lunes, 23 de febrero de 2015

CIEGO, SORDO, ABOMBADO, DESMEMORIADO...

IBAI ACEVEDO

Me dijo que antes de esa tarde lluviosa en que lo volteó el azulejo, él había sido lo que son todos los cristianos: un ciego, un sordo, un abombado, un desmemoriado (Traté de recordarle su percepción exacta del tiempo, su memoria de nombres propios; no me hizo caso.) Diecinueve años había vivido como quien sueña: miraba sin ver, oía sin oír, se olvidaba de todo, de casi todo. Al caer, perdió el conocimiento; cuando lo recobró, el presente era casi intolerable de tan rico y tan nítido, y también las memorias más antiguas y más triviales. Poco después averiguó que estaba tullido. El hecho apenas le interesó. Razonó (sintió) que la inmovilidad era un precio mínimo. Ahora su percepción y su memoria eran infalibles.

                           JORGE LUIS BORGES, "Funes el memorioso" en Ficciones.

¿SERÁ NECESARIO CAERNOS AL ABISMO Y QUEDAR TULLIDOS PARA VER, OÍR Y RECORDAR?

6 comentarios:


  1. En muchas ocasiones es así... ¡somos tan torpes y cabezotas que a veces es la única manera de que nos demos cuenta!

    Besos!!

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    1. Este país ha estado demasiadas veces al borde del abismo, por ejemplo un 23 F de 1981. Me cuesta aceptar este sino.

      Besos!!

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  2. Esa caída debe dejar abierto un pozo tan profundo, hacía un poso tan amargo, que ascender a la normalidad, deviene una tarea casi imposible y desde ese primer despertar habrá que vivir en una permanente suspensión. Borges creo que sabía mucho de cuentos. Un beso.

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    1. Borges, a través de su personaje, valoraba algo que no todos sabemos valorar, e incluso para muchos resulta un inconveniente, la percepción y la memoria.

      Un beso.

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