viernes, 23 de diciembre de 2022

PERSPECTIVAS SOBRE LOS ANARQUISMOS I




Tomando como pretexto el libro de Tomás Ibáñez: Anarquismos en perspectiva. Conjugando el pensamiento libertario para disputar el presente, el autor nos convocó para establecer un diálogo en torno a tres cuestiones de carácter bastante general sobre las cuales intervendríamos unos cinco minutos.

Voy a recoger mi participación en el acto empezando por la primera pregunta: 

1ª Nuestra valoración de los problemas, desajustes o insuficiencias de los anarquismos en el momento actual.

DOS PROBLEMAS:
--Los enfrentamientos dentro del ámbito libertario, de por sí de reducidas dimensiones, que limitan su capacidad de agencia. Es cierto que, a veces, los grupos pequeños, sin afán de poder institucional, pueden convertirse en semilleros de ideas nuevas que se gestan en los márgenes políticos. No percibo ese pensamiento nuevo.

--Seguimos entendiendo (o teniendo en el imaginario) la revolución como revolución modelizada, es decir, como movimiento histórico conducido hacia un objetivo final previamente diseñado. Esta concepción implica pensar la revolución como un desplomamiento de la realidad, que interesa a casi toda la humanidad y que se inicia con lo que llamamos "la gran noche". La revolución debería salir de ese modelo clásico.

DOS DESAJUSTES:

--El pasado "glorioso" (especialmente 1936-1938) se ha convertido en una pesada losa que ha construido un corpus de pensamiento y acción que se fundamenta en una transmisión intencional de una generación a otra siguiendo la línea de progreso que marca la Modernidad. Esta concepción obliga a una relación constante de los anarquismos actuales con los del pasado (convertido en dogma, en doctrina inamovible). La historia no es una línea de causalidad, sino una acumulación de acontecimientos y factores dispersos, con errores, desviaciones, fracasos y múltiples contradicciones que van acumulando experiencias y saberes cuyo desarrollo es imprevisible.

--El hecho de que el modelo organizativo que se impone dentro del movimiento libertario actual sea el sindicalismo, eterniza la idea de que el sujeto de las transformaciones sociales es la clase obrera. El resto de sujetos encajan mal en el sindicalismo.

UNA INSUFICIENCIA

La escasa base teórica actualizada y adaptada al s. XXI. Comparto con Tomás Ibáñez o con David Graeber, que los anarquismos son más una actitud que un cuerpo teórico. Pero considero necesario también esa base teórica que hoy es insuficiente.

martes, 13 de diciembre de 2022

GENERISMO DE ESTADO

 

Bastien Lecouffe-Deharme 

No es mi intención intervenir en la polémica que está copando espacios en los medios de comunicación estos días de noviembre: me refiero a la reducción de penas para algunos agresores sexuales como consecuencia de la entrada en vigor el mes pasado de la conocida como «Ley del solo sí es sí». La Ley impulsada por Irene Montero desde el Ministerio de Igualdad ha propiciado estos días silencios y comentarios diversos dentro y fuera del Gobierno de coalición y declaraciones de la titular de Igualdad en el sentido de que había jueces que «estaban incumpliendo la ley por machismo».

Sorprende que Montero diga algo tan obvio como que los jueces y las juezas desprenden machismo (sí, las juezas también). El problema no es solo la judicatura sino el conjunto del Estado, en el que ella como ministra y su partido están integrados, y que está impregnado de generismo. Para entender lo ocurrido con esta ley, y otras muchas, hay que poner en el centro del debate la norma heterosexual como régimen político y económico que da pie a la división sexual del trabajo y a su vez origina las desigualdades estructurales entre los géneros que están atravesados por especificidades de raza/etnia, clase, disidencia sexual, etc.

Por tanto, hablamos de masculinismo[1] o generismo del Estado porque éste tiene unas características que dan significado, sancionan, sostienen y representan el poder masculino como forma de dominación. Esta dominación se expresa en la judicatura, y en cualquier otra institución del Estado, como el poder que tiene de establecer la descripción y la dirección del mundo en manos de los hombres.

La demanda de protección para las mujeres realizada por el lobby político del feminismo institucional hacia el Estado es un contrasentido si no se cuestiona su masculinidad, por ello el Estado es un instrumento esencialmente problemático para llevar a cabo un cambio político feminista. Los tratos con el Estado conllevan un alto precio a cambio de la protección política institucionalizada que implica siempre un grado de dependencia y un compromiso de actuación dentro del marco de normas dictadas por el protector. Cualquier agujero impensado puede ser aprovechado, además, para poner en cuestión la ley más protectora que una ministra pueda pensar.

A lo largo de la historia, la idea de que las mujeres necesitan la protección de y por parte de los hombres ha sido fundamental a la hora de legitimar la exclusión de las mujeres de ciertos ámbitos de trato y su confinamiento en otros. Así mismo, la vinculación de la «feminidad» con razas y clases privilegiadas pueden acabar convirtiendo las normas protectoras en marcas y vehículos de esas mismas divisiones entre las mujeres beneficiando a las privilegiadas e intensificando la vulnerabilidad y la degradación de aquellas que han quedado en el lado de la intemperie (mujeres pobres, racializadas, disidentes sexuales, etc.)

El poder del Estado es, por tanto, un conjunto inconexo y heterogéneo de relaciones de poder y un vehículo masivo de dominación y, por ello, está problemáticamente determinado por el género. El feminismo anarquista debe plantearse estas consideraciones y partir de una repolitización crítica en contraofensiva al generismo y masculinismo del Estado así como al lobby político del feminismo institucional, en el cual, mal que le pese, está Irene Montero y Unidas Podemos.

 



[1] De «masculinismo» habla Wendy Brown en su libro: Estados del agravio. Poder y libertad en la modernidad tardía y de «generismo» habla Sayak Valencia en «Trans-feminismos, necropolítica y política postmortem en las economías sexuales de la muerte». Ambas lecturas son clarificadoras del papel del Estado en las luchas feministas.

 

sábado, 3 de diciembre de 2022

¿Hasta qué punto el pensamiento revolucionario de Emma Goldman influye en Mujeres Libres?

 


Esta fue una de las preguntas que me hice en el curso y que traté   contestar (aquí solo queda recogida la reflexión final).

Desde luego, Emma G. es considerada por las redactoras de la revista Mujeres Libres como un referente,  su admiración hacia ella es patente en las cartas que Mercedes Comaposada le escribe en nombre de la revista.  Quieren que escriba porque eso eleva el prestigio de la revista y, por ello, podemos deducir que, al menos  algunas mujeres, conocen su pensamiento y les sirve como fuente de inspiración.

AGUSTÍN COMOTTO

No es que Emma Goldman esté influyendo directamente en estas mujeres, en el feminismo anarquista de Mujeres Libres, pero es indudable que hay un saber acumulado y hay mujeres que conocen y leen a Emma Goldman. La revolución feminista y anarquista es un episodio breve (dos años y medio) que tiene mucho de accidental y de contingente (nada anuncia que pudiera ocurrir) y que aporta una capa más que se acumula en la historia. Una historia más discontinua y contradictoria de lo que estamos dispuestas a aceptar por la visión lineal y de progreso en que nos ha educado la modernidad. Pero ese es el rico legado genealógico del que hoy disponemos, no lo ignoremos en estos tiempos de incertidumbre que nos ha tocado vivir.

 

miércoles, 23 de noviembre de 2022

LAS VISITAS DE EMMA GOLDMAN A ESPAÑA DURANTE LA GUERRA CIVIL

 El día 20 de octubre participé en el curso organizado por Nociones Comunes en Madrid: 

EMMA GOLDMAN Y EL FEMINISMO ANARQUISTA

La sesión que impartí se titulaba: 

EMMA GOLDMAN EN ESPAÑA. LA GUERRA, LA REVOLUCIÓN Y LA EXPERIENCIA DE MUJERES LIBRES

De esta sesión reproduzco solo un apartado que hace referencia a las visitas que hizo Goldman a España para conocer y ayudar a la Revolución que se produjo en España a partir del 19 de julio de 1936




Cuando estalla la Guerra Civil española, Goldman acaba de vivir la muerte por suicidio de su compañero de vida, Alexander Berkman (junio de 1936). El mundo se detiene para ella. Pero el estallido de la Revolución el 19 de julio, pone en marcha, de nuevo, sus ganas de vivir. Viene a conocer y a vivir la Revolución con su mirada entusiasta y crítica a la vez, puesto que viene de otra gran ilusión defraudada en Rusia y no se fía de las apariencias.

Sus cartas recogen su apasionada implicación, su empatía con la revolución y con la suerte de los y las anarquistas, sintiéndose parte de ella y utilizando enseguida el «nosotros»

cuando habla de ella. Dolores de cabeza, insomnios, preocupación por las amenazas internas y externas que percibe, se sienten latiendo en sus cartas[1].

Visita España en tres ocasiones, siempre a finales de verano y otoño (septiembre a noviembre o diciembre de 1936, 1937 y 1938). Al igual que hace en Rusia se dedica a viajar y observar los esfuerzos constructivos en marcha (colectividades, la Maternidad de Barcelona, colonias infantiles, etc.) y la primera línea del frente para entrar en contacto con las columnas de milicianos (esto en su primera visita). Quiere conocer de primera mano la información que le permita vislumbrar el carácter de la revolución (con el inconveniente de la barrera de la lengua que no tiene en Rusia, motivo por el que tiene que ir siempre acompañada con intérprete).

Como en el caso de Rusia, ella enseguida sabe diferenciar, en este caso, entre dirigentes y bases de las organizaciones del Movimiento Libertario que, pese a la guerra, están construyendo, con creatividad y entusiasmo, una revolución inspirada en el anarquismo que ella ya no espera vivir a sus casi setenta años (en su primer viaje tenía 67 años).

Se posiciona claramente contra la colaboración con las fuerzas estatistas y sus críticas a Mariano, R. Vázquez, Federica Montseny («Es una “Lenin” con faldas») y Juan García Oliver, son contundentes. Ve reforzada su creencia previa de que los líderes del propio movimiento anarquista son personalmente susceptibles de corrupción autoritaria si su liderazgo no es controlado desde las bases en las que confiaba plenamente.

Los mismos temas le preocupan en Rusia y en España: la adulteración de la revolución por las organizaciones y dirigentes, el estatismo, la libertad, los valores humanos, etc., pero a diferencia de su país de origen, Emma G. defiende la revolución española frente a las críticas que llegan de algunos sectores anarquistas de otros países. Y esa defensa tiene más valor porque es consciente de los errores de los dirigentes de la CNT-FAI por su integración en el Gobierno de Largo Caballero y su colaboración frentepopulista, en especial la que supone ignorar el peligro que supone el comunismo español dominado por el estalinismo. Interesante su reflexión sobre la naturaleza de la revolución y la diferencia que marca entre anarquismo y revolución, afirmando que eran dos cosas diferentes:

«La revolución es siempre coercitiva y violenta; es siempre la expresión culminante de los errores e injusticias acumulados, así como de las brutalidades causadas por nuestro sistema (…)». Por eso, «(…) no podemos esperar que el anarquismo se exprese en plenitud durante el periodo revolucionario. Todo lo que podemos esperar es que los anarquistas eviten la dictadura y el terror organizado (…)».

La violencia que comporta una revolución es lo contrario de lo que representa el anarquismo:

«(…) la violencia es contradictoria con el anarquismo. Como filosofía social, y como teoría sobre los derechos del individuo y sobre la libertad de la colectividad, el anarquismo es la única teoría que no propaga la violencia».

La función del anarquismo en un periodo revolucionario es minimizar la violencia de la revolución y reemplazarla por los esfuerzos constructivos. Y concluye: «Me temo que se necesitará más de una revolución antes de que sea posible que el anarquismo emerja en toda su belleza y toda su humanidad».

Emma G. se ofrece a ayudar en la propaganda internacional, a hacer de enfermera, de camarera, o a divulgar métodos de control de la natalidad e higiene. Pero el escaso conocimiento de la lengua y los argumentos de los/las anarquistas españolas de que su mayor contribución es la propaganda en el exterior, la convencen de abandonar España y llevar a cabo esa tarea desde Gran Bretaña.

Respecto a esta colaboración es interesante señalar su papel en SIA (Solidaridad Internacional Antifascista, organización humanitaria (A) internacional). En septiembre de 1938 viaja por última vez a España, el 1 de octubre asiste a la sesión plenaria ordinaria del Consejo General de SIA en Barcelona, en esta reunión le acompañan Lucía Sánchez, como Secretaria General, Mateo Baruta, como Vice-Secretario, Fidel Miró vocal de Propaganda y Lucas vocal de Contabilidad. Abrió la reunión Lucía Sánchez que, «visto que la lengua española causa dificultades a la camarada Emma, se designa a la camarada Cristina Kon, agregada de Propaganda y Secretaria de actas de las reuniones, como interprete», por el dominio que tiene de varios idiomas. Por tanto, tenemos a las protagonistas de la famosa foto en la que aparecen las tres: Goldman, Kon-Rabe y Sánchez, caminando por las calles de Barcelona veinte días después de la reunión de SIA.

Goldman apoya a Mujeres Libres desde el principio, es Mercedes Comaposada quien se pone en contacto con ella a través de una carta escrita el 17 de abril de 1936, pidiéndole su colaboración y explicándole los objetivos de la revista. Emma G. les envía una carta publicada en el nº 1 y Mercedes C. se lo agradece y le solicita en una nueva carta con fecha de 16 de junio una nueva colaboración para el tercer número.

Estos contactos con Mujeres Libres y su disponibilidad a ayudar a la Revolución da lugar a diversas credenciales para actuar en Gran Bretaña. Mercedes Comaposada le envío dos acreditaciones en julio de 1937 en que la nombran «corresponsal y representante de las Publicaciones Mujeres Libres en Europa y Estados Unidos de América», así como representante y «delegada de la nueva Federación Nacional de Mujeres Libres».



[1] Estas cartas aparecen reproducidas y estudiadas en David Porter (editor), (2006): Visión en llamas. Emma Goldman y la revolución española. Barcelona, El Viejo Topo.

domingo, 13 de noviembre de 2022

EMMA GOLDMAN. LA UNIÓN APASIONADA DE PENSAMIENTO Y VIDA Laura Vicente y Agustín Comotto

 


Este libro es una lectura apasionada de una de nuestras fuentes de inspiración: Emma Goldman. No es nuestra intención convertirla en un mito, sino recordarla, y pensarla en presente. Tras los ochenta y dos años transcurridos desde su muerte, nos gustaría hablar de ella desde su vida y desde su pensamiento. El reconocimiento de Emma Goldman se fundamentaba en su vida, en la heroica aventura de una mujer judía, inmigrante y anarquista que ajustó su vida a sus ideales. La mitificación de su vida redundó en subestimar su pensamiento y su contribución al anarquismo en el plano teórico.

Sin embargo, ella siempre celebró la unidad de la vida. Entendió el anarquismo sin destacar unas esferas de la vida (la teoría, el pensamiento) y ocultar otras (el cuerpo, los afectos, la manera de vivir). Desde el anarquismo se ha entendido y construido su genealogía sobrevalorando la esfera del pensamiento y postergando, de esta manera, a las mujeres anarquistas que entendieron la importancia de unir todo lo que constituye la vida.

Ella misma destacó en más de una ocasión cómo entretejió vida y pensamiento en un todo, podemos considerarla una maestra de la unidad de la vida. Su manera de vivir la existencia según los ideales de libertad a partir de las relaciones más íntimas con los demás, era para ella un fin en sí mismo y un aspecto crucial del cambio social. Rechazaba la contraposición entre emoción y pensamiento, entre vida personal, vida social y compromiso político.

Esta es la Emma Goldman que nos interesa tanto a Agustín Comotto, autor de la portada y de otras ilustraciones en el interior del libro, como a mí misma. Ha llegado el momento de reconsiderar nuestra genealogía anarquista y dar cabida como se merece a Emma Goldman.

 

 

jueves, 3 de noviembre de 2022

CUARTO ANIVERSARIO DEL GRUPO REDES

 



El grupo REDES de Cordialidad[1], ha cumplido cuatro años de existencia el 2 de noviembre  de 2022. 

Un año más celebramos nuestro aniversario que es un motivo de alegría por mantener  funcionando el grupo virtual de debate y reflexión anarco feminista.

Hemos llevado a cabo trece debates sobre temas (y formatos) diversos. Este año 2022 hemos desarrollado tres debates: 

El undécimo debate lo centramos en un tema muy polémico dentro del feminismo: la prostitución /trabajo sexual. También en nuestro grupo ha sido el tema que ha provocado más diferencias. Utilizamos dos textos: el texto escrito por la compañera Ana Carrera: «Ni putas ni sumisas. Mujeres Libres»; y el capítulo de conclusiones del libro de Juno Mac y Molly Smith, Putas insolentes. La lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales.

El debate nº 12, que nos ocupó la primavera, fue el capítulo 1: «¿Qué es un trabajo de mierda?» del libro de David Graeber (2018): Trabajos de mierda. Barcelona, Planeta. Un debate interesante en torno a las propuestas de este antropólogo anarquista.

Por último, estamos enfrascadas en un texto que nos llevó a hacer un vocabulario específico para su lectura: Chiara Bottici (2021): Manifiesto Anarcafeminista.

Todos estos debates y reflexiones acaban sintetizados en textos que recogen las conclusiones que son diversas y, a veces, contradictorias puesto que no pretendemos definir una posición única sino recoger toda la riqueza de matices que generan nuestros debates.

Este cuarto aniversario lo hemos celebrado aportando ideas sobre: la pandemia, los confinamientos y sus consecuencias. 

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Haz clic en "grupo REDES" y te llevo a su blog

domingo, 23 de octubre de 2022

«A MI AIRE»

 


«A mi aire» (4 agosto)

Me gusta esta afirmación del sociólogo Émile Durkheim: «Hacer una manifestación es como bailar para hacer llover». No obstante, quizás bailar es no resignarse a ser solo sed y la espera de calmarla.

«A mi aire» (11 agosto)

La montaña me hace mucho bien, mi carácter necesita altura, manantial, verde, estrellas, rocas y piedras, flores, olores y silencio lleno de rumores.

«A mi aire» (18 agosto)

No guardar silencio, empatía y respeto ante las víctimas de terrorismo (17 A, en Barcelona) es repugnante.

«A mi aire» (25 agosto)

Hoy, mientras caminaba, me han adelantado corriendo un hombre y una mujer (ya sé que la teoría queer hace tiempo que plantea que valoramos si una persona es hombre o mujer por el aspecto exterior: ropa, forma de caminar, cabello, etc.); ambos llevaban ropa deportiva muy similar. Mientras los miraba me ha venido a la cabeza la diferente constitución física de ambos (y eso que los veía de espaldas). Enseguida he pensado sobre el significado de esa diferencia, por ejemplo, a la hora de correr. La verdad es que no tengo ni idea si influye o no, lo que tengo claro es que esa diferencia no explica la inferioridad, la vulnerabilidad o la discriminación.

Un pensamiento muy simple, cierto, pero pensad que estaba caminando, sudando y cansada (y eso que eran las 7:30 h de la mañana).

«A mi aire» (1 septiembre)

Este verano está siendo muy duro en cuanto a las condiciones climáticas: temperaturas muy elevadas durante muchos días seguidos y muy poca lluvia. La sequía y los incendios se adueñan aquí y allá de la masa forestal. Si llueve, llueve mal y cae piedra de unas dimensiones desmedidas que destrozan todo lo que pillan a su paso (incluso la muerte de una pequeña).

La vertiente social es que hay pobreza energética y mucha gente no tiene recursos para afrontar este calor. La calidad de vida se deteriora y las personas más vulnerables enferman y mueren.

Pensemos en lo que hacemos y en lo que consentimos que hagan las grandes empresas, principales culpables del cambio climático.

«A mi aire» (8 septiembre)

Leer a mi aire tiene sorpresas muy agradables. Entre otras que se produzcan conexiones asombrosas e inesperadas entre ellas. Leo un libro de dos trotskistas sobre su experiencia en la Guerra Civil y me aparece un nombre: Jaume Miravitlles de ERC (Comisario de Propaganda de la Generalitat en 1936). A la vez leo un libro de Jordi Amat sobre la historia política catalana desde el franquismo hasta la actualidad y aparece recogido el momento en que Jaume Miravitlles regresa a España tras su exilio en la década de los sesenta.

Que maravilla cuando se produce la circularidad de las lecturas.

«A mi aire» (15 septiembre)

Vivo la investigación histórica con verdadera pasión. No lo concibo de otra manera.

Siempre he sido una historiadora atípica porque no me ha acogido nunca la institución que facilita (académica y económicamente) el trabajo de investigación. Siempre he investigado al margen de los canales convencionales (de ahí el nombre de mi blog: Pensar en el margen) y aunque el sacrificio ha sido mucho, la libertad que me ha proporcionado ir «a mi aire» ha sido mucho más grande.

Mañana día 16 presento mi libro en Alicante (por si hay alguien por aquí que viva allí o cerca) en la sede de la Universidad, C/ Ramón y Cajal nº 4 a las 20 h.

«A mi aire» (22 septiembre)

Mañana empieza el otoño, lo espero con ansia y con devoción.

Necesito urgentemente que termine el calor, que se tamice la luz, que se acorte el día, que todo se adormezca.

Preciso el viento que haga caer las hojas, la lluvia que refresque la tierra, las calles, que se pose en los árboles y en los ríos.

No tardes mucho.

«A mi aire» (29 septiembre)

Cuando las personas nos echamos a la calle hartas de aguantar el ejercicio del poder de manera jerárquica, tiránica, empobrecedora para la mayoría y dominadora (eso también sucede en las democracias, no solo en los sistemas totalitarios)… sale al espacio público lo mejor de la gente. Esas explosiones es difícil que provoquen cambios profundos (aunque solo desde ellas tenemos alguna oportunidad), pero resistir nunca será fracasar.

Mi admiración a las mujeres y los hombres iraníes que salen a la calle por la muerte de Amini.

jueves, 13 de octubre de 2022

CONVERSACIÓN QUE NO HA PODIDO SER CON ANTONINA RODRIGO (II). Alicante, 17 de septiembre 2022

 

                          Antonina Rodrigo en Ca La Dona, 2018 aproximadamente

LAS MUJERES EN LA HISTORIA

Uno de los aspectos que destaca en la investigación histórica de AR es su dedicación para desentrañar el papel de las mujeres en la historia. Desde el principio tuvo claro que, si las mujeres no investigaban su pasado, nadie lo haría por ellas. Le ha interesado desterrar los falsos criterios sobre las mujeres y descubrir a las marginadas y, en particular, a las mujeres trabajadoras. 

Mi dedicación al papel de la mujer en su lucha por la emancipación surgió al conocer la trayectoria de secular desigualdad que, en todos los órdenes, arrastraba a través de la Historia, y en tiempos de mi juventud, muy agudizada en la Granada de postguerra,

Me interesó pronto descubrir esa legión de marginadas que, a través de los tiempos, bajo una opresión política o social, trabajaron,  estudiaron, escribieron, crearon arte. Mujeres que lucharon en silencio, porque les estaba prohibido manifestar cualquier inquietud intelectual, incluso social, especialmente, la mujer trabajadora. Su esfuerzo por ordenar las labores caseras, armonizando la atención a su familia con extenuantes jornadas, en fábricas y talleres, en el campo, hasta en la mina. Las tejedoras, las cigarreras, las cuadrillas de obreras que descargaban en los puertos y muelles el carbón o el pescado, y que luego, cuando los hombres regresaban de faenar en la mar, los ayudaban en el arrastre de la pesca que después ellas mismas vendían por calles y plazas, transportándola en cestos y carpanchos sobre el rueño, en sus cabezas. Sin olvidar los continuos partos. Vemos sus fotografías y parecen viejas, cansadas, con sonrisas tristes, sin poder cuidar debidamente a sus hijos, que se les morían sin asistencia alguna. Y todavía las había que militaban en los sindicatos obreros.

La represión del franquismo impuso un silencio impune a las generaciones siguientes, si acaso sonaban nombres punteros como los de Federica Montseny o Dolores Ibárruri. Si ellas, con su enorme dimensión pública, permanecieron ausentes de la historia, la labor de las líderes obreras quedó sumergida. Por ejemplo, la referida a la Federación de Mujeres Libres y a sus fundadoras: Lucía Sánchez Saornil, Mercedes Comaposada, Amparo Poch y Gascón, Lola Iturbe.

Durante la posguerra, cuando se hablaba de estos personajes en las escuelas, si es que se llegaba a hablar, nos pintaban sus imágenes distorsionada. 

Yo misma creí durante un tiempo que Federica Montseny era una torera,  porque mi madre me dijo que era una mujer que llenaba las plazas de toros. Hasta que un día, una compañera me dijo que Federica era una demonia, con cuernos, rabo y todo. Aquello me descolocó al personaje, y le dije a mi madre que, además de torera, era una demonia. Mi madre me advirtió, que no me lo creyera, Federica llenaba las plazas de toros hablando a la gente humilde de justicia y libertad para el mundo del trabajo. Cautelosa, me sugirió que no dijese nada a mi compañera, ni a nadie.

Era urgente recuperar y reivindicar su memoria diseminada. Por fortuna, hoy la lucha de la mujer, su resistencia y su compromiso es estudia-da en ensayos exhaustivos por investigadores/as.


EXILIO Y TESTIMONIOS PERSONALES

Antonina ha utilizado en muchas ocasiones las fuentes orales, es decir, los testimonios personales que grababa y que sigue conservando. Los testimonios no solo son para ella una fuente histórica, sino que son mucho más.

El encuentro con las gentes del exilio fue revelador Ellos /as me enriquecieron, me hablaron de sus luchas por un mundo más justo, en lo cultural y lo social; sobre todo para sus hijos e hijas, era su aspiración suprema. Me mostraron la otra cara de nuestra historia, una visión muy diferente de la que se enseñaba en escuelas y púlpitos. Supe por ellos y ellas porqué se habían marchado, porqué habían resistido un exilio lleno de nostalgia, la sinrazón de vivir en países con otra cultura. Lamentaban la separación de los suyos y de sus lugares, el tiempo perdido para la superación personal. Se dolían del daño irreparable, al quedar España marginada del proceso histórico progresista iniciado por la II República, tras siglos de monarquías que vivían en otro tiempo. Pero, ante todo, supe de la salvaje represión y las ejecuciones, que duraron hasta el mismo año de la muerte del dictador.

Después de la influencia de Mariana de Pineda, en mi adolescencia y primera juventud, ellas y ellos fueron mi universidad en el terreno sentimental y social.

UNA ÉPOCA: II REPÚBLICA, GUERRA CIVIL Y FRANQUISMO

Una gran parte de las investigaciones de Antonina se han centrado en esta etapa de la historia, un periodo que sigue generando polémicas y enfrentamientos en la actualidad. Los motivos de esta elección. Un personaje muy admirado por AR es Federico García Lorca,

Con la proclamación de la II República, se había iniciado un gran despliegue cultural, en el que se integraba el proceso de liberación de la mujer. Se avanzó para todos, y especialmente para la mujer, en los fundamentos básicos de una democracia: la igualdad legal en el terreno intelectual y en el laboral, la libre disposición de sus bienes, el derecho al divorcio, la legalización del aborto asistido, la investigación de la paternidad.

Después la mujer volvió a lo suyo, al hogar. A la mujer casada se le cerraron las puertas del mercado laboral y se depuró exhaustivamente a maestras y profesoras para ejercer el control de la sociedad, suprimiendo los valores republicanos de igualdad y libertad. El ostracismo con que la España vencedora fulminó un tiempo tan fecundo ha sido para mí motivo de profunda reflexión y estudio.

Desaparecieron las líderes obreras. Puedo atestiguar lo que hicieron siempre: Seguir en la brega, mantener sus convicciones políticas, en la clandestinidad o a pecho descubierto. Cuando llegaron los libertadores con su retórica medieval la mujer comprendió, en toda su magnitud, lo que suponía haber perdido la guerra. De ahí que volviera a comprometerse en la postguerra, en la clandestinidad solidaria con perseguidos, con encarcelados, con los familiares de los vencidos. También fue destacada su participación en la lucha armada junto a los guerrilleros.

En el exilio francés, se unieron a la resistencia como un ejército invisible, muchas acabaron deportadas a los campos de exterminio nazis.

Dentro de nuestras fronteras la historia de la resistencia tuvo caracteres heroicos, frente a la cruel represión de los vencedores: terror, persecución, torturas, fusilamientos, el miedo, el hambre, el frío, el desamparo, la humillación y las cabezas rapadas. ¡Lo que fue el hacinamiento en aquellas cárceles!

Como granadina, uno de mis amores es Federico García Lorca. Durante mucho tiempo fue un rumor apagado, pero en Granada hubo miles de Federicos: su propio cuñado Manuel Fernández Montesinos, alcalde de Granada; albañiles, maestros, carpinteros, profesores; y mujeres comprometidas y valientes, bordadoras, modistas, jornaleras, intelectuales, amas de casa... corrieron la misma suerte que Federico.

«NO DIGAS QUE ERES ANARQUISTA, DI QUE ERES LIBERTARIA»

Esta recomendación se la dio a Antonina, Sara Berenguer. Pese a ello, Antonina Rodrigo no ha renunciado nunca a decir que es anarquista. Un día me dijo tranquilamente que era lo único sensato que se podía ser en estos tiempos.