidumbre voluntaria, antítesis del deseo de autoemancipación ácrata: en primer lugar la costumbre y la educación, en segundo lugar la corrupción, y por fin la violencia. El centro de la reflexión es la libertad, (…) un bien tan grande y placentero, que el perderlo es causa de todos los males (…) (p. 51). La libertad es entendida como un elemento natural, al que muchos seres humanos renuncian sometiéndose al poder. El tirano es astuto y sabe cómo embrutecer a sus súbditos para lograr esa renuncia a la libertad.

La pregunta que se hace La Boétie es plenamente actual y tiene que ver con el estupor que causa que la mayoría obedezca a uno solo y quiera servirle. La renuncia a la libertad se produce según La Boétie, muchas veces, sin necesidad y siempre supone una degradación y la pérdida de la humanidad de la persona. Si las personas no pueden afrontar el hecho de su propia libertad siempre creerán y confiarán en redenciones venidas desde fuera y la humanidad permanecerá alienada si no encuentra el camino de vivir en libertad.

Hay alguna luz para rechazar la servidumbre. Según La Boétie, la amistad, que siempre es igualitaria, es clave para desarrollar el amor mutuo. Los libros y la ciencia son también claves puesto que dan al ser humano el sentimiento de sus derechos y el odio a la tiranía. Por tanto, es fundamental mantener la mente despejada y el espíritu clarividente, tomándose la molestia de pulirla por el estudio y el saber.

Cada cual que piense si este es el camino que llevamos o más bien nos dirigimos a una tiranía (un fascismo) cotidiano y de baja intensidad que presenta esa servidumbre voluntaria bajo los ropajes de la seducción que cautivan a muchas personas.


2 comentarios:


  1. Para reflexionar...

    Besos, cálido abrazo y buen finde!!

    :)

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    Respuestas
    1. Ese es el objetivo siempre: reflexionar, pensar, meditar... :))

      Igualmente, un fuerte abrazo.

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