domingo, 23 de agosto de 2015

LA RESISTENCIA DE LOS DOMINADOS, LA INFRAPOLÍTICA Y EL MOVIMIENTO 15 M


La psicología evolutiva tiene como fin la aparición de la personalidad inteligente, es decir, de una personalidad que nos aporte las mejores condiciones posibles para ser felices. La personalidad, de esta manera, se convierte en el origen del comportamiento y también en su meta. Sin embargo, en muchas ocasiones nuestra personalidad se ve entorpecida por una excesiva regulación del medio e incluso se ve manipulada y frenada para impedir la creatividad y el desarrollo pleno de nuestra inteligencia.


James C. Scott, profesor de Sociología y Antropología en la Universidad de Yale, ha centrado sus estudios en la resistencia a la dominación y en los propios dominados. ¿Cómo sobreviven las personas en situaciones de opresión? ¿Qué hace posible la resistencia e incluso la revolución? Este autor, en Los dominados y el arte de la resistencia[1], tiene una perspectiva original de la dominación puesto que afirma, en base a sus estudios sobre los pueblos del sureste asiático, que cuanto más grande sea la desigualdad de poder entre los dominantes y los dominados, y cuanto más arbitrariamente se ejerza el poder, el discurso público de los dominados adquirirá una forma más estereotipada y ritualista. Por ello, diferencia claramente discurso público (conducta del subordinado en presencia del dominador) de discurso oculto (conducta más allá de la observación directa de los detentadores de poder).

El discurso oculto no contiene solo lenguaje escrito u oral sino una extensa gama de prácticas de resistencia que recurre a formas indirectas de expresión, denominadas, por Scott, infrapolítica. En ella podemos encontrar una cultura popular basada en  chismes, cuentos, canciones, ritos, códigos, eufemismos, etc.
Señala Scott algo obvio que muchas veces no tenemos en cuenta las historiadoras/es:
Salvo en el caso de una verdadera rebelión, el discurso oficial ocupa la mayor parte de los actos públicos, y por lo tanto la mayor parte de los archivos. E incluso en las ocasiones en que los grupos subordinados se hacen presentes, sus motivos y su conducta estará mediatizada por la interpretación de las elites dominantes (p. 133).
Por ello los subordinados harán grandes esfuerzos para ocultar aquellas actividades y opiniones suyas que podrían causarles problemas, solo en los momentos de desesperación, rebelión y desafío pueden ofrecer una especie de ventana hacia el discurso oculto. Los grupos subordinados han aprendido a disimular su resistencia y su desafío en ritualismos de subordinación que sirven tanto para disfrazar sus propósitos como para darles una puerta de salida por donde evitar las consecuencias de un posible fracaso.
En los grupos subordinados no es rara la negación de la dominación en el pensamiento, lo raro es que puedan llevarla a efecto abierta y plenamente. Según Scott, en la historia de Occidente hay pocos casos en los que  vislumbramos algo de las utopías de justicia y venganza: la guerra campesina alemana, la guerra civil inglesa, la Revolución Francesa, la Revolución Rusa y la República española en 1936.


Scott señala que el análisis tradicional marxista le da prioridad a la apropiación de la plusvalía, como espacio social de la explotación y la resistencia, en cambio él le da prioridad a la experiencia social de los ultrajes, el control, la sumisión, el respeto forzado y el castigo. Esta elección de prioridad no contradice la importancia de la apropiación material en las relaciones de clase. Por tanto, el ámbito en el que el dominado puede, aunque sea temporalmente, afirmar su dignidad y su valor como ser humano es aquél donde se reúne con sus semejantes, entre los cuales, por tanto, tiene menos que perder en caso de un ataque público a esa dignidad. En ese círculo se crea el discurso oculto y se reserva un espacio social, alejado de la dominación.


¿Cuándo emergerá el discurso oculto? ¿Cómo emergió, por ejemplo, cuando se inició el movimiento de las plazas el 15 M de 2011?
El inicio de la emergencia del discurso oculto se produjo cuando un acto práctico de desobediencia (la acampada de un grupo de jóvenes convocado por las redes sociales) se juntó con una negativa pública por parte del poder y de esa forma se constituyó un reto y una “declaración de guerra”. Cuando se rompió el silencio y emergió el discurso oculto, tanto el pequeño grupo inicial como los que compartieron su condición, vivieron la declaración explícita como un momento en el cual, en lugar de las ambigüedades y las mentiras, se expresó finalmente la verdad, la verdad y la autenticidad personal. Al permitir que se manifestara una parte de la personalidad de las personas que se reunieron en la plaza, la declaración pública del discurso oculto, esas personas, y las que se fueron uniendo a la acampada y a las plazas, recuperaron una parte de la autoestima y de la humanidad perdida por la atomización individualista vivida ante la crisis.


¿Cómo se supo cuál era el momento oportuno? No hay una fórmula mágica, ni científica, para saberlo. Hay momentos en que parece reducirse el peligro, pero también depende del temperamento y la valentía de las personas que dan el primer paso. Por tanto es importante la atmosfera social en que se desarrolla esa primera declaración pública del discurso oculto.
La primera declaración pública del discurso oculto adquirió, el 15 de mayo, la forma de ruptura pública de un ritual tradicional de subordinación al no aceptar los canales políticos o sindicales tradicionales y ocupar la calle como espacio de la rebelión. Solo cuando el discurso oculto se declaró abiertamente, los subordinados pudieron reconocer en qué medida sus reclamos, sus sueños, su cólera eran compartidos por otros subordinados con los que no habían estado en contacto directo.
Pero, según Scott, la primera declaración pública del discurso oculto tiene una prehistoria (la infrapolítica) que explica su capacidad de producir conquistas políticas. Si ese primer acto hubiera topado con una derrota decisiva, difícilmente hubiera sido imitado por otros. Si tiene éxito, como ocurrió en el movimiento de las plazas, su capacidad movilizadora como acto simbólico fue potencialmente asombrosa.





[1] JAMES C. SCOTT (2003): Los dominados y el arte de la resistencia. Txalaparta, Tafalla. Este autor tiene otro libro interesante que concreta más su manera de entender sus propuestas: JAMES C. SCOTT (2013): Elogio del anarquismo. Planeta, Barcelona.


6 comentarios:

  1. Creo recordar que Charles Tilly en su obra Los movimientos sociales que el paso de la desesperanza, abúlica, a la desesperación creativa comienza cuando una parte de la población tiene la convicción de que "Esto no puede continuar así".
    Después la historia nos cuenta que surgen movimientos políticos que absorben esa energia transformadora y encauzan la fuerza con el objetivo de alcanzar el poder. Pero eso lo sabes tú mejor que nadie.
    De mi cosecha añado, esperar que algo bello y bondadoso nazca de esa presión es un sueño más que imposible, inhumano, pues la bondad es una caracterisitica individual. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, pero no es nada fácil conocer qué provoca ese: esto no puede continuar así.
      Esa es la pena que ese movimiento creativo y transformador acaba en manos de sectores políticos, antiguos o nuevos, que lo encauzan por unos derroteros que se basan siempre en quitar el protagonismo a quienes inician dichos procesos. Hoy lo veo más lejos que nunca, cosa que puede sorprender a quién ve en la llegada a instituciones a personas de esos movimientos. ¿Qué lograrán algunas mejoras positivas? Seguro. ¿Qué no cambiaran nada sustancial de nuestras vidas, que es lo que pretendió el 15M?, seguro también... o asó lo veo yo.

      La bondad es individual y complicada de darle protagonismo en este mundo de "locos".

      Un abrazo!!

      Eliminar
  2. Me parece muy bueno tu resumen del libro de Scott y el análisis del 15M. Y yo me pregunto "¿qué quedara´de nosotros cuando hayamos muerto?". Aquí en Cataluña y desde el poder autonómico desde hace treinta años se está produciendo un ocultamiento de una parte de la realidad social para crear una ilusión de "patria catalana" o "pancatalana" ya puestos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Confío en que, aunque sea desde el margen, no dejemos de defender la objetividad y el carácter científico de la historia al margen de patriotrismos.

      Gracias y un abrazo!!

      Eliminar

  3. Tiene que producirse/fluir una 'sinergia' de... para que esa rebelión oculta se haga presente...
    Pero luego queda ver cómo se desarrolla y en qué queda... a dónde llega y si se traduce en logros concretos...
    No es fácil... en este 'mundo de locos' como tú bien dices.

    Petonets y cálido abrazo!

    ;)

    PD: Una compañera de trabajo y amiga lleva un cuadro con la portada de ese primer libro allá donde viva...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es fácil, más bien diría que es muy difícil. Sobre todo es difícil mantenerla en manos de la gente.
      Es un cuadro motivador y lleno de sensibilidad.

      Un fuerte abrazo!!

      Eliminar

Tus comentarios siempre aportarán otra visión y, por ello, me interesan.