viernes, 3 de mayo de 2019

LAS MUJERES NO HACEMOS NADA IMPORTANTE



He escuchado tantas veces esta afirmación de boca de mujeres libertarias cuando les preguntas (o entrevistas) sobre su actuación en un momento determinado, que aquí vienen algunas reflexiones que planteé en Barcelona el 24 de abril de 2019. Esta idea de que ellas no habían hecho nada se cocía en el Movimiento Libertario desde hacía mucho tiempo. Eso explicaba la incomodidad de algunas mujeres que se dieron cuenta de dos cosas:
1ª La escasa importancia, en la práctica, que se daba a la situación de subordinación y dominación en que vivían las mujeres, fuera y dentro del espacio doméstico en el que el discurso de género las colocaba. Las mujeres aparecían siempre como sujeto subordinado en el proyecto revolucionario.
2ª No se sentían aceptadas en las sociedades obreras, sindicatos después (CNT). Fueron pocas las mujeres que tuvieron un compromiso con el sindicato ya que, pese a ser afiliadas, evitaban frecuentarlo por ser un espacio masculino. Los sindicalistas, en efecto, consideraban que la asociación obrera no era cosa de mujeres y cuando hacían campañas de propaganda solo iban dirigidas a los hombres, argumentando a menudo la virilidad como elemento de defensa de los intereses laborales.
TERESA CLARAMUNT
Esta incomodidad provocó el inicio de una genealogía de mujeres anarquistas, desde la I Internacional, que crearon espacios sindicales propios (no mixtos). Teresa Claramunt participó en la formación de tres de estas organizaciones: Sección Varia de Trabajadoras Anarco Colectivistas de Sabadell (1884), Agrupación de Trabajadoras de Barcelona (1891), Sindicato de Mujeres del Arte Fabril (1901). Otras mujeres lo hicieron también en la segunda y tercera década del siglo XX: eran mujeres afiliadas a CNT que se reunían juntas y separadas de sus compañeros.
Esa incomodidad llevó a las mujeres a integrarse con mucha más facilidad en los Ateneos, como espacio mixto, donde se sentían más cómodas y reconocidas por dos motivos:
1ºEstaba ubicado en los barrios (espacio de sociabilidad femenino). 2ºSu contenido cultural favorecía su intervención: excursionismo, clases de alfabetización, teatro, conferencias, etc.
Desde los Ateneos entraban en contacto con los grupos de afinidad anarquista, especialmente las Juventudes Libertarias (JJLL) en las que, a veces, entraba todo el grupo de amigos/as.

MUJERES LIBRES
En esta línea de buscar espacios propios en los que pudieran desarrollar su actividad y sus ideas con comodidad, Mujeres Libres, revista y organización, fueron los canales a partir de los cuales buscaron:
1º Participar en la Guerra Civil y la Revolución con sus aportaciones feministas, unidas a las de clase, para que la revolución no olvidara la emancipación de las mujeres. En este sentido mantuvieron la doble lucha, cosa que no hizo la AMA (Agrupación Mujeres Antifascistas) que renunció al feminismo en aras del antifascismo.
2º Ser reconocidas dentro del Movimiento Libertario como su cuarta rama. No fue posible por la oposición de las otras tres ramas de dicho movimiento.
3º Seguir construyendo el feminismo anarquista iniciado por las pioneras a la vez que llevaban a la práctica múltiples realizaciones en el terreno de la educación, el trabajo, la cultura, etc.
4º Plantar cara en muchos espacios a agresiones sexuales: trabajo (los padres protegían a las hijas en las fábricas). Entre los compañeros de ideas respecto a la manera que tenían estos de entender el amor y la sexualidad libre, como disponibilidad del cuerpo femenino. Mujeres Libres consideraba que era un tema que había que trabajarlo más para no reforzar la idea de los hombres de ser meros objetos sexuales.

LUCÍA SÁNCHEZ SAORNIL

5º Pese a romper con el discurso de género, no rompieron con  todos los elementos del patriarcado. Algunos aspectos destacados:
-Aún en familias en las que se impulsaba a las mujeres a la lucha social y a romper moldes en el ámbito público con su militancia, no pudieron hacer lo mismo en la vida privada, siendo bastante tradicionales desde el punto de vista doméstico y de vida cotidiana. Si ellas querían militar tenían que asegurar con gran esfuerzo la domesticidad. Por eso, durante la guerra civil la experiencia de las más jóvenes sin responsabilidades domésticas fue más liberadora y cambio sus vidas; las más mayores con cargas domésticas y familiares tuvieron otra vivencia centrada en los esfuerzos por encargarse solas de todo.
-Pese a unirse libremente con sus compañeros mantuvieron la monogamia con el mismo compañero mayoritariamente y la heterosexualidad (algunas mujeres rompieron estos límites pero fueron una minoría: Teresa Claramunt rompió la monogamia, Amparo Poch era partidaria de la promiscuidad sexual, Lucía Sánchez Saornil vivió su opción sexual lesbiana sin esconderla).
6º Tuvieron que enfrentarse a la prevención de los hombres: las mujeres tenían que dar pruebas de los valores estereotipados que les correspondían como mujer: modestia y virtud. Tuvieron que  demostrar que no eran marisabidillas, la maldición que siglo tras siglo caía sobre aquellas que se atrevían a tomar la palabra. Cualquier  capacidad no “natural” en las mujeres, se remarcaba como varonil (les pasó sistemáticamente a mujeres como Teresa Claramunt,  o Lucía Sánchez Saornil).

CARTEL MUJERES LIBRES
Perder la Guerra supuso para las mujeres represión (a veces específica: rapadas, violación, etc.) y un retroceso jurídico, social y cultural muy importante.
Además rompió la genealogía de cien años en la que se construyó el feminismo anarquista con lo que cuando murió el dictador, no fue fácil enlazar con las mujeres que lo habían construido en los años treinta. Ahí estuvieron los intentos de hacerlo en la época de la Transición y hasta finales de los años ochenta y los que siguen existiendo hoy.

2 comentarios:

  1. Queda claro, el acto de parir no es importante y no solo se queda en eso.

    Un abrazo

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    1. En realidad el problema es que las mujeres, durante mucho tiempo, han pensando que no hacían nada valioso.

      Un abrazo.

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