sábado, 13 de septiembre de 2025

¿Por qué me influye Michael Löwy? A modo de reseña

 



El sociólogo francés de origen rumano Lucien Goldmann, escribió en su libro Las ciencias humanas y la filosofía, el siguiente pasaje que considero iluminador:

«Todo escritor o pensador encuentra en torno a sí un gran número de obras literarias, morales, religiosas, filosóficas, etc. que constituyen un número igual de influencias posibles entre las que deberá elegir necesariamente. El problema que se plantea el historiador no se limita de ningún modo a saber si Kant ha recibido la influencia de Hume, Pascal, Montaigne, Voltaire, Locke, etc.; hay que explicar por qué han recibido precisamente esa influencia y no otra y por qué en esa época determinada de la historia. “La influencia” es entonces en última instancia una elección, una actividad del sujeto individual y social, y no una recepción pasiva. Esta actividad se manifiesta también en las transformaciones/metamorfosis por las que el creador hace pasar al pensamiento en que se encuentra y que le influye: por ejemplo, cuando hablamos de la influencia de Aristóteles sobre el tomismo, no se trata exactamente de lo que Aristóteles ha pensado y escrito en realidad, sino de Aristóteles tal y como fue leído y comprendido por Santo Tomás».

¿Cómo he elegido leer a Michael Löwy[1] y dejarme influenciar por sus planteamientos? Y, mucho más, ¿cómo desde el campo de la investigación histórica he acabado dejándome influenciar por el campo filosófico?

No creo que sea relevante dar una larga explicación a estas preguntas, pero si que me gustaría explicar que llegué a Löwy por otros libros, más filosóficos que históricos, que se planteaban como tema «el tiempo» y que, a la vez, reflexionaban sobre la manera de entender qué se entiende por «revolución». No parece irrelevante que en la época que estamos viviendo pongamos énfasis en cómo transcurre «el tiempo» (aparentemente a una velocidad de vértigo). Sin embargo, señala Löwy que los adoradores del progreso, hoy muy abundantes al frente de importantes gobiernos (más por la fuerza bruta amenazante que despliegan que por otra cosa) entienden el curso del tiempo como infinito, homogéneo, mecánico y vacío (el tiempo del reloj).

Así que preocupada por el tiempo histórico llegué a Löwy y a sus dos libros en los que plantea la posibilidad, sorprendente para mí, de que exista en el mesianismo judío, aspectos que puedan articularse con una visión del mundo revolucionaria (particularmente anarquista). Y he aquí que confluí en esos dos temas que me ocupan mucho tiempo, valga la redundancia: revolución y tiempo histórico.

Löwy examina la «correspondencia» entre utopía mesiánica y utopía libertaria que se manifiesta en muchos «momentos» decisivos de estas dos configuraciones culturales:

1. El mesianismo judío contiene dos tendencias a la vez ligadas y contradictorias: una corriente restauradora y una corriente utópica. Queda recogida en el concepto hebrero de Tikkoun. En el pensamiento anarquista de Bakunin, Sorel, Proudhon y Landauer, la utopía revolucionaria se acompaña siempre de una profunda nostalgia por las formas del pasado precapitalista

2. Para el mesianismo judío (contrariamente al cristiano) la redención es un acontecimiento que se produce en la escena histórica, en el mundo visible. Entre el presente y el futuro hay un abismo que no puede ser franqueado por ningún progreso o desarrollo: solo la catástrofe revolucionaria, con la destrucción del orden existente, abre la vía a la redención mesiánica. Hay un paralelismo con el pensamiento libertario que piensan en un acontecimiento revolucionario/catastrófico de emancipación. Abismo entre el orden existente y la Utopía. La revolución es concebida como una irrupción en el mundo.

3. Para la tradición judía el cambio al final de los tiempos es general, universal y radical. Es la creación de un mundo enteramente otro. La relación con las utopías revolucionarias se relaciona tanto con el carácter absoluto y radical de la transformación como con el contenido mismo del mundo nuevo (o restaurado). Es el anarquismo la corriente que rechaza de forma más contundente la idea de mejoramiento del orden establecido.

4. Ambos coinciden en la necesidad de la destrucción de los poderes de este mundo.

5. Existe también correspondencia en la necesidad de la abolición de las restricciones, creación de un mundo nuevo sin leyes, libre.

Sin duda el anarquismo, mejor los anarquismos del siglo XXI, han cuestionado aspectos claves que hoy fragmentarían esas correspondencias, pero eso es indiferente en mi explicación de por qué he recibido con gusto e interés la influencia de Löwy y me ha clarificado algunos aspectos de la investigación histórica que estoy llevando a cabo.

Laura Vicente 



[1] Michael Löwy (2015): Judíos heterodoxos. Romanticismo, mesianismo, utopía. Anthropos y Universidad Autónoma Metropolitana, Barcelona y Iztapalapa.

Michael Löwy (2018): Redención y Utopía. El judaísmo libertario en Europa Central. Un estudio de afinidad electiva. Ariadna, Santiago de Chile.

 

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