sábado, 4 de enero de 2014

UN GRANO DE UVA ME LLEVÓ A PENSAR DESDE EL MARGEN

JACOB COLLINS

Una de las pocas tradiciones que sigo es comer las doce uvas mientras van sonando las campanadas. Así iba cumpliendo con la tradición cuando una de ellas se me cayó al suelo y todas mis alarmas se pusieron en marcha. Encontré el grano de uva tras ponerme de pie,  pero las campanadas habían acabado hacía unos segundos.

No sé si soy supersticiosa, pero ese grano de uva me tuvo preocupada todo el primer día del 2014. Solo lo olvidé cuando me  dio por pensar en abrir un espacio virtual para cavilar sobre lo que más me apasiona: la historia.


Creo que soy una freelancer de la historia. Estoy al margen de la Universidad y de las subvenciones a la investigación que dan los diversos organismos públicos o privados. Me sitúo en ese margen por vocación, resulta incómodo muchas veces, pero es la situación ideal para poder investigar y reflexionar sobre el pasado, y sobre la actualidad, desde la libertad, es decir, desde los dictados de la propia voluntad (como por otro lado hizo el grano de uva al saltar tan inoportunamente hasta el suelo).

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